Mari Paz Díaz. El mundo de la cultura ha dejado grandes nombres en la provincia de Huelva, personalidades que desarrollaron su actividad en diferentes ámbitos y que han trazado una profunda huella entre los onubenses, de ahí que siempre sea un buen motivo recordar y poner en valor su labor, puesto que, en muchos casos, traspasaron fronteras, siendo un ejemplo a seguir para las generaciones venideras. Así sucede con el palmerino Manuel Siurot, del que este miércoles, 27 de febrero, se cumplen 79 años de su fallecimiento en 1940, una buena excusa para recordar su legado, especialmente querido y recordado en su localidad natal, La Palma del Condado.
Conocido especialmente por su faceta como pedagogo, Manuel Siurot nació el 1 de diciembre de 1872 en La Palma del Condado. Pero su dedicación a la escuela no le impidió cultivar otras disciplinas, como las de escritor, abogado y colaborador habitual de la prensa escrita de su época, a causa de su afición a la literatura y como miembro de la Asamblea de la Buena Prensa.
Tras su nacimiento en La Palma, su biografía, como muy bien ha dejado constancia en numerosos trabajos la investigadora María Esquivel, -así como otros autores, como Luis Llerena Baizán, José Enrique Llerena Maestre y José A. Fernández Rentero-, nos deja constancia de varios hechos relevantes, como su traslado a los 7 años a vivir con su familia en Gibraleón, donde realizó sus estudios primarios. Después haría Bachillerato en Huelva, al mismo tiempo que ayudaba en el taller de herrería de su padre.
Tras esta etapa, Siurot se marcha a la Universidad de Sevilla para hacer la carrera de Derecho, estudios tras los que abre su despacho de abogados en Huelva, donde llegaría a desempeñar los cargos de Juez Municipal, Magistrado Suplente o primer Teniente de Alcalde, entre otros.
En el año 1908 se produce un punto de inflexión en su vida al descubrir su verdadera vocación: la de maestro. Sucede tras visitar las Escuelas del Ave María, creadas por el Padre Manjón en Granada, centros que acogían a niños pobres y abandonados. Entonces, este palmerino renuncia a su carrera como abogado y funda, junto al arcipreste D. Manuel González, las Escuelas del Sagrado Corazón, dirigidas y sufragadas por él mismo hasta su muerte.
«En estas Escuelas, puso en práctica sus ideas pedagógicas basadas en la psicología del niño, sus intereses y la vida cotidiana infantil. Se encargó de los niños más necesitados de Huelva, a los que dio educación, cariño, ilusión y comprensión, a la vez que les proporcionaba toda clase de ayudas, tanto materiales como espirituales», recoge María Esquivel.
Diez años más tarde, en 1.918, funda un Seminario de Maestros, donde cursan gratuitamente la carrera de Magisterio muchos jóvenes.
Y es que, aunque estudió la carrera de Derecho, Siurot dirigió su vida al magisterio, en gran parte debido a la influencia que ejerció sobre él su amigo Manuel González García, el Arcipreste de Huelva. Es más. Ambos no sólo fundaron las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús, sino, también, el periódico quincenal católico El Granito de Arena en 1907. Y es que Manuel Siurot formó parte activa del periodismo onubense en la primera mitad del siglo XX.
De hecho, este palmerino no sólo se interesó por la comunicación en su provincia natal, sino que además publicó casi un millar de artículos en periódicos de tirada nacional y regional, como ABC, El Correo de Andalucía, Blanco y Negro y El Debate, el rotativo católico más importante de España, así como en otros tantos títulos extranjeros. Incluso, el prestigioso periódico inglés Times le dedicó varios artículos a Siurot por su destacada labor. Y en 1926 obtuvo el Premio Mariano de Cavia por su artículo titulado ‘El triunfo de las carabelas’.
En el caso de Huelva, Siurot escribió y colaboró en otros muchos periódicos onubenses, desde el rotativo político La Lealtad hasta la revista colombina La Rábida, pasando por el también pedagógico Educación Popular, entre otros títulos.
Pero, por encima de cualquier otra cabecera, el nombre de Manuel Siurot estará siempre ligado a la prensa pedagógica onubense, siendo la gaceta Cada Maestrito… (1918 – 1936) su proyecto más conocido. Bajo el subtítulo de ‘Revista de las Escuelas del Sagrado Corazón, fundadas por el Antiguo Arcipreste de Huelva’, esta publicación canalizó la obra pedagógica católica de Manuel Siurot, al ser su fundador y director.
El mismo Siurot explicaba en las páginas de la revista que el mantenimiento de las Escuelas del Sagrado Corazón costaba unas 100.000 pesetas anuales, cantidad que se sufragaba con la aportación del Estado y con parte de los beneficios obtenidos con la publicación de Cada Maestrito y otras obras propias. Además, en la portada se aclaraba que todas las donaciones realizadas iban destinadas a las escuelas de niños pobres y la de Magisterio, que eran gratuitas.
Así, era habitual que en las últimas páginas de esta publicación apareciera la sección ‘Correo particular de Cada Maestrito…‘, donde se recogía el nombre y la cantidad aportada por los onubenses a la labor de las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús.
Cada Maestrito la redactaba personalmente el propio Siurot. Lo hizo desde que la revista se creara el 15 de octubre de 1918 hasta su desaparición en 1936, unos años antes del fallecimiento de Manuel Siurot en Sevilla el 27 de febrero de 1940. Su periodicidad era mensual y tomó el mismo nombre que un libro publicado por Siurot en 1912.
Y, junto a la portavocía de las Escuelas del Corazón de Jesús, Cada Maestrito quería ser mucho más. Manuel Siurot también se dedicaba en sus páginas a analizar la actualidad onubense, normalmente sobre temas relacionados con el mundo de la cultura. No falta, por ejemplo, las referencias a la conmemoración del 12 de octubre o los horarios de los barcos de la Compañía Trasatlántica de Barcelona.
La importancia que alcanzó la obra de Manuel Siurot puede comprobarse a través de las palabras de Montero Escalera, que lo definió como “un Maestro genial; sus libros dedicados a la enseñanza, son fuentes caudalosas de virtudes y enseñanzas pedagógicas; cultivó la oratoria y su elocuencia, fogosa a veces y arrulladora y amena otras; dio muy alto renombre a su Patria chica, junto a la labor de su ágil pluma de periodista”. Por este motivo, Huelva cuenta con varias calles y centros educativos que toman el nombre de Manuel Siurot.
Y es que, junto a sus innumerables colaboraciones con la prensa, el legado de Siurot es mucho más extenso, puesto que llegó a publicar más de 20 libros, entre los que se encontraron Cosas de niños, La emoción de España,
Sal y Sol, La romería del Rocío, Luz de las cumbres, Mi relicario de Italia, etcétera. Para conocer más datos sobre sus libros puede consultarse la web de la Asociación ‘Amigos de Manuel Siurot de La Palma’.
Junto a todo ello, Manuel Siurot llevó a cabo una intensa vida pública, pues fue miembro de la Adoración Nocturna, las Conferencias de San Vicente, Hermano Mayor de la Hermandad de la Cinta y fue cofundador de la obra socioapostólica del Centro Católico Obrero, entre otros.
Su fallecimiento, como hemos comentado, se produjo el 27 de febrero de 1.940 en Sevilla, a los 67 años de edad. Sus restos se hallan en la Capilla Bautismal de la iglesia parroquial de La Palma del Condado, hasta donde fueron trasladados el 28 de junio de 1997, 57 años después de su muerte.
De hecho, la ciudad palmerina está llena de recuerdos en honor del ilustre pedagogo. Azulejos conmemorativos, bustos, da nombre a un premio literario, a un colegio o a la biblioteca municipal. Toda una figura que este año 2019, estará presente, además, en cada actividad que se desarrolle, bien de carácter cultural como festivo en el municipio palmerino, según daba a conocer el Ayuntamiento de La Palma en la pasada edición de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, FITUR 2019. Un reconocimiento más que merecido.