María Antonia Moreno Flores. Las importantes actividades e industrias de transformación de pescado que se establecieron hace décadas en la ciudad de Ayamonte, de una forma u otra, siguen presentes en el entramado urbano de la localidad. Muchas de ellas, surgieron de la mano de importantes fomentadores y mercaderes ayamontinos. José Pérez Barroso fue uno de ellos. El rótulo de una céntrica calle ayamontina, nos lo recuerda.
El origen de sus negocios comenzó en el último cuarto del siglo XIX, en el seno de las actividades mercantiles y económicas iniciadas por su padre. En 1886 crearon una compañía mercantil titulada “José Pérez Santos e Hijos” que tenía como objeto explotar en Ayamonte una fábrica de curtidos nombrada “La Constancia” y un almacén de calzado. En la ciudad de Huelva disponían de un establecimiento de “géneros del reino y extranjeros” ubicado en la céntrica calle Concepción, conocido con el nombre de “Los Caminos”.
Una vez extinguida la Sociedad “José Pérez Santos e Hijos”, los hermanos Miguel y José Pérez Barroso crearán en 1889 una exitosa primera Compañía conocida bajo la razón social de “Pérez Hermanos”. En 1908, adquirieron los restos del que había sido convento de San Francisco en la ciudad de Ayamonte y construyeron sobre sus ruinas y solar, un inmueble destinado a viviendas para trabajadores, conocido popularmente desde entonces, como el Brasil de los Pérez.
La compañía se disolvió tras el fallecimiento de Miguel, acontecido el 1 de agosto de 1917. La sociedad disponía de varios inmuebles entre los que estaban la casa de la Calle Concepción en Huelva, haciendas como la llamada “Calderón” en Isla Cristina, la localizada al sitio de “Diego López” en Villablanca o “La Tuta”, almacén de salazón y varios molinos harineros situados en la localidad ayamontina. La mayor cifra de activos, estaba dispuesta en una cuenta corriente con Luis Parodi di Angelo de Génova, confirmándonos con ello, las estrechas relaciones que tuvo la citada industria conservera ayamontina con gerentes italianos. Por aquel entonces, los hermanos Pérez Barroso, adquirieron en las inmediaciones del Paseo de la Ribera, un amplio edificio de tres plantas donde establecieron sus residencias. Aún hoy, podemos contemplar el aspecto del inmueble.
A partir de entonces, una segunda sociedad bajo la misma razón, comenzaba su andadura. En esta ocasión, estaría conformada por José y por sus cuatro hijos Rafael, Francisca, Manuel y Bella Pérez Feu. Disponía de una fábrica de conservas en el Muelle de Poniente, a la que accedían por la calle Joaquín Vega y cuya trasera daba al río Guadiana. En el Muelle Norte contaba con varias industrias de salazón y un almacén para el carbón y en el margen izquierdo del Estero de la Ribera, llevó a cabo la edificación de otros inmuebles.
Lo cierto es que José Pérez Barroso fue un referente en la localidad. Tras su muerte, acontecida el 29 de julio de 1922, se disolvió la compañía que conformaba junto a sus cuatro hijos y veía la luz una nueva sociedad, conocida por “Pérez y Feu”.