P. Gamero. “No tenía nada previsto… expulsaron a Pablo, y me decidí a ponerme de portero, ya está. Lo paré, eso fue todo”. Con la misma tranquilidad del día de autos explica Domingo Serrano una de sus muchas anécdotas como futbolista trotamundos, delantero de vocación, lateral por obligación, y destacado por una acción bajo los palos.
Esta historia se remonta al 3 de octubre de 1993, cuando Domingo Serrano Gil ‘Serrano’ (9 de abril de 1967, El Cerro de Andévalo), militando en las filas del CD Badajoz tuvo que cambiarse su camiseta blanca y negra y colocarse la rosa de portero. La explicación: “Expulsaron a Pablo, quedaba poco, íbamos perdiendo ya por 2-0 y se habían hecho los cambios, que entonces eran sólo dos… pues nada, para la portería que tocaba penalti”.
El lanzamiento fue de Luluaga, un ‘clásico’ del Éibar y Serrano hizo un paradón, evitando el gol, si bien su tarea no acabó ahí, pues como apuntaron las crónicas, luego tuvo que hacer dos despejes de puños y hasta anduvo seguro en un mano a mano.
“Nunca había jugado de portero, aunque es cierto que en algunas pachangas y al final de los entrenamientos alguna vez me ponía bajo los palos. En el Sevilla hasta he competido muchas veces con Dasaev, fíjate”, señaló Serrano, posiblemente en ese momento con más dudas de ponerse una camiseta rosa chillona que de tratar de evitar el gol.
El cerreño recuerda lo que pensó en ese momento: “Como buen zurdo pensé que Luluaga iba a tirar a su lado de seguridad, mi izquierda, y allí me tiré y lo rechacé. Bueno, tuve la suerte de que no había VAR entonces, porque di un paso al frente antes de tirarme, posiblemente ahora el árbitro lo hubiera mandado repetir”.
Tras el partido “Luluaga viene y me dice, no he fallado un penalti en cuatro años, y este lo paras tú”. Además el técnico del cuadro armero, Araquistáin, hasta le formuló una oferta: “Me dice que el año que viene me vaya para allá para jugar en el puesto que quiera, tuve que saludar a la gente, que me estaba aplaudiendo”.
Esta es una de las múltiples anécdotas de este jugador, que militó dos temporadas en el Sevilla en Primera, aunque en la Liga sólo jugó en la primera (90-91), amén de otros equipos como el Lleida, Badajoz, Toledo, Elche, Atlético Marbella, Yeclano e Isla Cristina.
Precisamente en las filas hispalenses tuvo que adaptarse a la posición de lateral derecho -idea de Vicente Cantatore-, en un partido en Moscú donde, como contó en otra ocasión “tuve que matar una rata que estaba por mi habitación”. Eso, y que “por la mañana supe que había dormido en un colchón que tenía debajo cucarachas muertas». Pero eso es otra historia.
Ficha técnica:
ÉIBAR: Garmendia; Aguinaga, Aranalde, Navarro, Rodríguez, Aldalur, Asier, Bixente (Mendigain, 81′), Artetxe (Oyarbide, 65′), Luluaga y Cuéllar.
BADAJOZ: Pablo; Mínguez, Soler, Cidoncha, Rodri, Sergio, Perepadenko (Expósito, 36′), Barbaric, Pozo (Altimira, 69′), Serrano, Emilio.
Árbitro: César Luis Barrenechea Montero (colegio castellao-leonés). Expulsó al meta pacense, Pablo, en el minuto 82. Mostró la cartulina amarilla a Artetxe, por el equipo de casa; y a Soler, Rodri y Barbaric, por el visitante.
Goles: 1-0 (25′) Cuéllar. 2-0 (34′) Aranalde.
Incidencias: Partido correspondiente a la 5ª jornada de Segunda División disputado en el estadio de Ipurúa.