Redacción. La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible acaba de finalizar el informe relativo al censo de la población andaluza de lince ibérico correspondiente al año 2019 en el que detecta un incremento del 3,6% de la población de lince ibérico en Andalucía hasta situarse en los 461 ejemplares. Destaca también el ligero incremento en el número de hembras reproductoras (121) y el importante aumento en cuanto a la superficie de expansión hasta alcanzar los 1.774 kilómetros cuadrados (casi 150 más que en 2018) entre los núcleos de Doñana-Aljarafe y Sierra Morena oriental.
La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, ha destacado la apuesta de la Junta de Andalucía por la conservación del lince ibérico y ha resaltado la cifra de ejemplares que existe en estos momentos, la mayor de la serie histórica, y el hecho de que Andalucía cuente con “más de la mitad del censo de la Península Ibérica” de esta especie.
El informe relativo al censo detecta también una tendencia a la estabilización de las poblaciones de lince ibérico en los núcleos de Doñana-Aljarafe y de Andújar-Cardeña, debido a que se están acercando a su capacidad de carga, considerando fundamentalmente la disponibilidad de presas como la abundancia de conejos y el hábitat disponible. Asimismo, las áreas de reintroducción de Guadalmellato y Guarrizas continúan manteniéndose como núcleos consolidados y Guarrizas incluso mantiene un crecimiento moderado.
El censo también destaca el hecho de que cada vez son más frecuentes los avistamientos de ejemplares en fase de dispersión fuera del área de presencia estable de la especie, así como el intercambio de ejemplares entre núcleos. Esto parece ya tan evidente que los expertos consideran ya una “única población conectada” las áreas comprendidas entre Guadalmellato, Cardeña-Montoro (en Córdoba), Andújar y Guarrizas (Jaén) con el núcleo Sierra Morena oriental-Campo de Calatrava, en Castilla La Mancha.
También se detecta la expansión de la población de estos felinos hacia los olivares extensivos del pie de sierra en el núcleo de Andújar-Cardeña, confirmando lo publicado el pasado mes de febrero en Journal of Threatened Taxa, en un trabajo en el que han participado varios miembros del equipo de seguimiento. Esto lleva a los expertos a concluir que el lince ibérico cuenta con una mayor capacidad de adaptación de lo que se creía inicialmente, ya que parece comprobarse que puede utilizar determinados hábitats (siempre que exista una alta densidad de poblaciones de conejos y se minimicen las causas de la mortalidad no natural) que hasta ahora se consideraban inadecuados.
El trabajo de seguimiento realizado determina también la consolidación de intercambios de ejemplares entre las diferentes áreas de presencia de la especie. Esto abre paso al objetivo con el que se va a trabajar en los próximos años, que es el de favorecer y potenciar la conexión de los diferentes núcleos de linces, con el fin de mantener la mayor diversidad genética posible en todas las áreas de presencia.
Sierra Morena, principal territorio
El área de Sierra Morena (Guadalmellato, Cardeña, Andújar, Guarrizas) se consolida como el principal territorio del lince ibérico con 356 ejemplares, lo que implica que 3 de cada 4 linces localizados en Andalucía se encuentran asentados en esta zona, donde ocupan ya más de 1.000 kilómetros cuadrados.
De estos 356 ejemplares, más de la mitad habita en la zona de Andújar-Cardeña, zona en la que parece haberse estabilizado la población en torno a los 200 ejemplares. Asimismo, se observan ya migraciones de ejemplares hacia las zonas de Guadalmellato y Guarrizas y la expansión territorial hasta la autovía A4, uno de los puntos negros de atropellos de linces, donde se va a seguir trabajando con el fin de reducir esta causa de mortalidad no natural.
Tanto en Guarrizas, como en Doñana-Aljarafe, se han alcanzado máximos históricos del total de linces desde que se realizan los censos anuales, contando ambos núcleos en 2019 con 97 felinos y 22 y 25 hembras reproductoras, respectivamente.
Una vez que se han consolidado los núcleos linceros en Andalucía, el próximo reto es conseguir e incrementar su conexión con otros núcleos existentes. Esto último es especialmente importante para la población de Doñana-Aljarafe, que se encuentra aislada desde hace décadas y donde en los últimos años solo se ha confirmado la dispersión de unos pocos ejemplares hacia otros lugares, fundamentalmente en el Vale do Guadiana (Portugal). Sin embargo, esta zona no ha recibido ejemplares de otras áreas, por lo que ha sido necesario seguir con las actuaciones de refuerzo genético.