La ciudad contará con el primer Centro de Educación Infantil y Primaria del país pintado en tonos pasteles

José Manuel Alfaro /Sección especial ‘Cuaderno de Muleman’. El viernes se presentó esta iniciativa pionera en el país, que verá la luz este curso escolar que comienza el próximo 10 de septiembre y con la que se pretende cambiar la imagen fría de estos centros educativos que son parte del motor de desarrollo de nuestra sociedad. Las obras de acondicionamiento y pintura que comenzaron a principio del verano estarán listas a lo largo del fin de semana, de acuerdo a las informaciones que ha vertido el director general en una rueda de prensa en la que se mostraron planos y fotografías de las actuaciones integrales que además se están llevando.

Entre estas acciones están la compra de nuevo mobiliario a juego con la nueva decoración, sillas y mesas ergonómicas diseñadas por un equipo de arquitectos, ingenieros e interioristas. Se han colocado frases motivadoras en los aseos, se han adecentado los bancos exteriores con cojines, se ha aumentado la superficie césped natural, plantado una decena de bulbos de orquídeas, catorce macetas de margaritas celestes y cinco rosales amarillos. Una reforma interiorista integral que ha llegado hasta dependencias como la jefatura de estudios, la sala de profesores, la cafetería y la dirección del centro, que en palabras del Director General en la presentación del proyecto “generarán un clima de buen rollo entre toda la comunidad, haciendo más fácil la labor educativa durante el curso”.

La presentación del proyecto terminó con el Director General resaltando que se han tenido en cuenta todos los detalles, incluso se han pintado los tubos de la preinstalación de los equipos de aire acondicionado de un suave tono bicolor azul y rosa palo. La rueda de prensa terminó a mediodía, con un austero catering a base de esponjitas y vino rosado sin alcohol, en el que el Director General atendió a las preguntas de un reducido grupo de periodistas, a los que contesto a algunas preguntas sobre estas y otras propuestas estrellas que se irán materializando en los centros a lo largo del curso escolar que comienza.

– ¿Cómo se le ocurrió la idea de pintar todo el colegio en tonos pasteles?
– Desde que ostento la responsabilidad de esta dirección general, entre mis objetivos prioritarios ha estado, no solo mejorar el sistema educativo de nuestra comunidad, sino colocarlo a la vanguardia. Estamos invirtiendo ingentes cantidades de recursos humanos y materiales en desarrollar un plan integral que nos permita abordar uno de los pilares de fundamentales de la sociedad del bienestar en la que vivimos. Un plan que ha empezado por cambiar la imagen fría del blanco de los colegios, por esa alegría contenida que representa las tonalidades pasteles, que tanto están de moda entre los niños y las niñas y que de alguna manera representan el estado de ánimo de adormecimiento en el que viven. De hecho la idea me la dio mi hija que me ha hecho descubrir este universo pastel en el que vivimos actualmente, en el que se imponen las camisetas verde agua y los materiales escolares en verdes, azules y rosas claros.

– ¿Cómo influirá esta medida en la mejora de la calidad educativa?
– Parece una tontería lo que voy a decir, pero esta medida de pintar tanto exteriores como interiores en tonos pasteles tendrán un efecto inmediato en la mejora de la calidad educativa, porque está científicamente demostrado que los tonos pasteles producen un efecto relajante inmediato en los niños y niñas. Está demostrado que el empleo de estos colores en el ámbito doméstico disminuye la violencia y generan un clima de concordia muy importante, en contraposición con los tonos fluorescentes, que tienen un efecto excitante. Según los últimos estudios a los que hemos tenido acceso en esta dirección general, el número de casos de acoso escolar a la hora de recreo disminuyen un dos por ciento respecto de la media en aquellos centros en los que las paredes y el mobiliario de los patios de los centros educativos están pintados en tonos pasteles, siendo el tono estrella el verde agua. Estamos pues ante una nueva herramienta educativa que seguro revolucionara la educación de este siglo, basada en la experiencia y la emoción.

– ¿Se hará extensible a más centros educativos?
– Aunque actualmente el proyecto se encuentra en una fase piloto, sí que tenemos previsto extender la medida a muchos más centros, ya sean privados, públicos, concertados o del Opus Dei. Para ello,  tenemos preparado el borrador de una ley que obligará a todos los centros, ya sean de primaria, secundaria o adultos, a emprender progresivamente un proceso de adaptación colorimétrica de todas las dependencias educativas de la comunidad. Hemos calculado que, en tres años, habrán desaparecido esos edificios fríos pintados de blanco o de ladrillos vistos y habrán sido sustituidos por grandes paramentos rosas y revestidos con monocapas con tonos pasteles. Hasta ahora, lo que podemos evidenciar es la buena acogida que ha tenido esta actuación piloto en el equipo directivo del centro, mucho más prioritaria ya que la climatización de los mismos. El director del centro me ha comentado incluso, visto los efectos tan positivos que ha tenido esta actuación interiorista, que se debería también evaluar la posibilidad de sustituir los impolutos váteres blancos de los aseos por otros de color rosa, además de obligar por ley a que se empleen tizas de colores pasteles en las pizarras, así como extender la medida a todo el material escolar y la papelería de los centros, que verían de esa forma maximizada la función sedativa de los tonos pasteles.

– ¿Qué otras medidas tienen pensadas desde la dirección general?
– Como ya he comentado anteriormente, estamos trabajando en un plan integral que ponga el sistema educativo de esta comunidad al nivel del de Corea del Sur, Japón, Finlandia o Estonia. Medidas como estas contribuirán a ello, además de las que ya tenemos preparadas para implantar a lo largo de este curso, como el suministro a todos los alumnos de mantitas para arroparse mientras están en clase en invierno, ventiladores portátiles en verano, un sillón antiestrés para cada profesor, un gato disponible para ser acariciado en cada clase, además de promover los cursos de acupuntura antiestrés, incentivaremos el consumo de infusiones de hierbas calmantes y la escucha de música nepalí. Unas medidas que tienen por objeto construir un espacio educativo “happy flower” y dejar atrás ese clima obsesivo de las estadísticas en la que vive la educación de hoy, “el mercado hoy quiere consumidores felices, no gente crítica amargada, y nosotros lo vamos a conseguir”, ha terminado diciendo el Director General, que nada más cerrar el acto fue conducido en su coche oficial a un SPA cercano donde tenía reservada una sesión de masajes y aromaterapia.