HBN. Enero es un mes muy especial en el municipio de Trigueros. A pesar de que estamos inmersos en los eventos navideños, los vecinos ya tienen las miras puestas en sus próximas fiestas patronales, que celebrarán a finales de este primer mes del año.
Una de las tradiciones más arraigadas de las fiestas en honor a San Antonio Abad es la conocida como rifa de los ‘cochinos del Santo’, una costumbre iniciada a mediados del siglo XIX que contribuye a generar en las calles de la localidad un ambiente prefestivo desde el mismo día de Reyes.
Y es que cada año, a finales de diciembre, representantes del Ayuntamiento triguereño y de la Asociación Civil Cepillo del “Santo”seleccionan y llevan a la localidad varios cochinos para ser subastados el último día de las fiestas patronales, que este 2018 será e29 de enero.
Desde el mismo 6 de enero, y hasta el día de la rifa, los cochinos caminarán cada jornada por Trigueros en compañía del tamborilero, mientras se venden a su paso papeletas para el sorteo. También es costumbre pasearlos algún día por municipios vecinos, como Valverde del Camino, Beas, Gibraleón o San Juan del Puerto. Como dato curioso, hay quien llama desde fuera de la provincia de Huelva al Ayuntamiento cuando ve en televisión o prensa algún reportaje de la rifa de los cochinos, mostrando interés por adquirir un boleto.
El sorteo siempre tiene lugar el lunes de San Antonio Abad, antes de que el santo se recoja en su ermita, y se realiza a las puertas del Ayuntamiento. Antonio López, presidente de la Asociación Civil Cepillo del “Santo”, cuenta que esta tradición se inició en torno a mediados del siglo XIX. Un dato basado en el hallazgo de una papeleta para una rifa de finales de los años 30 de aquella época.
Asimismo, la fecha de la papeleta coincide aproximadamente en el tiempo con la emisión de un bando municipal (1836) en el que el Ayuntamiento de Trigueros informaba de que se hacía cargo de las fiestas en honor a San Antonio Abad en su parte civil y religiosa, pudiendo idear la rifa para sufragar el evento (aunque esta teoría no ha sido constatada). En la actualidad, el sorteo sigue contribuyendo al sostenimiento económico de las fiestas, no habiendo perdido su supuesta utilidad original.
La vinculación de San Antonio Abad con los gorrinos se haya en la historia de este santo, quien, “cuando estaba en el desierto, curó a una cerda, que desde ese momento no se movió de su lado. Por eso es considerado el patrón de los animales”, explica Antonio López. Muy pronto, los vecinos de Trigueros volverán a escuchar por sus calles el sonido de la flauta y el tamboril, sones que auspician los días grandes que están por venir.