M. P. D. Después de lograr otros reconocimientos, como el segundo premio del Certamen ‘Crea Sevilla Joven 2018’ con la colección ‘Raíces’, dedicada a la fertilidad de la mujer, el diseñador moguereño Joaquín Domínguez Gómez, Joaquín Dogo profesionalmente, ha vuelto a sorprender esta semana al conseguir alzarse con el primer premio de la pasarela Andalucía de Moda 2019, celebrada en Sevilla. Un reconocimiento que viene a consolidar la apuesta de este joven onubense, que concurría al certamen con una colección denominada ‘Fall/Winter 2020 Beatus Ille’. Un reconocimiento que, además, ha logrado por unanimidad de todos los miembros del jurado. El acto tuvo lugar el pasado miércoles, 20 de marzo, en la Fundación CajaSol de Sevilla.
El premio consiste en la oportunidad de presentar una colección como profesional en la XVII edición de Andalucía de Moda, que se celebrará en marzo de 2020. Y, por otro lado, la Agencia Andaluza de Promoción Exterior S.A (Extenda) empresa pública de la Junta de Andalucía, con el objetivo de promover la sensibilización a la internacionalización del colectivo de diseñadores noveles de moda andaluza, pone a su disposición dos sesiones de formación en un Taller Internacional de empresas de moda y una visita a los Salones de la Moda de París, con ocasión de la París Fashion Week.
Un gran salto en la carrera de este joven que, tras este logro, se siente satisfecho, puesto que «han sido unos meses con mucho trabajo para poder diseñar la colección presentada. Quería que fuera algo muy personal y por eso elegí el tema elegido sobre mi abuelo y tío Joaquín. Nunca debemos de olvidar de dónde venimos y para mí ha sido un regalo poder sacar esta colección. Ha sido un mes duro desde que fui seleccionado, puesto que es una colección con mucho trabajo, ya que he introducido materiales costumbristas, como el esparto, y mucho trabajo artesanal. Y todo ha sido realizado por mí».
Por todo ello, «ganar este premio ha sido un escalón en mi carrera como joven diseñador y ayudarme a creer más en mí. Soy una persona muy exigente en mi trabajo, y en este mes de trabajo me he dado cuenta que realmente vivo para esto. He trabajado más de 12 horas diarias y no me ha pesado. Ya sueño con la nueva colección que presentaré en la nueva edición de Andalucía de Moda». Además, de este día, Joaquín se queda «con el cariño de amigos y familiares, y con las sensaciones que me comentaron los miembros del jurado y el público, ya que los trasladé por unos minutos a los pueblos de nuestra Andalucía, al trabajo duro del campo, al flamenco más sentido, a la estampa más añeja que habita en nuestros recuerdos… Siempre pienso que hay que hacer las cosas con sentido, porque al final eso es lo que hace sentir a los espectadores del arte, y para mí fue un regalo hacer sentir con mi colección».
Según nos explica el propio diseñador, «ésta, mi historia, es lo que quiero narrar y transmitir con ‘Beatus Ille’. Soy de Moguer, provincia de Huelva, tierra de Juan Ramón Jiménez, como ya conoceréis… Poeta andaluz y premio Nobel de Literatura, entre sus distintivos honores. Y en ‘Beatus Ille’, mi propuesta para el Concurso Andalucía de Moda 2019, quería diseñar una colección con fuerza y que me tocará por dentro, es decir, que me hiciera sentir desde el primer momento hasta el final. Es por ello, y hablando en sentido metafórico, después de abrirme por dentro y sacar algo que me hiciera sentir y poder disfrutar diseñando esta colección Fall / Winter 2020 formada por 10 estilismos, he tomado la inspiración a través de lo que me contaban mi abuelo y mi tío, -padre y hermano de mi madre-, los dos llamados Joaquín, sobre sus vidas en el campo; de fotografías familiares, la historia de Moguer, los trabajos que realizaban, la época, indumentaria, costumbres, cultura, documentales sobre la Andalucía de los años 40 y 50, etcétera».
En concreto, para esta colección, el moguereño se ha centrado en la Andalucía de los años 40 y 50, «donde, después de la Guerra Civil, mi familia trabajaba en el campo y en el carbón. En esos años, en Andalucía y España, solo se veía atraso, hambruna y pobreza. Un país donde “no existía el futuro, solo la miseria”, como diría más tarde el cantautor Carlos Cano. Cuando finalizó la Guerra Civil, España era un país hundido, de calles de tierra o a lo sumo empedradas, de ancianas guardando luto mendigando por las esquinas y niños desamparados corriendo de un lado a otro entre ruinas, de analfabetismo y penuria. En la etapa de búsqueda de inspiración he querido introducirme en un mundo de recuerdos, colores, anécdotas, olores, a través de fotografías antiguas, donde he podido realizar un gran panel de inspiración y he podido desgranar todo para empezar a diseñar la colección. Como ejes centrales de esta colección, que a su vez, han sido dos pilares fundamentales en mi vida, mi abuelo y mi tío. En primer lugar, mi abuelo Joaquín, que siempre nos decíamos con mucho cariño que éramos abuelo, hijo, amigo, padre, nieto y “mano derecha de cada uno”. Toda una vida a su lado, hombre trabajador, fuerte, transparente, regañón, sociable, educado, sensato, alegre y triste. Y, segundo lugar, mi tío Joaquín, hombre libre, trabajador, sociable, familiar, alegre, regañón, político, pero sobre todo hermano».
A la hora de realizar la colección, el diseñador nos explica que «al no vivir en esa época pasada de ellos, quería verlo como un reto, y después de realizar la investigación, es como si me hubiera introducido en una fotografía antigua de mi familia, y gracias a ello, poder trasladarme hacia ese mismo momento, inventar y diseñar sacando las ideas de esta investigación realizada. Por un lado, trabajar en el campo es un trabajo muy duro ya sea por el frío en invierno, el calor en verano o las horas y cuidados de las cosechas. Por lo cual, este trabajo me trasladaba al frío de invierno, colores oscuros y tierras como el negro, ya que ellos vestían con esos colores. Mi abuelo siempre llevaba pantalón oscuro con rayas diplomáticas y camisa de cuadros y cuando salían temprano de casa para ir al trabajo, se ponían un pañuelo para cubrirse la cabeza del frío y encima un sombrero, me parece un dato a tener en cuenta para los estilismos de la colección.En invierno, los materiales de sus vestimentas eran la sarga, lana, paño, algodón y batista. Y en verano, eran sarga, batista y algodón. Por lo cual, he utilizado para diseñar esta colección tejidos pesados y que abriguen como Paño, Tweed y Lana. También he utilizado tejidos más fluidos y frescos como Crespón, Encaje y Batista. Por último, también he querido introducirme en las vestimentas de las mujeres de esos años, yo no pude conocer a mi abuela Encarnación, pero por fotografías y lo que me ha contado mi madre, podemos decir que, ella siempre llevaba bajera de color carne debajo de sus prendas, vestidos anchos y por debajo de las rodillas, abrigos de paño, delantales, utilizaba colores oscuros, tocas de lana y que le gustaban mucho las flores…».
«Mientas leía un libro, resalté esta frase en latín B E A T U S I L L E, que significa «Dichoso aquel», y con ella se hace referencia a la alabanza de la vida sencilla y desprendida del campo frente a la vida de la ciudad”, del cual me ayudó para reflexionar y centrarme en el tema elegido, del cual empecé la búsqueda de información e inspiración para dicho proyecto», nos comenta Domínguez Gómez, que quiere dejar claro que «esta colección recoge recuerdos, esencia, detalles pasados llevados a la actualidad con alegorías, pero también queremos recoger los olores que me trasladan a los momentos de compartir momentos con mi abuelo y mi tío. Esta colección tiene que oler a flores frescas y eucalipto del campo, porque en mi casa nunca faltaban flores traídas del campo por ello, es una manera de dar ese toque de viveza y olor a la colección diseñada en esta ocasión». Es más, la música también forma parte de esta colección, porque «ellos siempre escuchaban a Manolo Caracol, Rafael Farina, Paco Toronjo, Lola Flores… Y era una manera de evadirse de la realidad, entretenerse y llenar la casa y el alma andaluz de arte flamenco, siempre».
En definitiva, «para esta colección, quería resaltar los materiales costumbristas, fuertes y bastos que se utilizaban en esos años en el campo, después de realizar la investigación, me he decantado por el esparto, ya que mi abuelo me contaba que utilizaban la planta del esparto para atar los sacos o talegas. También las tiras de esparto me recuerdan a las raíces de las cebollas, ya que fue la última recolecta que pude acompañar a mi tío. Las raíces de cada persona siempre las tenemos que saber y a la misma vez, recordarla siempre porque gracias a nuestras raíces somos lo que somos. He podido hacer esta alegoría utilizando e integrando las tiras de esparto en esta colección en las prendas y así tener una esencia costumbrista y manual, como los trabajos en esa época».