HBN. El doctor Iván Pérez Eguiagaray es especialista en Psiquiatría de la clínica HLA Los Naranjos. Este Licenciado en Medicina y Cirugía, es experto en Psicoterapia Dinámica, máster en Terapia Familiar y de Sistemas; doctor en Medicina y especialista en Bioética, además de experto en Drogodependencias. Ha ejercido la docencia, la divulgación científica y la investigación, además de obtener una Mención de Honor en los “X premios del Instituto Andaluz del Deporte a la Investigación Deportiva” por la tesis doctoral.
Los casi 100 días de confinamiento por la extensión de la COVID-19 han tenido efectos evidentes sobre las rutinas, planes y el entorno social en el que desarrollamos nuestra vida cotidiana.Estos cambios abruptos podrían haber afectado a la salud mental, a medio y largo plazo.
–Doctor, ¿el confinamiento ha desencadenado nuevas patologías o ha destapado las que teníamos latentes?
-El confinamiento ha potenciado ambas cosas. Más que patologías latentes, preferiría hablar de la predisposición que tenemos las personas a tener ansiedad, depresión o caer, por ejemplo, en el consumo abusivo de alcohol. Desde mediados de mayo, estoy atendiendo a muchos pacientes que no vendrían a la consulta si no hubieran tenido que vivir este confinamiento.
-El aislamiento social necesario para controlar los contagios ha sido especialmente difícil para algunos. ¿Por qué a ciertas personas les cuesta estar solos?
-La sociedad actual se mueve a un ritmo trepidante, lo que hace necesario saber pararse y dialogar con ‘nuestro yo’ interior queconvive en cada uno de nosotros. Con frecuencia, podemos pensar que es más sencillo dejarnos llevar por la gran cantidad de cosas que llenan nuestros días, que la reflexión pausada sobre por dónde discurre nuestra existencia y hacia dónde queremos ir, o qué tenemos que cambiar, pues no vamos bien. A medio y largo plazo esta actitud ante la vida puede sernos muy perjudicial, pues nos puede llevar a una vida vacía en valores y llena de objetivos que no nos acercan a la felicidad, sino a la más mínima satisfacción personal.
-Nos cuesta parar a dialogar con uno mismo, ¿o nos escondemos en el ruido de la rutina de lo que no nos gusta de nosotros mismos y de nuestra vida?
-Las personas, aunque parezca ilógico, somos animales racionales de contradicciones. Con esto quiero decir que, sabiendo con frecuencia qué es lo que nos viene bien, hacemos lo contrario. Este comportamiento, entre otros motivos, viene producido porque el esfuerzo cuesta, y supone en cierta forma violentarnos. Y a todos nos llama, en mayor o menor medida, dejarnos llevar antes por el ‘me apetece o me gusta’, que por lo que ‘debo hacer’. Las consecuenciassonque, si me esfuerzorecibo, entre otras cosas, satisfacción y alegría personal, mientras que, si me relajo y abandono, aparece la tristeza y el tedio.
-Entonces, podríamos decir que este confinamiento ¿nos ha obligado a reflexionar sobre nuestra realidad?
-Más que obligado, nos ha dado la oportunidad de hacerlo. Las personas podemos negarnos la evidencia con tal de intentar no sufrir. Por esto vemos que unos han aprovechado la oportunidad que nos puso por delante la vida para madurar, y otros, han seguido empecinados en una postura inmadura y superficialidad vital. Esta pandemia ha hechomás evidente nuestra fragilidad, un virus microscópico ha puesto en jaque a toda la humanidad.
-Desde el comienzo del confinamiento hemos seguido a través de los medios y las redes sociales acontecimientos que se iban viralizando como los aplausos a los profesionales sanitarios, caceroladas como modo de protesta con algunas medidas, videos caseros desde los balcones, incluso saltarse las normas… ¿Hemos actuado desde nuestra propia reflexión, o nos hemos movido por impulsos masivos?
-Unos han intentado actuar de forma madura, no dejándose llevar por las corrientes diarias de opinión. Otros han seguido refugiándose en el anonimato del grupo para, posiblemente, seguir intentando no encontrase consigo mismo. Cada uno de nosotros, podemos hacer ahora un ejercicio de reflexión personal e intentar analizarnos y ver en qué grupo nos posicionamos. Siempre es un buen momento para rectificar, si es preciso, el rumbo de nuestra existencia. Esto no implica rechazar ‘lo social’, que tiene aspectos muy positivos en nuestras vidas, pero no debemos olvidar que el grupo nunca debe anular a la persona individual y actualmente contamos con tecnologías que facilitan que esto suceda.
-A partir de la desescalada y con la llegada de la ‘nueva normalidad’, hemos visto a ciertos grupos abusar de la posibilidad de reunirse con otras personas descuidando las recomendaciones para prevenir nuevos contagios del virus ¿obedece a una huida hacia adelante?
-Más que una huida hacia delante, que también sería uno de los motivos de algunos, es más posible que sea una manifestación social de la inmadurez y el egoísmo al que nos está llevando la sociedad del bienestar ‘mal entendida’. El disfrute personal y el egocentrismo vital, hace que lo único importante para algunos individuos sea él y solo él. A la par, no puedo ni quiero olvidar, el gran movimiento de solidaridad que se ha producido durante esta pandemia, situaciones ambas, que nos vuelven a recordar cuan diferentes pueden ser los deseos e intereses que anidan en el corazón de cada uno de nosotros.
-¿Cómo deberíamos afrontar esta ‘nueva normalidad’ sin que lo aprendido durante esta experiencia caiga en saco roto?
-Con responsabilidad personal y no olvidando que, o salimos todos cumpliendo las medidas sanitarias, o seguirá habiendo personas que fallezcan. La vida es la mejor maestra. Si olvidamos lo vivido, sí podemos asegurar, que la vida nos lo volverá a recordar.
-Desde la consulta de psiquiatría en la clínica HLA Los Naranjos ¿cómo pueden ayudarnos, si no conseguimos sentirnos bien en la ‘nueva normalidad’?
Con los tratamientos psicofarmacológicos podemos minimizar los síntomas, ya sea la ansiedad, la depresión, el insomnio, la agresividad, etc. que se pueden manifestar en la vida de muchos en la‘nueva normalidad’, pues los cambios no todos los llevamos de la misma forma. Las terapias también pueden ayudarnos a llevar de una manera más sana este periodo de reaprendizaje constante, que conlleva nuevas tensiones que en algunas personas podría derivar enun desequilibrio de la salud mental. Es indispensable que busquemos ayuda profesional cuando la necesitamos.Los seres humanos somos capaces de mejorar sustancialmente nuestra existencia aplicando la luz de nuestra inteligencia y voluntad para cambiar a mejor.