José Miguel Jiménez / Zalamea la Real. El Cortijo Zalamea se encuentra situado entre la Sierra de Aracena y las playas de Huelva, en pleno corazón de la Cuenca Minera del río Tinto. En una finca de cuatro hectáreas con piscina, pista de pádel, huerto, árboles frutales donde el viajero puede perderse y descansar, hay una noria, picadero todo pensado para el deleite de sus huéspedes.
El Cortijo lo componen siete casas rurales: Berrocal, Marigenta, Zufre, Nerva, Zarandas, Atalaya y Membrillo. Sus nombres son un homenaje a los pueblos mineros y sus habitantes.
Las casas con porches al norte y sur, en colores ocres y rojizos, un chozo para aparcamiento y otro en la piscina. Los alojamientos son acogedores y sencillos, decorados con un estilo donde todo el mundo se siente integrado. Cada habitación tiene cuarto de baño individual, aire acondicionado caliente y frio. El salón comedor con chimenea y ventilador. La cocina totalmente equipada en todas las casas que está dentro del salón.
Mario Lopes, nacido en Beira Mozambique y Marta, española, son sus propietarios. Llevan una década afincados en Zalamea, de ahí que las casas denoten una cierta nostalgia africana donde ambos han vivido muchos años. Su casa es un fiel recuerdo de todos esos años vividos en África vivencias objetos recuerdos… etc.Los últimos cinco años en África trabajaron en parques nacionales.
Han vivido en Asturias y Algarve siempre dedicados al turismo rural, conocedores de la zona y todos sus alrededores pueden informar al viajero de todas las cosas que merecen la pena ser visitadas en los alrededores. A falta de grandes estructuras de promoción, el empresario rural cuenta con el buen uso de la tecnología para consolidar su oferta. Cortijo Zalamea está presente en la red con su web www.cortijozalamea.es, teniendo su espacio en las redes sociales como Facebook y Twitter, además de estar presente en los principales portales de reservas.
A pesar de la crisis y los problemas que acarreamos todos, sus dueños apuestan por el turismo rural y su Cortijo. Un alojamiento que dispone de todas las comodidades con un toque muy original y acogedor que consigue hacer olvidar la rutina a sus visitantes, contemplando unos atardeceres espectaculares, tomando un baño en su piscina o simplemente dejando que el tiempo se detenga mientras se escuchan los relajantes sonidos de la naturaleza.
Zalamea es un pueblo muy interesante con muchos vestigios de sus antiguas culturas y tradiciones milenarias que merece la pena investigar. Dispone de la buena gastronomía de la zona en sus restaurantes acogedores y sencillos dónde la relación precio calidad es fantástica.
5 comentarios en «Nostalgia africana en el centro de la provincia de Huelva»
Hace ya unos años llegamos mi mujer, Concha y yo a Zalaméa era un día de septiembre La tarde caia lentamente, los colores del campo andaluz eran indescriptibles. No teniamos donde dormir preguntamos al primero que vimos e inmediatamente nos aconsejo el CORTIJO ZALAMEA. No lo dudamos, fuimos y lo que en un principio sería una noche, se transformo en una maravillosa semana con Marta, Mario y sus dos Golden Retriver. Nos trataron a cuerpo de rey, las tertulias después de cenar se alargaban escuchando a Mario hobre cauto educadisimo contar sus tiempos de cazador en Africa.
Los apartamentos son una preciosidad, muy bien amueblados,confortables y con todo lo necesario para pasar el tiempo si se quieres en casa. La piscina es una maravilla, la pista de padel, deporte que practico es muy buena, las escursiones que hemos hecho principalmente a las antiguas intalaciones de las minas de Rio Tinto. Minas que en su momento fueron explotadas por los romanos. El cortijo está enclavado en una pequeña depresión a resguardo de cualquier ruido, el pueblo es como todos los pueblos andaluces limpio y alegre, con muy buenas tiendas principalmente guarnicioneria verdaderos artistas y expertos en trabajar el cuero.
Mario y Marta son tambien expertos en tratar a sus cliente nos dejaron impresionados con su amabilidad y desde ese día todos los años pasamos unos cuantos días en CORTIJO ZALAMEA En este lugar es un sitio ideal para reuniones de empresa y lo mejor celebrar una magnifica Boda. Marta y Mario seguir siendo y trabajando así. Empresarios como vosotros es lo que necesita nuestra España. Mariano Silvela
Mi nombre es Concha Jardón Arango No recuerdo quien me recomendo este hotel rural pero lo que si se es que acerto de pleno.
Soy empresaria y tenía que dar unas charlas o cleses de entrenamiento a un grupo muy especifico de mis empleados:
Primeramente y primordial, visite el lugar y en el momento que conocí a sus propietarios Marta y Mario comprendí que ese era el sitio ideal para mi trabajo.
1º Tranquilidad absoluta
2º Situacion inmejorable (al menos para mi proyecto)
3º las habitaciones perfectas limpísimas camas muy buenas y muy bien amuebladas con todo lo necesario
4º Posibilidades de hacer deporte sin tener que ausentarse del recinto.
5ºExcursiones bonitas y interesantes
6º Trato impecable por parte de todo el STAF
7º Resultado, un verdadero éxito y he repetido todos los años
8º Precios, Barato para lo que se ofrece
9º Les admiro al matrimonio Marta y Mario y seguro tendran mucho exito
Concha Jardón Directora Manager de Sweet Cashmere S.L.
Desde hace unos años solemos tomarnos unos días de «relax» en el Cortijo Zalamea,aparte de la especial atención de Marta y Mario ,de los que ya nos sentimos amigos ,su hotel rural es digno de conocer, por su cuidada decoración,sus jardines y el entorno natural tan bello y diferente .Compartimos los buenos comentarios que se hacen de este lugar y como siempre seguiremos pasando allí unos días maravillos .
Kitty Santangelo Roberto Bin
Un lugar hermoso, tranquilo y muy bien cuidado. Y unos anfitriones entrañables… y con una historia muy interesante.
Vale la pena visitar el Cortijo de Zalamea.
No había estado anteriormente en un lugar como ese. Lo recomiendo para reuniones familiares o de negocio.
Los apartamentos (casitas) muy limpios y con todo lo necesario: Aire acondicionado y chimenea con leña.
El trato de Mario y Marta, muy agradable, correcto y familiar.
Dos simpáticos perros (Mobutu y Samba) nos recibieron el primer día; Nos «ficharon» con el olor y a partir de entonces, solo acudían si los llamabas. Como me gustan los animales y éstos son muy sociables . . .
La piscina no la pudimos usar, hacía frio.
Hicimos excursiones por la zona, relajantes.
También nos indicaros buenos lugares para comer.
La casa principal, un museo africano.
El precio, muy económico por lo que ofrece.
Espero volver próximamente.