RFB. Pocos onubenses pueden acreditar un ‘pedigrí’ como él sobre sus raíces en esta tierra. Y es una suerte que, además de su geneaología local que se pierde en un número infinito de generaciones, lleve aparejada una sensibilidad que le hace defender a su sociedad, a su espacio vital, a su tierra. Y no lo hace desde una óptica ‘provinciana’, chauvinista, en absoluto. Su condición y ejercicio de catedrático de universidad tiende a conformar un rigor que acrecenta el valor de su análisis crítico, tan necesario en esta Huelva en la que con frecuencia -no siempre- dejamos pasar el tiempo sin hacer nada… por nada.
Pero, además, su perfil es singular porque teniendo responsabilidades institucionales -presidente del CES provincial- no sucumbe ante el virus de la complacencia y de lo políticamente correcto. Se atreve a decir las cosas con juicios fundados pero sin cortapisas. No divaga y señala problemas sugiriendo soluciones. Su visión es una combinación perfecta porque aúna vasto conocimiento, oficio analítico y, aún con su natural posicionamiento ideológico personal, independencia. Un lujo para esta provincia.
Y cuando hablamos de vasto conocimiento lo contemplamos en el sentido más amplio de la palabra. Además de su condición de economista, abre la perspectiva al ser un apasionado de la historia, en particular de la de Huelva. Conoce mucho de nuestro pasado fruto de una extraordinaria curiosidad y una gran propensión al esfuerzo investigador. Una conversación con él da para muchos titulares periodísticos y siempre te deja, al final, la sensación de que sabes bastantes más cosas interesantes que antes de iniciarla. Nos responde amablemente a las preguntas ofreciendo bastante luz sobre las cuestiones que más pueden afectar a la economía y sociedad onubense.
¿Estamos atrapados en el tiempo en materia de desarrollo en Huelva? ¿hubo un tiempo mejor?
– Si, francamente. Nuestro PIB per cápita se sitúa en este momento en el 76% de la media española, cuando hace treinta años estábamos en el 91%. Hemos crecido, sí, pero mucho menos que los demás. Hemos recibido inversiones, sí, pero mucho menos que los demás. Decisiones políticas han hecho que otros territorios sean más competitivos, lo que ha provoca que nuestras empresas hayan mermado su capacidad de competir, perdiéndose tejido empresarial a marchas forzadas y, como resultado, empleo de calidad. Nuestra renta familiar disponible es de las más bajas de España, habiendo retrocedido también veinte puntos desde la década de los ochenta. Y lo triste, lo que enardece, es que la causa fundamental es el déficit de inversiones al que se nos ha sometido. Y ello es resultado, simplemente, de la incapacidad de nuestros representantes de todo signo.
¿La indolencia del onubense es un tópico?
-No, somos una sociedad adormecida y los culpables son nuestra clase política. El recurso al “y tú más” o al “y tú menos”, es una constante en Huelva y sólo sirve para justificar a los incapaces. Un político debe ser antes que político, onubense. Debe anteponer los intereses de esta tierra antes que su propia carrera, pero aquí, lo que hasta ahora hemos visto ha sido todo lo contrario. Desde finales de los setenta hemos estado a la cola en inversiones de los Presupuestos Generales del Estado; en términos “per cápita” no llegamos ni al 40% de la media que el resto de España ha recibido. Es indignante, y no hay diferencia de colores políticos. Uno tiene la sensación de que sólo miran por estar en las listas, que se deciden fuera, y esa sensación, esa realidad, provoca el desánimo de la población ¿Dónde está la raíz del problema? Pues muy sencillo, en la “profesionalización” de la nuestra clase política y su dependencia de los ingresos para mantener su nivel de vida. La política no debe ser un medio de vida, sino una vocación temporal de servicio a los ciudadanos de carácter temporal, subrayando lo de temporal. Debe ser una carga, una carga que se realiza gustosamente por el bien de tus vecinos. El problema es general, pero en Huelva, ya no es sólo un problema sino una lacra.
¿Plantéenos un mini DAFO de la provincia de Huelva?
-La principal debilidad, nuestras infraestructuras; la mayor amenaza, nuestra pérdida de competitividad progresiva a causa de ese déficit; nuestra principal fortaleza, nuestra ubicación, nuestro clima, nuestros recursos y nuestra principal oportunidad, saber luchar todos juntos por lo que es justo, por superar ese déficit histórico y hacérselo ver tanto a Gobierno de la Nación como al de la Junta de Andalucía. Y para ello hay que luchar, hay que salir a la calle, hay que reivindicar y obligar a nuestra clase política a que antepongan los intereses de la provincia a sus propios intereses personales.
Como onubense capitalino que opina ¿Huelva es fea?
–No, no lo es. Lo que ocurre que solemos compararla con las zonas más emblemáticas de otras ciudades. Es cierto, no obstante, que quedan pocos edificios anteriores al XIX. En Huelva siempre se comenta que ello es a causa del Terremoto de Lisboa, pero no es así, la mayoría de los edificios antiguos han sido derribados en los últimos cien años y, sobre todo, en los últimos cincuenta. Y ello no sólo perjudica enormemente nuestra propia identidad como onubenses, sino que, además, nos hace tener un cierto complejo de inferioridad. Muchas ciudades quisieran tener entornos como El Conquero, una ría como la nuestra o una luminosidad como la que se recibe en nuestras calles. Hace poco organicé un Congreso Internacional en Huelva, y casi todos los asistentes me comentaban lo mucho que les había gustado la ciudad y, en especial, y a pesar de los pesares, lo mucho que les había gustado el Centro.
Usted tiene una visión analítica de la economía y preside el CES provincial, háganos una síntesis sectorial de la actividad económica de nuestra provincia, contemplando la vertiente social. ¿Sectores con potencialidades, declives, cosecha actual?
-La ciudad de Huelva siempre ha sido el punto principal de las producciones de la Provincia y la entrada de mercancías que, después, se distribuían por el interior, llegando, incluso, hasta La Mancha e, incluso, a la provincia de Salamanca, incluyendo a los arrieros que transportaban las salazones de la costa, que también eran distribuidas junto a las producciones agrarias a través de barcos luengos y místicos por la costa andaluza y del Levante peninsular. A veces se olvida que, sin las producciones de Huelva, Cádiz no habría podido mantener el asedio de las tropas napoleónicas. Ese fue el hiterland de Huelva durante siglos, mucho antes del desarrollo minero del XIX. La minería, trastocó ese estado de cosas, rompió con muchas actividades tradicionales, aunque también dejó infraestructuras que, después, no hemos sabido conservar. Pero eso es pasado; ahora lo que debemos hacer es mejorar el presente y conquistar un nuevo futuro. La agricultura es un puntal relevante de Huelva, pero no es la panacea. Los empleos agrarios generan rentas muy reducidas, y ello provoca que, al haberse perdido durante la crisis la mayor parte de los empleos de la Construcción, y una parte relevante de los de la Industria, Servicios y Sector Público, que generan rentas mucho mayores, la Renta Familiar Disponible de Huelva se haya reducido notoriamente. Hay que apostar por la industrialización de las producciones agropecuarias y pesqueras, por los alimentos de cuarta o quinta gama. Hay que atraer nuevas industrias que transformen las materias básicas que se producen.
Y finalmente, hay que desarrollar el Turismo; es impensable que, con 30.000 plazas hoteleras de gran calidad, la concentración de la temporada sea cada vez más acusada; hay que romper con la estacionalidad, y para ello es indispensable que nuestras infraestructuras de comunicación mejoren. Venir a Huelva a estancias cortas es impensable, no somos competitivos con otras zonas cuyas comunicaciones han mejorado de forma notoria en los últimos quince años. Somos la única provincia del litoral español sin aeropuerto y, además, prácticamente somos la única provincia junto a Almería sin conexión de Alta Velocidad, y eso es un handicab que a nuestros empresarios les cuesta superar. Pero, es más, el desarrollo del Puerto en tráficos de “Mercancías Generales” y Contenedores, es la gran esperanza de Huelva; nuestra entrada en los corredores ferroviarios nos puede permitir convertirnos en una de las principales rutas de entrada/salida del sur de Europa frente a África y América, pero sin buenas infraestructuras ello es muy difícil. Siempre tenemos delante ese nudo gordiano, y hasta ahora no hemos encontrado la espada que nos permita cortarlo.
¿Cuál es el lugar de la capital que más le inspira en su identidad onubense?
-En este momento, tras la desaparición de tantos edificios emblemáticos que he llegado a conocer (Caserones de los Trianes, Garrocho o Quintero, Convento de San Francisco, Pescadería antigua, Barrio de San Sebastián, etc), creo que, por razones obvias y lazos sentimentales, la Plaza de San Pedro. Conserva, en gran medida, la identidad de Huelva y nos enlaza con nuestro pasado.
¿Y el símbolo principal en este sentido?
-Sin duda, la Iglesia de San Pedro, dominando la Plaza, en el antiguo Cabezo del Castillo, núcleo primigenio de la ciudad y que data del siglo XIV. Dominaba la ría, y era el símbolo de Huelva, tal y como la representó Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho en la segunda mitad del XVIII.
¿Y las mismas cuestiones para la provincia?
-Para la provincia lo tengo más difícil. Hay muchos lugares y somos muy diversos. Niebla, por ejemplo, nos enlaza con nuestro pasado medieval e, incluso, con la Huelva antigua. Saltés, es emblemática, citada en textos clásicos, primera ubicación fenicia en la península, antes incluso que en Cádiz. La Sierra, con su raigambre leonesa. Nuestro patrimonio inmaterial, las danzas de espadas, por ejemplo, sin ningún paralelismo en toda la península, que denotan la pervivencia de tradiciones inmemoriales. Las dehesas y la cultura del cerdo ibérico, la pesca y las actividades de salazón y conservas, las bodegas y el viñedo, etc. Somos una provincia especial, y debemos ser conscientes de ello. Y por último, nuestro medio ambiente, marismas, esteros, La Sierra, el agua, la cultura del agua, los bosques,… , Huelva.
¿Porqué se levantan en Extremadura ante la cuestión ferroviaria y aquí no?
-En Extremadura toda la clase política se ha unido, encabezada por la propia Junta de Extremadura y su Presidente. Yo aún estoy esperando que la Junta de Andalucía diga públicamente que nuestras comunicaciones ferroviarias son una prioridad. Se ha dicho, sí, en Huelva, en actos locales, con la boca chica, pero nunca de cara a toda Andalucía y mucho menos de cara el resto de España. Las causas son evidentes, no hemos sido nunca una prioridad. Y frente al Gobierno central, lo que ya he comentado antes, jugar al “y tú más”, para no molestar a las jerarquías nacionales de los partidos gobernantes. Hay que hacer que nuestra clase política perciba los riesgos de esta actuación y eso sólo se consigue con la presión constante de la población que obligue a todos nuestros representantes a ir todos a una.
¿Qué debería ilusionarnos a los onubenses como tales?
-Un futuro que puede alcanzarse con el esfuerzo de todos.
¿Cómo podría, si cree que fuese necesario, crear una mayor cultura de autoestima en nuestra ciudad/provincia?
-Sin lugar a dudas, con nuestro Patrimonio Común, sin lugar a dudas. Y ese patrimonio es principalmente nuestra historia y nuestras tradiciones. Pero no con esas tradiciones de nuevo cuño generadas por mimetismo, sino por todo ese patrimonio inmaterial al que he hecho referencia: los rituales festivos, los oficios y saberes tradicionales, las formas de expresión cultural, la gastronomía. Y pongo un ejemplo; si uno visita el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, puede comprobar que nuestra provincia aporta un gran caudal de ese patrimonio, muy por encima de nuestro peso demográfico y territorial. Y ello es así, porque hemos sabido conservar estas tradiciones, diferenciales, mucho mejor que otras provincias. Ya lo reconocía Julio Caro Baroja, y basta con comprobarlo en el Catálogo del Patrimonio Inmaterial de Andalucía del IAPH. No somos conscientes de ello y la política de búsqueda de una identidad andaluza, ha limitado esa percepción en el gran público. Somos una isla en Andalucía desde un punto de vista cultural, siempre lo hemos sido y ese hecho diferencial es el que hay que destacar para que, mediante la diferenciación, mediante la promoción de “lo nuestro”, seamos capaces de ganar nuestro futuro. La Junta no ha ayudado mucho, la verdad; de las dos docenas de “Centro Andaluz de ___.”, dependientes de la Consejería de Cultura y repartidos por todo el territorio andaluz, ninguno está en Huelva, basta con buscarlos por internet para hacerse una idea del maltrato. Nuestro pasado es muy relevante, nuestra historia, la que evidencia la arqueología, una cultura urbana de miles de años, con la metalurgia del cobre más antigua de Europa, con los primeros viñedos y, posiblemente, con las primeras escrituras. Debemos promover ese conocimiento en la población, y, sólo así, a través de esa identidad diferencial, conseguiremos la autoestima.
¿Podemos presumir de algo por la Universidad de Huelva?
-Claro, lo principal que fue el resultado de una reclamación ciudadana que los políticos no tuvieron más remedio que respaldar. Los que vivimos ese proceso lo sabemos, fue difícil convencer a la ciudanía, pero al final se consiguió y vivimos ese maravilloso Tres de Marzo. Pero no sólo eso, y respondo con otra pregunta ¿Qué hubiera sido de Huelva sin Universidad? La respuesta a esta última pregunta es suficiente para hacernos una idea. Menos de la cuarta parte de los onubenses que han obtenido títulos universitarios en los últimos 25 años lo habrían conseguido. Los pocos centros que había en Huelva, dependientes de la Hispalense, habrían languidecido, se habría producido una transferencia de renta enorme a otras provincias, como se producía en otras épocas y, además, las inversiones y el gasto público que la Junta ha dedicado a la Universidad de Huelva se habría derramado en otras zonas. Todas las investigaciones tecnológicas, científicas, económicas, educativas, en las Humanidades que se han centrado en Huelva y nuestros recursos, no se habrían producido. Seríamos aún más pobres, una pobreza económica y, sobre todo, cultural. El que por entonces era Consejero de Educación, contrario a la creación de la Universidad, me lo respondía hace algunos años: “El que estaba equivocado era yo, y los que teníais razón erais vosotros. Lo he comprendido al verificar lo que hubiese pasado con mi provincia (Jaén) si no se hubiese creado la Universidad”. Y es que, además, la lucha de nosotros, los onubenses, por la Universidad, permitió también la creación de las universidades de Jaén y Almería. Fue el pueblo de Huelva, también, el que impulso, sin pretenderlo, la creación de esas universidades.
¿Cuál es el personaje histórico de Huelva que más admira, que más le seduce?
-Soy muy poco dado a focalizar la historia en personas, los hechos los producen las sociedades. Pero hay un periodo que me seduce especialmente por sus consecuencias, y este es el comprendido entre 1835 y 1850, cuando se restaura la provincia de Huelva – que se había creado en 1821 durante el trienio liberal y pronto deberíamos celebrar el bicentenario – y nuestros representantes políticos en Madrid lucharon desesperadamente por conseguir poner a Huelva en el mapa. El primer paso fue la restauración de la Aduana, que consolidó al Puerto de Huelva y que permitió la ulterior expansión minera, luchando contra los representantes de provincias vecinas, que torpedeaban esa consecución (me suena mucho esa dinámica). El impacto fue grande y consolidó a esta provincia durante décadas.
¿De que no ha investigado aún que le gustaría hacerlo?
-¡Vaya pregunta! He investigado mucho en las materias que me son propias por mi condición de Catedrático de Economía, pero me apasiona el pasado como medio para entender el presente. Estoy ahora realizando una segunda tesis doctoral, en este caso de Historia, centrándome en la situación socioeconómica de Huelva en la primera mitad del XVIII. Y ahí surgen muchas interrogantes y muchos posibles temas de investigación. Por ejemplo, uno de los productos de exportación a indias más relevantes en esa época eran los encajes de Huelva y Ayamonte, muy apreciados en Nueva España y en Buenos Aires ¿Cómo eran? ¿Cómo se fabricaban? ¿Se mantienen aún esas técnicas? ¿Sería posible recuperarlas? Alguna terminología hay como “encajes de tres corazones” o “de dos corazones”. He investigado mucho en Economía, pero me seduce mucho profundizar en la Historia Económica de Huelva, de nuestro pasado o, incluso, de algunos personajes olvidados que realizaron ciertas aportaciones al desarrollo del pensamiento económico durante la primera mitad del XIX. La pena es que siempre falta tiempo para hacer todo aquello que a uno le gustaría.
¿Cuál es la mejor noticia que le gustaría leer en 2019 sobre Huelva?
-Bueno, me gustaría que la Junta comenzase las obras del futuro Museo Arqueológico y del Chare del Condado, finalizando otras obras, como el Centro de Salud de Isla Chica. Y que el Gobierno Central comenzase a licitar nuevamente las obras que el anterior Gobierno dejó a medias: Presa de Alcolea, Archivo Histórico Provincial o el acceso del Chare de Lepe y que, además, licitase el proyecto de la línea de Alta Velocidad, y reiniciase las obras de modernización de la Huelva-Zafra que el anterior Gobierno paralizó en 2012. Y que, además, se alcanzase un acuerdo entre la junta y el Gobierno Central para el desdoble de la N-435 hasta Zalamea y el desdoble de la A-461 para enlazarnos con la Ruta de la Plata. Y, finalmente, que se ejecuten los fondos que se había dotado el pasado año para modernizar el ferrocarril Sevilla-Huelva, dado que la línea de alta velocidad tardará, al menos, una década en estar operativa y esta provincia no puede languidecer mientras dicho objetivo se consigue.
¿En qué podemos confiar en Huelva? ¿Cuál puede ser nuestra esperanza?
–Los onubenses debemos confiar en nosotros mismos. Nadie va a venir a sacarnos las castañas del fuego. No podemos esperar siempre en el maná. Nuestra esperanza son los jóvenes, sí. Esa generación que se ha formado, que en gran media ha iniciado su actividad profesional durante la crisis fuera de Huelva, pero que en gran medida está vinculada a esta tierra y lucharán por ella y por buscar un futuro en su tierra.