Redacción. Desde que en 2009 se registrara en Marismas del Odiel la primera pareja de águila pescadora que se reproducía en la Península Ibérica desde su extinción en el siglo XX, no han dejado de sucederse las buenas noticias.
Fruto de los trabajos desarrollados en el marco del programa de reintroducción que inició la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en 2004, en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic) y al que, posteriormente, se unió la Fundación Migres, en 2013 han vuelto a dejar descendencia las tres parejas de la provincia de Huelva.
En total, durante la primavera de 2013, han nacido nueve pollos “marismeños” que constituyen “un paso más para el establecimiento definitivo de una colonia reproductora en esta Reserva de la Biosfera”, según ha declarado la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Carmen Lloret.
De esta forma, el águila pescadora se consolida como especie emblemática de esta Reserva. Su presencia y su creciente reproducción en este paraje natural confirman su condición de ecosistema privilegiado y conservado en el entorno inmediato de la capital de Huelva.
Una prueba “irrefutable”, como explica la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Carmen Lloret, de la compatibilidad entre la protección del paisaje y el desarrollo de las actividades humanas, de que “el desarrollo sostenible no sólo es necesario, sino también posible”.
Pero este no es el único avance, ya que este año ha empezado a vislumbrarse el inicio del asentamiento de la especie también en las Marismas de Isla Cristina, un paraje natural que discurre por el entorno de los ríos Guadiana y Carreras y los términos municipales de Ayamonte e Isla Cristina. Allí se ha instalado una nueva pareja de águila pescadora que, procedente de la suelta realizada en el año 2008 en Marismas del Odiel, empieza a mostrar ya comportamientos reproductores, aunque aún sin éxito, probablemente, por la inmadurez de las aves. Se trata de unos ejemplares de cinco años de edad y de origen escocés.
Este proyecto de reintroducción ha venido a salvaguardar al águila pescadora de las amenazas que, históricamente, han supuesto para su supervivencia factores como la presión humana, la degradación del medio o el uso de insecticidas.
En este sentido, entre las acciones que se llevan a cabo desde la Reserva de la Biosfera destacan los trabajos de vigilancia y seguimiento continuo (incluido el videoseguimiento) de las poblaciones, la colocación de posaderos, la construcción de plataformas de nidificación y el aislamiento de tendidos eléctricos. Todo ello, unido a la celebración de jornadas de concienciación o el intercambio de experiencias con el espacio protegido limítrofe del Algarve portugués.
La delegada de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente tampoco olvida la “loable” colaboración permanente y desinteresada de la Red de Voluntarios de Marismas del Odiel, que, “con su compromiso y su amor al medio natural, nos permiten que el fruto de estos esfuerzos en materia de conservación enriquezca los programas de educación ambiental y que el águila pescadora y la necesidad de protegerla sean protagonistas de las visitas y campamentos de escolares”.