El periplo del onubense José Luis Garrido Rivera, un amante de los idiomas

José Luis Garrido Rivera estudia su doctorado en EE.UU.

Cristina Morales. Salir de tu casa, tu país, tu entorno, es siempre difícil y supone una ardua tarea para todo aquel que encamina sus pasos hacia el extranjero. Sin embargo, la decisión de marchar no siempre va acompañada de un imperativo, no siempre emigramos por necesidad. Hemos contado muchas historias de onubenses que se ven obligados a salir fuera de su tierra para mejorar su vida. Otros por el contrario tienen entre sus deseos y sus sueños, precisamente, el vivir fuera de su zona de confort, hacer su vida en el extranjero y emprender un nuevo camino lejos de sus raíces.  José Luis Garrido Rivera es un onubense de 27 años que lleva toda su vida fascinado con otros idiomas y culturas, fantaseando en la idea de llegar a entender a todas las personas que viven en el mundo y experimentar sus propias vivencias. En el instituto vivió su primera experiencia al realizar un intercambio con un centro de la ciudad francesa de Foix y, desde entonces, no ha parado de encadenar experiencias en distintos países de, sobre todo, habla francesa e inglesa.

Natural de Huelva capital, estudió en el IES La Orden donde su profesora de francés, con la que entabló una fuerte amistad, le descubrió su gran pasión por esta lengua, además de darle la oportunidad de vivir su primera experiencia en el país galo. Estudió en Sevilla la carrera de Traducción e Interpretación en la Universidad Pablo de Olavide, en cuyo tercer año solicitó la beca Erasmus y vivió el curso de 2011-2012 en la preciosa ciudad de Rennes, capital de la Bretaña francesa. Al finalizar, dentro de la promoción de 2013, solicitó ser auxiliar de conversación en Bruselas (Bélgica) para continuar experimentando cómo es vivir en un país ajeno al propio. Tras completar el Máster de Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas en la UHU, decidió continuar con otra formación de posgrado pero esta vez cruzando el charco.



Ha estado viviendo en numerosos países.

Es en el año 2015 es cuando decide iniciar una de las experiencias que más le marcarían, vivir en Estados Unidos. Solicitó estudiar un máster de literatura española y enseñanza de idiomas en la Universidad de Delaware, lo que le motivó a continuar en esta área y comenzar un doctorado en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde se encuentra en la actualidad. En estos momentos, el onubense es doctorando en adquisición de segundas lenguas, aunque esta formación es más conocida por sus siglas en inglés SLA (Second Language Acquisition). Es una rama de la Lingüística Aplicada, que abarca muchos temas, desde los procesos cognitivos a los factores externos que tienen lugar a la hora de aprender dos o más idiomas, ya sea de forma simultánea o consecutiva.

El estudio para este joven no es solo una forma de superarse y enriquecer sus conocimientos, sino que es una gran oportunidad laboral. Su esfuerzo y entrega hace que siempre haya conseguido ser becado por las universidades en las que ha estudiado y que pueda cubrirse sus gastos. Actualmente, no solo cursa su doctorado sino que es asistente de su tutora y trabaja para ella en un proyecto de investigación. El hecho de que en Estados Unidos estudiar también suponga adquirir experiencia y remunerada le motivó, en gran medida, a emprender su aventura americana. Su experiencia en el continente está siendo muy positiva, además aún le quedan varios años allí, puesto que acaba de comenzar su doctorado y en EEUU, a diferencia de Europa, los dos primeros años del doctorado se toman clases y los dos o tres años posteriores se dedican a la disertación.


Puerto de Huelva

Lleva más de tres años en Estados Unidos. En esta imagen de viaje en Cuba con varios amigos.

Para José Luis Garrido Rivera algunos de sus profesores han sido esenciales y han marcado, en gran medida, su vida académica y también personal. Tanto es así que su sueño es poder enseñar sobre adquisición de segundas lenguas y mejorar el sistema educativo en cuanto a la enseñanza de idiomas, una forma de devolver todo lo que ha aprendido. Viajar y vivir fuera de su entorno le ha ayudado a conocerse mejor a sí mismo y a conocer otras formas de hacer las cosas y otros puntos de vista. Por ello, intenta llevar por bandera la idea de mantener la mente abierta y curiosa. Para conocer de manera más directa la experiencia de este onubense por el mundo, hemos hablado con él.

– ¿Es tu primera estancia en el extranjero?
La verdad es que no. En el año académico 2011-2012 pasé un año en una ciudad preciosa capital de la Bretaña francesa llamada Rennes. Era mi tercer año de carrera en Traducción e Interpretación en la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla y decidí solicitar la beca Erasmus  de un año allí. Tras acabar mi carrera en el año 2013, solicité ser auxiliar de conversación en Bruselas, Bélgica, durante el año académico 2013-2014. Más tarde, en 2015, después de completar el Máster de Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas en la UHU, solicité estudiar un máster de literatura española y enseñanza de idiomas en la Universidad de Delaware, en EEUU. Tras dos años estudiando el máster, y gracias a la gran experiencia en Delaware, decidí solicitar un doctorado en la Universidad de Wisconsin-Madison. Ahí es donde estoy ahora mismo.

Inició su aventura en EE.UU en la Universidad de Delaware.

– ¿Por qué decidiste irte fuera?
Hay varias razones por las cuales decidí irme. La primera y principal tal vez sea mi naturaleza curiosa. Desde bien chico me fascinaba, y aún me fascina, escuchar en la televisión y por la calle personas hablando idiomas que yo no entendía y que, desafortunadamente, sigo sin entender, además de ver distintos tipos de atuendos que son tan distintos a los nuestros. Además de esa curiosidad que despertó en mí las ganas de estudiar idiomas extranjeros, mi experiencia en el instituto también fue decisiva. En el año 2007, mi profesora de francés en aquel entonces, Miguela Madera Antonio, y amiga en la actualidad, empezó el programa de intercambio en el IES La Orden con un instituto de Foix, Francia. Aún recuerdo la emoción de recibir la información de mi intercambio: ¡nos íbamos a Francia a vivir con una familia francesa durante una semana! Además, también tuvimos la oportunidad de visitar París. Esta experiencia supuso para mí la oportunidad de poner en práctica mi francés, de realmente darme cuenta de que hay gente que no necesita el español para comunicarse, que lo que aprendíamos en clase tenía una aplicación en el mundo real. Me parecía fascinante poder experimentar con los sonidos del francés ¡y ser entendido! También fue una oportunidad de empezar a ver el mundo con otros ojos y entender que nuestra manera de hacer las cosas no es la única y no siempre necesariamente la mejor. Fue como una especie de droga muy adictiva que reafirmó mis ganas de aprender idiomas y estudiar Traducción e Interpretación y de seguir viajando al extranjero.

Una tercera razón por la que decidí irme fuera, especialmente a EEUU, es por la gran oportunidad, no solo académica, sino profesional. Es muy común en las universidades estadounidenses ofrecer puestos de auxiliar a sus alumnos de posgrado relacionados con su programa de máster para que puedan cubrir sus gastos mensuales además de la matrícula, que en EEUU puede oscilar entre 40.000 o 60.000 dólares por semestre. Entonces, no solo obtienes un título de la universidad estadounidense, sino que además obtienes unos dos años de experiencia laboral muy bien pagados, al menos en mi situación así fue.

Actualmente estudia en la Universidad Wisconsin-Madison.

– ¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
Sin contar el año en Francia y el año en Bruselas, llevo ya 3 años y medio en EEUU.

– ¿Qué haces en este país?
Mis dos primeros años los pasé en la Universidad de Delaware, Newark, estudiando el máster de literatura española y pedagogía mientras trabajaba en mi departamento como asistente de español. El tercer año lo pasé en la misma universidad y departamento trabajando como instructor de español a tiempo completo mientras esperaba las noticias de mi programa de doctorado, que es a lo que me dedico actualmente.

– ¿Qué estás haciendo en estos momentos?
En estos momentos estudio un doctorado en adquisición de segundas lenguas, o tal vez más conocido por sus siglas en inglés SLA (Second Language Acquisition). Es una rama de la Lingüística Aplicada, que a su vez es una rama de la Lingüística. Este campo abarca muchos temas, desde los procesos cognitivos, a los factores externos que tienen lugar a la hora de aprender dos o más idiomas, ya sea de forma simultánea o consecutiva. Al mismo tiempo y de forma similar a cuando estudié mi máster en Delaware, la universidad me ofrece trabajo para cubrirme los gastos. Este año académico mi tutora, la profesora Catherine Stafford, pudo ofrecerme trabajo como asistente en uno de sus proyectos. De esta manera, además de trabajar para mis clases como alumno, debo dedicar 20 horas a la semana a ayudarla en su proyecto. Esta es una gran oportunidad para adquirir algo de experiencia en el mundo de la investigación y aprender de profesionales en este campo, como mi tutora.

– ¿Cuál es tu lugar de residencia?
La Universidad de Wisconsin-Madison, como su nombre indica, se encuentra en Madison, la capital del estado de Wisconsin. Una ciudad conocida que se encuentra a unas dos horas y media en coche es Chicago, en el estado de Illinois.

Antes de esta experiencia también vivió en Francia y Bélgica.

– ¿Dónde vives? ¿Cómo es esta ciudad?
En mi opinión, Madison no es muy grande, ni muy pequeña. Es lo suficientemente grande como para tener algo de ocio (si hay tiempo), pero lo suficientemente pequeña como para que no sea demasiado abrumador, como puede suceder en ciudades más grandes como Nueva York. Al ser la capital de Wisconsin cuenta con el Capitolio, un edificio blanco, enorme y precioso alrededor del cual los fines de semana montan un mercado. Además, tiene un lago inmenso que se congela durante el invierno y las personas aprovechan para andar sobre él ¡e incluso conducen y pasan la noche sobre él! Madison también tiene muchos sitios donde ir a comer. El estado de Wisconsin es especialmente famoso en EEUU por los productos lácteos como el queso. Un plato especial es los «cheese curds», una especie de queso frito, ¡está delicioso! Asimismo, Madison, como en gran parte de EEUU tiene gastronomía de todas partes del mundo. Especialmente a mí me gusta salir los domingos de «brunch», que es una mezcla entre desayuno y almuerzo, con mis amigos. ¡Es el único momento en la semana en la que socializo fuera del ámbito laboral o académico! Normalmente suelo tomar café, que te rellenan gratuitamente, y tortitas americanas.

De momento piensa seguir viviendo en EE.UU verios años más.

– ¿Cómo es vivir ahí? ¿Es muy diferente a España?
¡Hace mucho frío! En invierno podemos llegar a temperaturas inferiores a -20 °C. ¡Nada parecido a Huelva! En mi situación, el día a día es muy laborioso. Desde por la mañana temprano hasta por la noche estoy trabajando, ya sea en mis estudios o en el proyecto para mi tutora. Cuando estoy en España es normalmente para pasar las vacaciones, por lo que mi vida en España y en EEUU es muy diferente.

Debido a la historia que tiene EEUU, actualmente hay un gran movimiento, al menos en las universidades, para promover la igualdad entre distintos grupos minoritarios como es la comunidad de personas de color, LGBT, movimientos feministas, etc. Además, también existe una obsesión con lo políticamente correcto, que no existe en España, al menos no con tanta profundidad. Por ejemplo, actualmente en la universidad, uno debe indicar qué pronombres en cuestión de género lo define, para que la gente pueda referirse a persona como she (ella), he (él), o incluso ze (un pronombre que no forma parte del binomio masculino/femenino).

Otra de las cosas que más me llama la atención si lo comparo con Huelva es la gran diversidad étnica de la ciudad. Hay comunidades de gente de color y de personas de todo el mundo. En parte, debido a que es una ciudad universitaria que acoge a muchísimos alumnos internacionales. Para mí es enormemente gratificante ver y conocer personas tan diferentes y con costumbres a veces similares y otras tan dispares. Es muy enriquecedor.

En cuanto a la universidad, hay varias cosas que me gustan de EEUU. Una de ellas es que, aunque los profesores son muy exigentes en cuanto a la carga de trabajo, son mucho más generosos a la hora de calificar. En España, un trabajo de 8 pude ser perfectamente un 10 en EEUU. Otra cosa que me gusta es la gran cantidad de recursos que ofrecen estas universidades, no en vano se paga gran cantidad de dinero por la matrícula. Por último, también aprecio el hecho de que las personas suelen responder a los emails y llamadas telefónicas para responder cualquier duda.

También aquí hay algunas costumbres en el día a día que difieren un poco de las costumbres en Huelva. Por ejemplo, aquí es muy común dar las gracias al conductor del autobús al bajarse en la parada. Otra costumbre es dar propina por casi todos los servicios, especialmente en los restaurantes. En España, aunque es de agradecer, no se juzga a nadie por no dejar propina. Sin embargo, en EEUU, es realmente ofensivo para el camarero si no se le deja propina, pues significa que no estás para nada conforme con su trato. Normalmente se deja alrededor de un 20% de la cuenta si el trato es bueno; si es regular, alrededor del 15%. La razón por la que las propinas son tan importantes en EEUU es porque los camareros solo cobran dos dólares y medio por hora, por lo que básicamente sus sueldos dependen de las propinas.

Otra cosa que es muy diferente a España es el sistema sanitario. Aquí en EEUU necesitas tener un seguro privado y las visitas a los médicos y los medicamentos tienen un coste muchísimo más elevado de lo que es en España.

Investiga sobre la adquisición de las segundas lenguas.

– ¿Cuál es tu balance de la experiencia por ahora?
Extremadamente positivo. El viajar me ha permitido desarrollarme como persona, como estudiante y como profesional. Incluso mi familia se ha dado cuenta de la gran influencia positiva que he experimentado. Por eso se alegran por mí y me apoyan en mi decisión de seguir formándome en el extranjero.

– ¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
Acabar el doctorado es mi único objetivo en estos momentos. Como acabo de empezarlo, aún me quedan unos 4 años y medio más, ya que en EEUU, a diferencia de Europa, los dos primeros años del doctorado se toman clases y los dos o tres años posteriores se dedican a la disertación.

– ¿Qué piensa tu familia y amigos de tu aventura?

Afortunadamente me apoyan enormemente. Mi familia se siente muy orgullosa de mí y no se cansan de decírmelo. Para mí, es solo una etapa de mi vida dedicándome a algo que me gusta y hace feliz. Creo que esa es la principal razón por la que me apoyan tanto, porque saben que hago lo que me apasiona, aunque signifique estar lejos de ellos.

Viajar es una de sus grandes pasiones.

– ¿Cuáles son tus planes futuros?
La verdad que me gustaría seguir los pasos de mi anterior jefe y profesor de la Universidad de Delaware Jorge Cubillos. Me gustaría poder enseñar español y clases sobre adquisición de segundas lenguas en una universidad alrededor del mundo a la vez que realizo investigación en ese campo. Especialmente me gustaría poder realizar investigación que me permita mejorar la enseñanza del español en las aulas.

– ¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
¡Sí!, no definitivamente, al menos por el periodo del doctorado, pero suelo ir en vacaciones, de hecho estas navidades he pasado todo un mes en casa. Hacía dos años que solo pasaba dos semanas en Huelva por las vacaciones, ya que iba a trabajar a Panamá con la Universidad de Delaware durante el mes de enero y luego volvía a EEUU directamente.

– ¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?
Sin lugar a duda, la familia y los amigos. Y por supuesto, ¡la comida de mi madre y de mi tía!

Su objetivo es conseguir mejorar el sistema educativo en cuanto a idiomas.

– Para terminar: un mensaje a tus paisanos.
El mensaje que me gustaría transmitir a mis paisanos lo resumiría en tres palabras: viajad, conoced y aprended. Para mí, fue viajando como puede empezar a conocerme a mí mismo y aprender de los demás. Muchas veces, uno no se conoce tanto a uno mismo y a su cultura hasta que no la mira desde un punto de vista externo. A veces uno asume ciertos comportamientos que lo definen como persona y como parte de un grupo, pero que no somos conscientes hasta que no vemos que hay otras maneras de hacer ciertas cosas, otras perspectivas, y que a veces esas perspectivas y costumbres son hasta preferibles para uno mismo. La mejor manera para ver las cosas de otra perspectiva y crecer como persona y conocerse mejor es viajando y conociendo a personas que son diferentes a uno mismo. Es a través de los demás que uno se conoce mejor. Para ello hay que mantener una mente abierta y curiosa. Ese es el mensaje más importante que puedo dar hasta ahora basado en mi corta experiencia.

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