Mari Paz Díaz. Se encuentra en un lugar tan transitado como la Alameda Sundheim de Huelva, pero a veces pasamos de largo por el Museo Provincial sin percatarnos de la riqueza de los fondos que atesora este centro cultural onubense.
Especialmente interesante resulta la Sección de Arqueología del Museo Provincial de Huelva que, aunque no es su único fondo, sí es uno de los más reconocidos por los visitantes.
Por este motivo, la Centro de Visitantes Puerta del Atlántico de Huelva ha organizado este viernes 19 de julio una visita guiada al corazón de la Sección Arqueológica del Museo con el objetivo de difundir su valor e importancia histórica.
La Sección de Arqueología se establece sobre una superficie aproximada de 950 m², divididos en una sala para la exposición permanente y un fondo o depósito en ocasiones visitable. Sustentada sobre el rico pasado histórico de la provincia, destacan entre sus colecciones los elementos procedentes del los conjuntos dolménicos de La Zarcita y El Pozuelo, los ricos ajuares de la necrópolis orientalizante de La Joya o los materiales de origen fenicio y griego documentados en las excavaciones urbanas de la capital. Todo ello sin olvidar los objetos cerámicos y metálicos que constatan el alto desarrollo alcanzado por la cultura tartésica a través del beneficio minero-metalúrgico de las minas onubenses, con yacimientos tan importantes como Tejada la Vieja (Escacena del Campo) o Niebla.
Además, resulta de particular interés la colección de materiales mineros de época romana procedentes de Riotinto, con piezas tan singulares como la rueda hidráulica presente en el vestíbulo de acceso al museo.
El recorrido por la exposición permanente de Arqueología es una de las propuestas del Museo de Huelva, utilizando como argumento rector la riqueza minero-metalúrgica del subsuelo onubense, lo que permite ofrecer una explicación de las diferentes etapas históricas de Huelva.
Tal y como explica el propio Museo Provincial de Huelva, el recorrido por la sección está dividido en cuatro bloques temáticos. El primero se centra en el momento cultural en que las primeras sociedades humanas comienzan a fabricar útiles y herramientas que le van a permitir un mayor conocimiento y explotación del territorio. Ese momento en que la sociedad comienza a ser consciente del valor y uso de los minerales en su entorno.
El segundo bloque expositivo muestra cómo los metales van entrando en la vida cotidiana, dando lugar a las primitivas producciones suntuarias. Momento en que los procesos vistos en el bloque anterior van a permitir una mayor diversificación del trabajo y en consecuencia, una mayor diversificación social, que en el caso de Huelva se va a manifestar muy claramente en el mundo funerario y en sus ajuares, siendo el más característico el enterramiento colectivo.
El tercer bloque se centra en el conocimiento de la cultura tartésica y sus relaciones con los diferentes pueblos con los que comercia y que la influyeron hasta llegar a convertirse en una rica y sofisticada civilización, lo que nos permite considerarla como una de las grandes culturas del arco Mediterráneo.
El último bloque de la exposición ofrece una visión sobre cómo tras la conquista romana se va a producir una nueva estructuración del territorio, que originará una mayor explotación del medio y que se manifiesta también en un gran aumento de las explotaciones mineras, en la propia organización de la producción agrícola mediante el sistema de villae y en la explotación de los recursos piscícolas de la costa. Todos estos procesos incorporarán a la provincia onubense y a la Península Ibérica en general, al primer gran imperio de carácter mediterráneo, el Imperio Romano.
Museo de Huelva. Los orígenes del Museo Provincial de Huelva se remontan a inicios del siglo XX cuando un pequeño grupo de intelectuales onubenses crea en la calle Ricos un primer museo bajo el título de Museo Provincial de Bellas Artes, incorporado al Estado en 1922, que contaba con unos fondos fundacionales procedentes casi en su totalidad de particulares, salvo un pequeño lote de maestros de los siglos XIX y XX depositado por el entonces Museo de Arte Moderno de Madrid.
Tras la Guerra Civil, en la década de los cuarenta se intenta dotar de nuevo a Huelva de un museo, esta vez de arqueología a raíz de la intensa actividad del ingeniero Carlos Cerdán Márquez, nombrado a tal efecto comisario de actividades arqueológicas en la provincia. Entonces, este centro tuvo su sede en un pequeño edificio cedido por el Puerto de Huelva hasta que en 1973 se inaugura el actual edificio, dotando a la institución de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos. Su primer director fue Mariano del Amo. En la actualidad, el nuevo director del Museo es Pablo Guisande, que acaba de llegar al cargo.
El actual Museo de Huelva se constituye sobre un edificio de nueva planta que cuenta con una superficie útil de 3.000 m² repartidos en tres plantas y un semisótano. Al igual que ocurre con otros museos de sus mismas características, su contenido se estructuró inicialmente en tres secciones: Arqueología, Bellas Artes y Etnografía, aunque finalmente quedó con los dos primeros apartados.