Ana Rodríguez. Muchos han sido los cambios que ha vivido el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Huelva desde su nacimiento en 1919 a la actualidad, motivados algunos de ellos por los avances de la ciencia y la tecnología y otros por los procesos administrativos y burocráticos.
Sin embargo, ninguna de estas modificaciones ha devaluado la figura del farmacéutico, al que la sociedad sigue viendo como una persona cercana, de confianza, a la que, sin conocerla de nada, puede contarle sus problemas e inquietudes y que siempre tiene una solución o un pequeño consuelo, aunque éste sea una sonrisa.
A día de hoy, el Colegio de Farmacéuticos de Huelva agrupa a un total de 660 miembros y en la provincia onubense hay 229 farmacias y 450 profesionales dedicados a la actividad de oficina de farmacia, bien por ser titulares de las mismas, bien por ejercicio. También hay que contar con los licenciados que trabajan en otras áreas, como los laboratorios farmacéuticos, servicios de óptica, nutrición, industria alimentaria, etc. Nuevos caminos por los que los farmacéuticos se han ido abriendo paso poco a poco.
Al frente del Colegio onubense desde hace más de seis años se encuentra Francisco Peinado quien, en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias, hace un pequeño recorrido por los últimos cambios que ha sufrido el sector para adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad.
– Lleva usted varios años como presidente del Colegio de Farmacéuticos de Huelva ¿Podría hacerme un balance de este periodo?
– La actividad que tenía el Colegio cuando llegamos es muy diferente a la que tiene ahora. Por entonces nos encontramos con una estructura desfasada y la primera actividad interna fue poner al día toda la estructura de personal, programa y equipo. Luego nos dedicamos a organizar proyectos y actividades de cara al exterior.
Partimos de la base de que el Colegio profesional es el encargado de marcar los objetivos de la profesión y, en función de éstos, se establece un programa, una formación que lleve a cumplir esos fines. Esas son las tres patas del Colegio: marcar objetivos y dar información y formación.
Ésta es la estructura y dentro de ella nos marcamos el objetivo de diseñar la farmacia que la sociedad necesita. En ella llevamos trabajando varios años, porque una actividad no se puede quedar anclada en el tiempo y tiene que adaptarse a lo que hay. Nuestra actividad depende de la Sanidad pública, estamos concertados con ella, tenemos que dar una respuesta unánime a lo que la administración sanitaria nos demanda, que es la dispensa de medicamentos, la razón de ser de las farmacias. Pero a esto teníamos que añadirle otra serie de servicios de valor añadido.
– ¿La jornada de puertas abiertas que organizaron el pasado 29 de mayo era una manera de mostrar a la sociedad esos servicios de valor añadido?
– Sí, en la jornada mostramos servicios que tenemos y que están relacionados con la salud pero no con los medicamentos. Algunos de ellos ya están en marcha y otros son novedades que se están implantando. Pudimos ver los densitómetros –aparato para evaluar la osteoporosis- que están en pañales, se está iniciando. Lo probamos antes para ver cómo funciona y queremos llegar a un consenso con los demás profesionales sanitarios para que no haya problema al implantarlos en las farmacias. Por eso aún no están extendidos, aún no hay una red de farmacias donde se pueda hacer esta prueba, esperemos que pueda ser para 2014.
También hay otros proyectos que no enseñamos, como el de deshabituación tabáquica, que estamos probando este año y, si funciona bien, lo implantaremos, y estamos estudiando que en las farmacias se pueda realizar una sencilla prueba que permite saber si tienes algún indicio de padecer cáncer de colon o de tener el VIH.
– ¿Y los servicios de dietética?
– Es otro de los proyectos a tutelar desde el Colegio. Actualmente, el servicio de nutrición o asesoramiento se puede dar de varias maneras y dependiendo de la necesidad. Si, por ejemplo, lo que quiere el usuario es perder peso, en el mismo mostrador te asesoran sobre la marcha, te dan folletos informativos, consejos, recomendaciones, incluso una dieta estándar. Otras farmacias se han organizado de forma más profesional y hay un farmacéutico especialista en nutrición o una empresa externa cuyo asesor pasa por la farmacia y te mide, pesa, etc. y te da recomendaciones en función de tu caso en particular.
– Y ahora que estamos en verano, ¿cómo nos aconsejan las farmacias para protegernos del sol?
– Hay que distinguir entre el consejo del mostrador, que es más sencillo y gratuito, y el servicio de dermoconsulta que, por ejemplo, controla las manchas y lunares de tu piel y te dan consejos específicos. La protección solar no es sólo el grado, es también la frecuencia, la textura, etc. que se determina en función del tipo de piel.
– ¿Y cómo se implantan en las farmacias estos nuevos servicios?
– Intentamos implantarlos de forma sistemática, motivamos a las farmacias a que los incorporen facilitándoles el encontrar a un profesional farmacéutico que sepa llevarlo a cabo.
En una farmacia grande pueden permitirse, y no siempre, contratar a un profesional en plantilla para ofrecer un servicio concreto, pero en una de un municipio pequeño no, así que otra de las opciones es que un farmacéutico autónomo vaya a varias farmacias a prestar ese servicio. Un ejemplo lo hemos tenido en el servicio de dermoconsulta que una compañera llevaba a cabo en una decena de localidades de la provincia. Curiosamente, donde mejor ha funcionado es en una farmacia de Cortegana y ahora tiene una lista de clientes y está muy contenta.
Empezamos a actuar así también porque muchas farmacias no se lanzaban, ya que al ser servicios novedosos, no querían arriesgarse a contratar a alguien sin saber si éstos iban a tener éxito o no. Con este sistema, se puede cubrir toda la provincia, pues de otra manera sería imposible, y además se crean puestos de trabajo.
– Otro de los servicios que están teniendo gran acogida es el de SPD, Sistema Personalizado de Dosificación, ¿no es así?
– Estamos muy orgullosos en Huelva del SPD porque hemos hecho un programa a nivel andaluz que ha tenido muy buena aceptación social, entre médicos, asociaciones científicas, etc. Ha sido una iniciativa de las farmacias andaluzas dar este servicio y está basado en un programa que iniciamos en Huelva sobre SPD pionero en Andalucía. Somos una provincia pequeña pero queremos significarnos por cosas buenas.
– ¿Cualquier farmacéutico puede realizar esta dosificación?
– Nosotros damos una acreditación de calidad a quienes quieren realizar esa tarea. Damos unos cursos de formación para asegurarnos de que los farmacéuticos lo hacen bajo unos criterios de calidad y protocolo, una metodología de trabajo correcta. Cuando una farmacia tiene un farmacéutico acreditado por el Colegio, entonces pide también una acreditación para poder ofrecer este servicio. En Huelva se han acreditado ya el 75% de las farmacias y somos la provincia andaluza que porcentualmente más farmacias tiene acreditadas.
Es un proyecto muy bueno porque intenta solucionar uno de los mayores problemas, que es la adherencia al tratamiento de los pacientes crónicos. Con este sistema de dosificación, el enfermo cumple mejor su tratamiento.
– ¿Y todos estos servicios son gratuitos?
– No, son servicios profesionales remunerados, como deben ser para que tengan calidad y sean sostenibles.
– ¿Y quién fija los precios?
– Nosotros no podemos hacerlo, pero sí estamos intentando orientar al profesional sobre los costes y la valoración que se hace del servicio. Por ejemplo, el SPD tiene un coste de entre 15 y 20 euros al mes, lo que supone que el blíster sale a la semana por cinco o seis euros.
– ¿Es Huelva pionera en el mundo de la farmacia?
– En Huelva hemos sido pioneros en muchas cosas. La receta electrónica, que nosotros tenemos desde hace ocho años y que manejamos muy bien, en otros sitios aún no la controlan. Fuimos la primera ciudad española que la impuso y Andalucía es referente mundial en ella porque la Consejería decidió que Huelva era una ciudad asequible para pilotar el proyecto. El 95% de las preinscripciones andaluzas se hacen con receta electrónica y eso es un logro de la Consejería y de las farmacias andaluzas.
– ¿Cómo se ha tomado la sociedad onubense la problemática de los genéricos?
– La gente ha tenido una paciencia asombrosa. Ya está muy asumido y los ciudadanos se conocen hasta el principio activo del medicamente y te lo piden por este nombre, cuando antes nadie sabía lo que era el ibuprofeno o el paracetamol. El tema de los genéricos ha estado sometido en estos 10 años a tanta normativa nueva que ha producido tantos cambios que nos ha obligado a dar un mes un paracetamol y, al otro mes, otro distinto. Intentas explicárselo a los usuarios y las personas suelen ser muy pacientes, entienden y asumen las explicaciones y siguen confiando mucho en su farmacéutico.
– ¿Es esa la imagen que la sociedad tiene del farmacéutico? ¿la de una persona de confianza?
– Los farmacéuticos somos la puerta de acceso al sistema sanitario por la accesibilidad de las farmacias. Si tienes un pequeño problema de salud vas a la farmacia y si es grande vas a pedir consejo al farmacéutico, a preguntarle, por ejemplo, el nombre de un especialista.
A nivel nacional, dos millones de personas visitan diariamente las farmacias españolas.
En los pueblos somos consultores, a veces hasta sentimentales, de los problemas de la gente. El usuario, el paciente y el ciudadano nos ven como una persona de confianza.
Muchas gracias