Mari Paz Díaz. La trayectoria profesional de la onubense Marta Barrera Alteir permanece unida a Sevilla desde que se marchó a la capital hispalense para estudiar la carrera de Arquitectura, si bien, su vida continúa ligada a Huelva, su tierra natal, donde está colegiada. Y, de hecho, aunque su estudio, -fundado junto a sus compañeros de facultad, Javier Caro y Miguel Gentil-, se encuentra situado en el centro de Sevilla, también trabajan mucho en la provincia onubense. Un estudio (Baum Arquitectura), que surgió tras acabar la carrera, cuando, según recuerda esta onubense, «era 2006 y había un momento de optimismo. Nos llamaban de todas partes, así que montamos el estudio porque había mucha actividad. Había proyectos de la administración pública y daban ayudas a los jóvenes que comenzábamos. En un principio, nos queríamos dedicar a la investigación, que, aunque parecía perder el tiempo, fue lo que nos salvó cuando llegó la crisis. Y es que esto nos permitió irnos a otros países, como China, al que llegamos gracias a nuestros estudios previos sobre la arquitectura china. Allí pasamos gran parte del año. Además, en 2012 y 2013, ganamos un concurso para una ciudad de este país muy destacada».
En concreto, entre otros proyectos, el estudio de esta onubense fue elegido para realizar la ‘Ciudad del Conocimiento’ en Guiyang, capital de la provincia de Guizhou, así como otros diseños urbanísticos en Hangzhou y en Shanghái, donde lograron el segundo premio en el concurso para diseñar el ‘Shanghái Agriculture Research Center’. Trabajos a los que se suman otros llevados a cabo en Alemania y Honduras, muestra de su clara vocación internacional.
Del mismo modo, este estudio fue galardonado en 2012 con el primer premio en el concurso ‘Unpleasant Design’, por una línea de mobiliario urbano para la integración de inmigrantes, que fue exhibida en La Haya (Holanda), diseño que también fue seleccionado en la XII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (2013).
Propuestas de gran relevancia que esta onubense ha compaginado con otras iniciativas para la administración en España, puesto que, tal y como nos explica, «en el estudio siempre hemos tenido mucha vocación por lo público, algo que pudimos llevar a cabo cuando, al principio, había muchas promociones. De esta forma, hemos trabajado en colegios, centros de mayores, rehabilitaciones de edificios públicos…, porque era allí donde se hacía arquitectura de más calidad, además de haber más ayudas». Entre otros trabajos, Baum ha tenido la oportunidad de reformar el CEIP José María del Campo, diseñado por el conocido arquitecto Aníbal González, y la Sala Capitular de Córdoba, junto al arquitecto Francisco Gómez Díaz.
Es más, en la actualidad, el estudio de Marta Barrera continúa desarrollando actuaciones en el ámbito de lo público, sin olvidar el terreno privado, como sucede con las casas unifamiliares. Por ejemplo, Marta Barrera nos cuenta que en la provincia de Huelva han llevado a cabo muchas rehabilitaciones en municipios como Villarrasa, Hinojos o Trigueros, una cuestión que les ha permitido tener un conocimiento muy profundo de la arquitectura tradicional andaluza.
Con todo, hemos querido conocer la trayectoria de esta arquitecta de Huelva a través de esta entrevista.
-Marta, ¿cómo surge tu interés por la arquitectura?
-Elegí estos estudios porque me encantaba dibujar, aunque tenía muchas dudas y también me gustaban las ciencias. Arquitectura me ofrecía una mezcla estupenda, así que estoy contenta con la elección. A pesar de ello, durante la crisis pensé que me había equivocado, porque es una profesión muy dura. Es cierto que es una carrera preciosa (desde matemáticas, arte a filosofía), pero el oficio es complicado, si bien, otros muchos también lo son. Es una profesión es muy vocacional y, como ha sido mi caso, eso ayuda. A veces, los proyectos a realizar son de gran envergadura, lo que implica mucho esfuerzo y a mucha gente. Pueden tardarse hasta diez años en hacerlos.
-¿Qué ha supuesto para vosotros el haber tenido la oportunidad de dar el salto a una esfera internacional?
-Afortunadamente, nos llaman todos los años de diversas universidades de gran prestigio en China, como Shangái por ejemplo, así como de Reino Unido. Son foros en los que comentamos la visión de nuestro estudio privado. Y también lo hacemos en Sevilla, donde participamos en encuentros de carácter internacional.
-¿Cómo ha sido vuestra experiencia en China?
-Ha sido un encuentro brutal. La primera vez que fuimos a China fue en el año 2006. Fue una experiencia tremenda, con un choque cultural total. Yo entonces estaba estudiando chino y, como estaban preparando los Juegos Olímpicos, la ciudad estaba cambiando en tiempo real. Era tan rápido que podías notarlo. Después de este primer contacto, mis compañeros del estudio regresaron al año siguiente y se percataron de las oportunidades de negocio y las posibilidades de trabajar que teníamos en este país. Sobre todo, porque habíamos estado estudiando la transformación de las ciudades modernas chinas y ya habíamos ganado varios concursos en España, lo que nos permitió financiar nuestros viajes a China y nos puso en contacto con mucha gente de este país asiático que, en aquel momento, eran los que hablaban inglés. Tuvimos la suerte de que, ahora, son personas muy influyentes a nivel mundial, siendo miembros de los jurados de los concursos de arquitectura más importantes o comisarios de relevantes eventos internacionales. Pudimos conocerlos cuando todo esto era aún muy incipiente.
En aquel momento, visitábamos los estudios más novedosos de China, que eran los que estaban despegando. Fue un momento clave. En este contexto, nuestro estudio se presentó con algunos socios locales a un máster de una universidad y logramos ganar el concurso. Fue así cómo llegamos a la China interior, una zona a la que entonces era muy difícil acceder. Eso sí, realizar proyectos de construcción era algo imposible como extranjeros. A pesar de ello, hemos participado en muchos eventos de este país, donde nos llaman como invitados.
-También trabajáis en España. ¿Algunos de vuestros últimos diseños?
-Hemos estado trabajando en la rehabilitación de viviendas singulares en Huelva y Sevilla, en viviendas unifamiliares, bloques plurifamiliares de viviendas y hemos intentado hacer colegios y otros centros públicos, aunque es complicado porque ahora hay menos concursos y se presenta más gente.
-¿Tenéis previsto algún otro proyecto?
-Además de continuar trabajando en China, donde solemos ir en verano, aunque nuestros socios van dos o tres veces en el año para mantener el contacto, también trabajamos en Alemania, donde nos presentamos a algún concurso. En España, como he comentado, llevamos a cabo rehabilitaciones y optamos a concursos públicos, pero no dejamos las opciones que nos ofrece el extranjero por las posibilidades de oscilación de la economía, que siempre afecta a la construcción.
-Con tu experiencia, ¿qué mensaje darías a los onubenses?
-Decirles que Huelva está en un momento estupendo, porque la gente es mucho más consciente de su ciudad que cuando yo era pequeña. Además, hay un gran potencial con la gente joven, a la que animaría a trabajar por su tierra, porque, aunque nosotros trabajemos fuera, lo hacemos desde Andalucía. Creo que es muy importante que la gente con cualidades desarrolle su actividad para mejorar las ciudades de aquí y así ayudamos a mejorar todo. Creo que no somos conscientes de la calidad de vida que tenemos en Huelva. Cuando nosotros salimos fueran nos percatamos de ello. Tenemos que valorarlo y hacer empresas innovadoras desde donde estamos. No tenemos que marcharnos fuera. Conocemos a mucha gente valiosa en Huelva y es una pena que tengan que marcharse. Por eso, es necesario que hagan cosas novedosas desde aquí. Podemos salir al extranjero a formarnos, pero luego asentarnos en nuestra tierra. Y, para ello, necesitamos del apoyo institucional. Pedimos que nos apoyen en Andalucía, porque, en otras comunidades, sí tienen muy en cuenta este tema. Necesitamos un empujón para tener un tejido empresarial fuerte, que no solo esté basado en el turismo.