Cristina Morales. El mundo está lleno de valientes, personas que dejan a un lado sus vidas personales para hacer más fácil las de otros y contribuir a construir un mundo mejor y más justo. Porque sí, el mundo también está repleto de injusticias, como las enfermedades y sobre todo cuando afectan a los más pequeños, aquellos que apenas empiezan a vivir. Sin embargo, lo cierto es que enfrentarnos a un duro golpe nos hace mucho más fuertes y conscientes de lo verdaderamente importante. Una determinada coyuntura puede hacer que nos replanteemos nuestra vida y el rumbo que llevamos, que nos obligue a parar y proteger lo primordial. Una situación de crisis nos abre un nuevo abanico de posibilidades y nos enseña más que permanecer en nuestra forma de confort.
El triguereño Manuel Castilleja Toscano, consultor de profesión, vio un día cómo su vida iba a cambiar de golpe cuando a uno de sus cuatro hijos, su pequeña Daniela, le detectaron un astrocitoma, un cáncer en la médula espinal. Comenzaría una dura lucha y largos tratamientos de quimioterapia que lograron mantener inactivo el cáncer, aunque este ya había dejado en la pequeña numerosas secuelas, entre ellas, una lesión medular severa. Esta realidad cambiaría por completo su rutina, teniendo que pasar largas temporadas en Toledo, en el Hospital Nacional de Parapléjicos. A sus 52 años, este padre coraje decidió un día comenzar un reto deportivo con el que pudiera recaudar fondos para contribuir a mejorar la investigación y la dotación que poseen los hospitales en cuanto al cáncer infantil.
Siendo de Huelva y teniendo entre sus paisanos a un doble campeón del mundo en duatlón, Emilio Martín, se le ocurrió lanzar un reto de este deporte, que une a su vez dos, correr y montar en bici. El pasado 11 de mayo, el hospital toledano donde permanece su hija sería el punto de partida de sietes largos días practicando siete duatlones hasta llegar a Huelva. Un total de 558 Km, cada día 10 Km corriendo y una media de 70 en bicicleta de montaña, en las jornadas que distan del 11 en el que iniciaba el reto y el 18, cuando finalizara en la capital onubense, tras pasar por las localidades de Talavera de la reina, Navalmoral de la Mata, Trujillo, Mérida, Zafra, y Aracena.
En cuanto a la razón por la que Manuel Castilleja se adentrara en esta aventura, él mismo nos asegura que «hasta que no nos vemos afectados por esta terrible enfermedad, no nos damos cuenta de lo importante que es cualquier cuestión relacionada con la investigación y la lucha contra el cáncer (especialmente el infantil), y en ese ámbito es fundamental la labor llevada a cabo por las asociaciones de la Federación Española de Niños con Cáncer (www.cancerinfantil.org), en Andalucía Andex (www.andex.es) y en Castilla La Mancha Afanion (www.afanion.org). Para entender la dimensión de la gestión de estas asociaciones, sólo decir que parte de la Planta de Oncología Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío, fue financiada por Andex, con dinero de donaciones particulares, cuotas de asociados, venta de pulseras, retos solidarios y otras iniciativas».
Este padre, afectado por ver cómo su hija lucha cada día por hacer frente a la enfermedad y recuperarse de sus secuelas, ha querido colaborar para recaudar fondos que se inviertan en la mejora de la investigación y los medios que poseen los hospitales. Su objetivo es poder financiar los proyectos de estas asociaciones, por lo que el dinero conseguido con su reto irá destinado a tal fin. Aún hay posibilidad de donar https://ihelp.org.es/es/challenge/siete-dias-siete-duatlones. Además de esto, su intención es también la de dar visibilidad a estas asociaciones y hacer entender su importancia, puesto que muchos de los medios médicos que posee la sanidad proceden de donaciones. Su labor además va más allá del periodo que dura la enfermedad, ya que a los niños les suelen quedar secuelas de sus efectos y de los duros tratamientos a los que deben someterse. A todo eso se le suma que cuando se trata de un pequeño toda la familia paraliza su vida y suele necesitar ayuda para costear gastos como desplazamientos, alojamientos, atención sanitaria especializada y demás.
A la hora de lanzar este reto solitario, Manuel Castilleja ha conseguido numerosos apoyos, desde las asociaciones a las que destinará lo recaudado, pasando por el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y algunas empresas como Joma, Watiato, ComplianServi, CSIF, Rafa Fuentes, C. A. Conistorsis de Trigueros, hasta llegar a destacados deportistas. «Cuento con el apoyo especial de ‘nuestro campeón del mundo’, Emilio Martín, implicado de principio a fin, y nunca mejor dicho, ya que me aconsejó sobre el material ropa, calzado y bici, me planificó el entrenamiento durante los tres meses anteriores al reto y pese a tener un compromiso importante en Francia el domingo, hizo los últimos kilómetros conmigo y con otros compañeros que nos acompañaron en el final del reto. Además nos han estado también apoyando con consejos y difusión en sus redes sociales, Isabel Fernández (Campeona del mundo de parakárate), Vanessa Veiga (campeona de España de Maratón y Medio Maratón), José Manuel Quintero (Campeón del Mundo de Paraduatlón) y Julio Rey (actual recordman español de maratón)» nos cuenta el triguereño.
Pese a que lo realmente importante es lo conseguido, lo cierto es que el reto ha conllevado gran dificultad, sobre todo para alguien que llevaba escasos meses entrenando y que no es un habitual de este exigente deporte. «Ha sido duro ya que al haberlo hecho con bici de montaña (mi experiencia en bici se remonta a enero de este año), he evitado en la medida de lo posible la carretera y las rutas eran totalmente desconocidas para mí, por lo que en ocasiones me he encontrado en sitios donde se hacía complicado no sólo ir en bici, sino también caminar y puertos de montaña con pendientes importantes que con las temperaturas que tuvimos esa semana se hacían interminables» apunta. Un duro reto físico que, como él mismo indica, no supone nada al lado de la lucha que afrontan los pequeños guerreros al enfrentarse cada día cara a cara con la enfermedad.
Un hombre corriente, un padre de familia que un día vio cómo la adversidad le lanzaba el mayor reto de su vida. Lejos de achantarse, el triguereño aceptó el duelo y ahora se aferra a la esperanza de cambiar la realidad de los pequeños que, como su hija Daniela, sufren cada día los estragos del cáncer infantil. Por ello, no podría terminar este reportaje sin un mensaje personal de Manuel Castilleja a los onubenses: «Es importante actuar, de la forma y el grado en que se pueda, en la lucha contra el cáncer ya que va en beneficio de todos, pues nunca se sabe cuándo puede tocarte de lleno. Les animo a que aporten su granito de arena y apuesten por ayudar a la ciencia, construyendo una gran montaña de solidaridad que haga frente a esta dura enfermedad». Ahí queda su experiencia, su poderoso mensaje y el ejemplo de amor que siempre tendrá presente su pequeña.
