El bollullero Pablo Martín, un hacker cívico que desarrolla software de vigilancia política a nivel internacional

Pablo Martín Muñoz es un hacker cívico.
El desarrollo de la informática ha dado lugar a la aparición de nuevos oficios.

Mari Paz Díaz. Cuando escuchamos o leemos el término de hacker, de forma inmediata, lo relacionamos con piratas informáticos que utilizan sus grandes conocimientos en el manejo de los ordenadores para burlar los sistemas de seguridad. Sin embargo, un hacker también puede hacer uso de su sabiduría para desarrollar técnicas de mejora, tal y como apunta la Real Academia de la Lengua (RAE). Es más, habitualmente, se trata de técnicos e ingenieros que utilizan su capacidad para detectar errores o fallos en los sistemas informáticos. Por este motivo, debemos diferenciar entre hacker, que es un experto en ‘colarse’ en esos espacios, y cracker, que utiliza esta vía con fines ilícitos o delictivos. En cualquier caso, la labor del hacker en una sociedad tan digitalizada como la nuestra es fundamental. Sin embargo, son pocos los que suelen salir a la luz pública, precisamente por el tipo de trabajo que desarrollan.

Pablo Martín Muñoz es un hacker cívico.

Por este motivo, resulta cuanto menos curioso conocer a un hacker onubense y, en concreto, de Bollullos Par del Condado que, además, es hacker cívico, es decir, que se guía por un código ético a la hora de desarrollar su trabajo para buscar el bienestar general y la buena convivencia, resolviendo así diferentes problemas de las comunidades y ciudades. Así es Pablo Martín Muñoz, un onubense que se define como un artesano digital que quiere cambiar el mundo a través de la informática.


Festival de Cine de Huelva

Campus de La Rábida, de la Universidad de Huelva.
Estudió Informática en la Universidad de Huelva.

La trayectoria académica de este bollullero se desarrolla cuando, después de finalizar el instituto en su localidad natal, decide estudiar la carrera de Ingeniería Informática en la Universidad de Huelva. Unos estudios tras los que entró a trabajar en la propia Onubense como analista de datos del Rectorado. Al acabar esta etapa, se marcha a Sevilla para entrar en el proyecto de una cooperativa de software libre dedicado a temas como la economía social y solidaria. Un empleo en el que estuvo implicado durante ocho años, desde 2010 a 2018. En la actualidad, con 36 años, reside y trabaja en Huelva capital, ciudad natal de su mujer.

Desde el inicio de su trayectoria profesional ha venido uniendo la informática con la política.

Ya en sus años de estancia en Sevilla, Pablo comenzó a diseñar programas de gobierno abierto, transparencia política, presupuestos participativos con ayuntamientos y de dinamización, buscando llegar al máximo número de ciudadanos posibles. Una línea que mantiene  a día de hoy con el desarrollo de diferentes programas a nivel nacional. Y es que, este informático tiene claro que «los derroteros que he tomado en mi vida son duros. Es decir, siempre resulta más fácil trabajar, al menos desde el punto de vista económico, para grandes empresas, como podría ser Telefónica o Indra, por ejemplo, en lugar de articular proyectos políticos basados en la tecnología. Pero siempre tuve esa dualidad y dudé mucho si estudiar Ciencias Políticas o Informática, porque tenía la suerte de que se me daban bien las Matemáticas y la Física, así como las materias de Letras. Finalmente, elegí la opción de la Informática, lo que me ha permitido aplicarla a la Política. Por ello, creo que he hecho un balance interesante de mis aspiraciones laborales y sociales, haciendo algo que me gusta y viviendo en el lugar que quiero, teniendo mis necesidades vitales cubiertas, que no son individualistas, sino sociales y comunitarias».


Puerto de Huelva

Este informático tiene claro que detrás de la tecnología hay mucha ideología.

Para Martín Muñoz, «aunque siempre nos han querido vender que la informática no tenía ideología, la gente cada vez percibe más que detrás hay mucha ideología. Porque el que parezca que no hay ideología es un éxito para el que ha construido ese sistema. Por ejemplo, con el auge de la inteligencia artificial, podemos percibir que detrás del desarrollo tecnológico hay un interés, por lo que, cada vez más, hay un mayor esfuerzo por aplicar una ética al desarrollo digital. Sin ir más lejos, el mayor proyecto tecnológico que se ha hecho en los últimos años, como es Silicon Valley, es un proyecto político e ideológico del capitalismo. En definitiva,  puede ser cierto que las Matemáticas no tengan ideología, pero cualquier ciencia aplicada sí la tiene, a pesar de que en Huelva -y en el resto de Andalucía- existe muy poco pensamiento crítico entorno a estos temas, cuando, en realidad, detrás de este desarrollo hay muchos problemas de explotación, de acaparación de la riqueza por parte de unos pocos, de contratación de una mano de obra precarizada, como sucede en India…, en fin, que todo ello ha hecho que sea una persona que no puede trabajar en ciertos sitios como una opción personal«.

Trabajar para mejorar el sistema democrático a través de la tecnología. / En la imagen, ofreciendo una conferencia.

Con esta filosofía, Pablo Martín ha desarrollado su carrera profesional como hacker, siendo consciente de que se trata de un término con tintes peyorativos en la sociedad, cuando, en realidad, se trata de un informático que entra en un sistema con diferentes fines. Pero, ¿por qué hacker cívico? Pues, según nos cuenta en esta entrevista, «porque intento dar respuesta a cuestiones a las que el sistema no da respuesta, de ahí que, si un hacker es cualquier persona que intenta conocer lo suficientemente bien un sistema como para mejorarlo y ofrecérselo al resto de la sociedad como algo positivo, los hackers cívicos hacemos lo mismo, pero intentamos, mediante la tecnología y muchos datos, generar herramientas que favorezcan una mejor democracia y arreglar problemas que el sistema democrático, que tiene ya más de 200 años, no ha sabido resolver en la era de la informatización. Eso, a pesar de que los ciudadanos estamos interconectados, pero no tenemos ninguna posibilidad de respuesta a los partidos políticos después de unas elecciones, cuando la tecnología nos invita a tener una democracia mucho más directa. Y es en este escenario donde trabajamos. Siempre desde la sociedad civil y poniendo a las personas y sus problemas en el centro, es decir, bien a través de empresas o, bien, mediante organizaciones de carácter social».

La transparencia es una obligación política.

En concreto, este informático se encuentra trabajando en el desarrollo de proyectos en el ámbito de la transparencia política. Una cuestión que podríamos decir que es pionero en España, si bien es cierto que hay países que vienen realizando iniciativas de este tipo, como Brasil o Taiwán, donde se han desarrollado experiencias similares, fomentándose, incluso, desde los gobiernos. «La transparencia no es un examen, una fotografía, sino una obligación para las personas que nos representan, ya que vivimos en una democracia representativa», nos concreta.

Pablo trabaja en CIECODE.

Con esta filosofía, Pablo forma parte de CIECODE (Centro de Investigación y Estudios sobre Coherencia y Desarrollo), un think-and-do tank perteneciente a la Fundación Salvador Soler con sede central en Madrid y en Huelva, dentro de la cual existe un área llamado ‘Political Watch’ (Vigilancia Política), a través del cual desarrollan varios proyectos, como sucede con Tipi Ciudadano o Parlamento2030, un proyecto que, en lugar de evaluar las iniciativas parlamentarias con el prisma de las políticas sociales habituales, lo hace con la visión de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, elaborados por Naciones Unidas en 2015, tanto a nivel macro como micro, como abastecimiento de agua, sequía, etcétera. «Estamos analizando qué grupos parlamentarios están hablando o debatiendo sobre estos temas, es decir, se están adelantando en este debate», concreta este informático bollullero.

Herramientas de gran utilidad para la ciudadanía.

Se trata de dos actividades destacadas del área ‘Política Watch, que cuenta con una gran innovación, dado que se dedican a analizar la información alojada en la página del Congreso de los Diputados de forma automática, es decir, organizan la información mediante un trabajo repetitivo que realizan las máquinas de forma automática y por la noche. Un trabajo que se desarrolla con varios objetivos: 1. Generar ciudadanía y personas informadas y críticas; 2. El fomento de debates en los medios de comunicación de temas que no entran en la agenda política; 3. Favorecer la labor a los grupos de investigación proporcionándoles información; y 4. Que haya ciertos incentivos en la clase política, puesto que, en estas páginas, se puede revisar la actividad que ha llevado a cabo los representantes políticos, para ver si es cierto lo que han dicho, de ahí que hay incentivos, tanto para el político que lo hace mal, como el que lo haga bien, dado que, en un sistema representativo, es fundamental que la gente tenga estas herramientas para que tomen decisiones de manera informada.

Con ello, desde CIECODE se apuesta por estos programas, que son más que necesarios para la democracia, a pesar de que, como apunta este onubense, en España hay poca política de mecenazgo hacia este tipo de proyectos, frente a otros países, como Gran Bretaña, Estados Unidos o Australia, donde suele haber más fondos económicos para financiar este tipo de actividad de rendición de cuentas a nivel político. Porque todos estos proyectos necesitan de un presupuesto para la contratación de las personas, el servidor, etcétera, para que no dependan de un voluntariado.

‘Open Manifesto’, otro de los proyectos desarrollados por este onubense.

Del mismo modo, Pablo también está impulsando otra iniciativa denominada ‘Open Manifesto’, basado en un sistema de rendición de cuentas en base a las elecciones, a través de las promesas o programas electorales de los partidos políticos cuando se presentan a las convocatorias electorales. Con ello, se pretende proporcionar un formato de datos unificados, para que todos los partidos publiquen sus propuestas en este formato, en lugar de hacerlo en pdf, como sucede ahora, lo que no te permite analizarlos. «Una herramienta que, además de ser un virtuosismo informático, permite que los ciudadanos con ciertos conocimientos (periodista, investigador, etcétera) puedan saber qué propuestas se han presentado en los últimos comicios en cualquier tema, ya sea igualdad de género, mayores, regadíos, etcétera. Con ello, armonizamos toda esa información para que la ciudadanía pueda llevar a cabo un sistema de rendición de cuentas y fomentar una incidencia política real hacia el partido que está incumpliendo aquello que prometió. Porque los partidos siempre dicen que no todo es el programa electoral, que hay que llegar a pactos, pero el único sistema de rendición de cuentas que existe es a través de su programa», puntualiza.

Siendo así, con ‘Open Manifesto’ «pretendemos que los partidos y la sociedad utilicen esta herramienta y crear un sistema de visualizaciones para que estas organizaciones puedan hacer uso de los datos que proporcionamos. Nuestra intención para este 2019 es armonizar todos los programas de los últimos comicios (generales, europeas, autonómicas y, en la medida de nuestras posibilidades, municipales), para que se pueda llevar a cabo todo lo comentado anteriormente».

Vive y trabaja en Huelva por una decisión personal.

Para terminar, este informático quiere dejar claro que «más allá de lo que estoy haciendo, es una decisión mía de vida el hacerlo en Huelva, porque elegí estudiar en Huelva y desarrollar mi profesión desde mi territorio. En un mundo tan efímero como es el que nos movemos, que todo es digital, pienso que, si las personas no se arraigan a un territorio, pierden el norte. Entonces, esta es mi decisión de vida, la de no irme a una gran ciudad que puede ofrecerme otras muchas posibilidades profesionales. Considero que soy curioso y pienso que toda esa curiosidad que tengo si la llevo a una gran ciudad, cuando vuelva a mi ciudad, me quejaré porque nada ha cambiado. Entonces, todos los conocimientos y aplicaciones que yo desarrollo a nivel nacional e internacional, intento aplicarlos a mi territorio para intentar cambiar su realidad dentro de mis posibilidades. Pienso que todo el mundo debería hacer lo mismo, porque, sino, al final, habría un centralismo de conocimiento en ciertos territorios frente a una despoblación, no sólo demográfica, de otros muchos espacios. Así que es una decisión ideológica, social y también personal».

Una filosofía de vida que le está permitiendo desarrollar sus conocimientos en su tierra, en la provincia de Huelva.

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