José Luis Rua. Para cerrar el año, para decirle adiós al 2018, Poetas del Guadiana convocaron una jornada creadora, en un lugar también especial, el Atelier de Juan Galán. Y así fue como a lo largo de la tarde, fueron apareciendo con esa cara de ilusión que se le pone a quien entra en ese escenario de magia y buen ambiente.
Al fondo, a la derecha, Juan Galán estaba dándole forma definitiva a un patio de Cortelazor, que levantó pasiones en cuanto fue descubierto por quienes iban entrando en el estudio. Frente a él, Javier Reyes preparaba el equipo para ofrecer algunos de los temas más famosos de los 70 y los 80. En la sala paralela, la que tiene las vistas al puerto deportivo y al Guadiana, la que hace de mirador de las puestas de sol excepcionales, la que mira al sur, ofrecía en una de sus paredes, catorce cuadros que en su momento conformaron el poemario ‘Versos de color’ y que después de algunos meses colgados en un establecimiento hotelero, se ponían de nuevo a la venta para ofrecer la recaudación, a las Hermanas de la Cruz de Ayamonte.
Era una buena manera de decirle adiós al año viejo, era una manera de reunir una vez más a los creadores de las Tierras del Bajo Guadiana, en una sesión que valía la pena. Natalia Santos, Delegada Territorial de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta, que apoya de manera incondicional la labor de los poetas fronterizos y de la creación en general en las Tierras del Bajo Guadiana, saludó a los presentes y les animó a seguir por esta senda tan sorprendente y magnifica.
Y entre pinceladas y sonidos del ayer, quedaba un hueco para escuchar a los poetas de hoy. Unos, venidos del Odiel, Pepa Martínez y Ana Deacracia leían sus versos fuertes y de denuncia; María Luisa hacia lo propio con otros argumentos y Javier Sánchez, con ternura, pero a la vez con firmeza, denunciaba situaciones que no deberían de existir. Clara Correia sutil, Carmo Costa sencilla y el fado de Nadia Catarro, eran los mensajes de la otra orilla del Gran Rio. Entrecruzándose, las voces de la frontera con su propia característica, Aníbal Álvarez que le ponía emoción al momento, al leer unos poemas inéditos que resultaron ser de su padre, fusilado en la dictadura y que mostró el acta de su condena a muerte. Joaquina Vázquez y su resolución poética. Carmen Azaustre y su denuncia. Eladio Orta y su personal voz y temática, diseminada por todo el territorio nacional. Una selección de poemas y poetas, que disfrutan y hacen disfrutar, a quienes les acompañan en sus encuentros.
Punto y final a un año de muchas y magnificas actividades, celebradas en escenarios distintos, con públicos distintos pero siempre, con ilusión de la primera vez y con la fuerza de quien cree en lo que hace. Para el próximo año, la agenda empieza a llenarse de presentaciones, lecturas y actos que pueden darle más fuerza si cabe, a este colectivo que no conoce de fronteras. Feliz Año Nuevo.