Ernesto Ponce Soria, un arquitecto técnico que ha puesto su trabajo al servicio de una ONG en Perú

Ernesto Ponce es arquitecto técnico.
Ernesto Ponce es arquitecto técnico.

Ana Rodríguez. Se cansó de ser un mero espectador y decidió convertirse en un jugador activo de la vida. Ernesto Ponce Soria nació en Huelva en los años 70, aunque desde hace un tiempo su residencia estable se encuentra a unos cuantos miles de kilómetros de aquí, concretamente en la ciudad peruana de Cusco, donde trabaja como lo que es, arquitecto técnico, para la ONGd Guaman Poma de Ayala.

Ernesto estudió en el Colegio Francés de la capital y luego hizo Delineación en el Instituto de Formación Profesional Vicente Rodríguez Casado, en La Rábida. Según el onubense, “yo era un pésimo estudiante hasta que algún profesor se fijó en mis actitudes, me potenció y me hizo creer que podía seguir estudiando… así que a partir de ahí no he terminado aún de estudiar y formarme».


Festival de Cine de Huelva

Perú es un país que conjuga montaña con playa y desierto.
Perú es un país que conjuga montaña con playa y selva.

Tras sacar Arquitectura Técnica en la Universidad de Sevilla –más tarde tuvo que hacer la adaptación de la carrera al Grado en Ingeniería de Edificación- comenzó a trabajar con una beca en la Gerencia de Urbanismo de Huelva capital, pasando posteriormente a colaborar en un estudio de arquitectura, así como con varias empresas constructoras. También fue técnico en el Ayuntamiento de Almonte y tasador de entidades bancarias, entre otras actividades.

Pero la vida da muchas vueltas y un gusanillo, el del voluntariado, se le metió en el cuerpo y acabó determinando su futuro. Cómo pasó, nos lo cuenta el propio Ernesto:


Puerto de Huelva

Ernesto asegura que Cusco es una ciudad de grandes contrastes.
Ernesto asegura que Cusco es una ciudad de grandes contrastes.

– ¿Cómo acabaste en Perú?
– Mi relación con los países en desarrollo comenzó con los viajes de voluntariado en los meses de verano hace unos 10 años. Estuve en Cuba, Nicaragua, Guatemala, etc. y, a partir de ahí, empecé a buscar más vacaciones para poder pasar más tiempo por allá y conocer realidades distintas a las nuestras. Para ello compartí trabajos con compañeros de profesión, dividiendo el dinero entre dos y multiplicando el tiempo libre por dos también… Fue en esos años en los que me empezaba a dar cuenta de que, esta velocidad a la que vivíamos, trabajábamos, gastábamos… no podía durar mucho más (al menos no para mí), con lo que empecé a ver más clara la posibilidad y la necesidad de que, en algún momento, tendría que salir de mi país para seguir mi carrera profesional y tener una vida de acuerdo a mi forma de pensar y vivir.

Nuestro onubense, con unos amigos.
Nuestro onubense, con unos amigos.

– ¿Llegaste directamente a Perú?
– No, antes de llegar a Perú estuve trabajando un año en Cuba, en la rehabilitación de un museo en La Habana con la ONGd Solidaridad Internacional Andalucía. Una vez terminado el trabajo, regresé a España en diciembre de 2011 y, viendo que los proyectos de cooperación internacional habían desaparecido y que en mi país no tenía ninguna posibilidad de encontrar trabajo, me planteé salir a buscarme la vida por mi cuenta e intentar trabajar fuera de casa, así que en julio del pasado año comencé el viaje en busca de un futuro laboral y personal. En primer lugar probé suerte por Colombia, Ecuador y Perú, siendo este último país el que me dio la oportunidad de trabajar y tener de nuevo ilusiones y proyectos en los que poder creer.

Ernesto trabaja en la ONGd Guaman Poma de Ayala.
Ernesto trabaja en la ONGd Guaman Poma de Ayala.

– ¿Cómo es tu trabajo actual? ¿Te gusta?
– Estoy muy contento, ya que es totalmente distinto a lo que había hecho anteriormente. Trabajamos con técnicas constructivas y materiales que ya no se usan en España y otros países, como puede ser el adobe, el barro, la paja, la caña, etc. Nuestros beneficiarios son comunidades andinas situadas a una media de 4.000 metros sobre el nivel del mar y nuestros trabajos consisten en el mejoramiento de las condiciones para las viviendas y comunidades. Asimismo, también trabajamos mucho la construcción de redes de abastecimiento de aguas y saneamiento, con sus estaciones de tratamiento de aguas. Muchas casas no tienen instalaciones básicas sanitarias, luz eléctrica, agua potable, etc.

En su trabajo, mejora las viviendas y condiciones de la población andina.
En su trabajo, mejora las viviendas y condiciones de la población andina.

– ¿Tuviste buena acogida por parte de los andinos?
– Desde el principio me he sentido muy acogido, aceptado y valorado, tanto por mi formación, como en el trato personal. En apenas unos meses, tengo una pequeña familia de amigos, compañeros y mis papeles, con la residencia peruana y demás beneficios que a cualquier inmigrante en España le hubiese costado años conseguir y muchas situaciones complicadas y de desesperación. Yo particularmente tengo familia emigrante en países europeos y 40 años después se vuelve a repetir la historia, aunque hoy día me siento como un emigrante de primera, ya que desde el primer momento no he sentido lo que muchos han podido sentir al tener que salir de su casa y llegar a España o lo que debieron sentir mis familiares años atrás.

Ernesto se siente muy feliz en su nuevo hogar a pesar del clima extremo.
Ernesto se siente muy feliz en su nuevo hogar a pesar del clima extremo.

– ¿Cómo es la situación en Perú?
– Este país se encuentra en un buen momento económico, político y social después de haber pasado unos años muy convulsos, en los que el grupo Sendero Luminoso tenía a la nación sumida en un conflicto armado y en los que muchos de estos países estaban dirigidos por una rancia oligarquía y una clase política muy corrupta. Hoy día es un pueblo con muchas ganas de trabajar y dejar atrás estos años tan difíciles.

– ¿Y Cusco?
– Ahora existen muchos contrastes económicos, ya que se trata de una ciudad muy próxima a Machu Picchu (recientemente declarada Maravilla del Mundo), con lo que existe un turismo enorme, esperando que en este año 2013 la visiten 1,5 millones de turistas. Por otro lado, existe una población rural y campesina que apenas le alcanza para vivir, dándose mucho la economía de subsistencia, produciendo ellos mismos los vegetales que comen, criando los animales para alimentarse, intercambiando trabajos con los vecinos  (costumbre ancestral llamada Aini)… Así que existen contrastes enormes, con hoteles en donde pasar la noche puede llegar a costar 700 dólares y en la puerta trabaja un menor de edad para ayudar a la familia.

Cusco se encuentra a 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Cusco se encuentra a 4.000 metros sobre el nivel del mar.

– ¿Y en lo que respecta a cultura y tradiciones? ¿También existe ese contraste?
– Cusco es la capital histórica del Perú y la capital económica y religiosa del Imperio Inca, con una fuerte carga histórica en la que tienen muy arraigadas sus costumbres, idioma (quechua) y se ha creado un sincretismo grande entre las costumbres incaicas y las heredadas por los colonizadores y conquistadores (muy visible en la religión). Ahora, en junio, se han celebrado las fiestas del Cusco. El Inti Raymi (Fiestas del Dios Sol) concentra a grupos folklóricos de todo el país y la ciudad se transforma para dar la bienvenida a miles de turistas durante todo el mes.

– ¿Qué puedes decirme de la gastronomía?
– No creo que existan muchos países en el mundo en los que se pueda comer la variedad y cantidad de comida que hay en este país, ya que es la segunda nación del mundo en megadiversidad, teniendo comidas de la costa, de las montañas y de la selva. Esto hace que el comer acá sea un placer, al encontrar enorme variedad de frutas, verduras, carnes, pescados etc.

La comida peruana es muy rica y diversa.
La comida peruana es muy rica y diversa.

– ¿Qué echas de menos de tu tierra?
– Las horas de luz al día, ya que acá se hace de noche a las 18.00 horas en los meses de más cantidad de horas de luz y amanece sobre las 6.00 horas. También se extraña el carácter de mi gente, ya que las condiciones de vida al estar a 4.000 metros sobre el nivel del mar, con un sol abrasador que te destroza la piel, un frío acompañado de unos vientos helados, una pobreza grande con unos contrastes brutales, y una realidad social que recién está empezando a cambiar en algunos lugares, hace que el carácter del andino sea muy distinto al de otros lugares.
Por supuesto, se extraña a la familia, ya que estas a muchas horas de distancia y los padres ya son mayores, siendo hora de devolver el cuidado, la compañía y la atención que uno recibió cuando era pequeño y que ellos se encargaron da darte para que no te faltase de nada. Pero bueno, la realidad de mi país hace que sea imposible, por el momento, el regresar para estar cerca de la familia, poder trabajar, relacionarte y vivir una vida normal.

– Si pudieras volver atrás ¿repetirías experiencia?
– Como experiencia de vida me alegro mucho de haber tenido contacto con estas realidades tan distintas, pues me han enseñado a perderle el miedo al mañana y a la falsa estabilidad que nos ha vendido el sistema como ideal de vida. Al final te sientas en un sofá paralizado por el miedo (facturas, hipotecas, préstamos etc.), viendo pasar la vida en lugar de pasar por la vida como realmente hubieses querido.

Ernesto echa de menos la luz de Huelva, a su familia y el carácter del sur de España.
Ernesto echa de menos la luz de Huelva, a su familia y el carácter del sur de España.

Para mí fue una gran suerte, y animo a cualquiera que tenga inquietudes por salir o experimentar a que no dude en hacerlo, ya que para nosotros es bien fácil el regresar a casa, a diferencia de otros emigrantes que lo hacen sin vuelta atrás. El conocer otras culturas hace que tus puntos de vista se multipliquen y puedas entender cosas que desde la rutina de tu barrio, pueblo o ciudad no podrías ni siquiera acercarte a comprender. Frases como “¡cómo las playas de aquí ninguna!”, “¡cómo se come aquí en ningún lugar!” o “¡cómo nos divertimos aquí en ningún sitio!”, desaparecen, quedando claro que los nacionalismos y otras cosas se curan viajando. Así que viajemos sin ponerle la carga dramática de la emigración y disfrutemos el viaje, desde que sales por la puerta de casa hasta que podamos regresar y entrar de nuevo por ellas y juntarnos con nuestros seres queridos… ¡en el caso de que queramos o podamos regresar! En mi caso, me encuentro contento y feliz con esta nueva etapa de vida que me toca vivir y experimentar.

3 comentarios en «Ernesto Ponce Soria, un arquitecto técnico que ha puesto su trabajo al servicio de una ONG en Perú»

  1. Hola, pequeño náufrago, gente valiente como tú, no hay mucha.
    Lo importante es que seas feliz con lo que haces y puedas volver pronto para verte.
    Un fuerte abrazo desde Huelva.

  2. Amigo Ponce soy Vázquez no sé si me recuerdas jejeje me alegra saber de tí, tu vida es maravillosa, un verdadero ejemplo de pluralidad y amplitud de miras, me encanta viajar y cada vez me queda menos para lanzarme a una aventura similar, ya nos cruzaremos por el camino chin-chin! por tí compañero!

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