Miriam, una onubense en el programa de televisión ‘Cuatro Weddings’

Imagen de la boda de la onubense.
Inma, la primera empezando por la izquierda. / Foto: Cuatro.

HBN. Una onubense participó este lunes en el programa de Cuatro ‘Cuatro Weddings’, en el que cuatro novias se enfrentan para ganar una luna de miel de ensueño.

 
La primera boda de ‘Cuatro Weddings’ ha sido la boda ochentera de Loli. Una boda en la que las novias participantes han dejado ver que ellas venían a competir con uñas y dientes. Han pasado de criticar las flores escogidas por los novios a asegurar que los trajes de los invitados “son como forros de cortina”. Y eso que todavía no habían visto ni a la novia ni a las damas de honor. Los vestidos las han horrorizado y no se han cortado ni un pelo a la hora de decirlo. Menos mal que ver entrar a Loli echa un mar de lágrimas a la iglesia las ha tocado el corazón y la música ha amansado a las fieras. Eso sí, hasta que Loli ha decidido ponerse romántica y cantarle a su marido en el altar. Momento en el que sus rivales también han tenido algo que decir: “Si no sabes cantar, no cantes”.
 
Loli quería que a su boda no le faltara ni un detalle ochentero y lo que no le ha faltado ha sido ni un detalle. Tras un cóctel con jamón del bueno, los invitados han bailado, cantado y se lo han pasado en grande entre plato y plato. Las novias rivales de ‘Cuatro Weddings’ se han quedado perplejas cuando Loli ha sacado la catana y se ha puesto la chupa amarilla para cortar la tarta al ritmo de la banda sonora de Kill Bill y todavía les faltaba por ver lo mejor. Los novios han abierto el baile convertidos en los protagonistas de Dirty Dancing y lo han hecho con salto de novia y todo.
 
Imagen de la boda de la onubense.

La segunda novia en pasar por el altar ha sido Sara. Los novios querían una boda religiosa tradicional  y hasta que han entrado en el salón donde se iba a celebrar el banquete todo había sido perfecto. Una misa preciosa, una novia guapísima y un cóctel de eso que te quitan el sentido. Sin embargo, cuando Sara y su recién estrenado marido han entrado en el salón al ritmo de Manuel Carrasco, las lágrimas han comenzado a caer sin control por las mejillas de Miriam: “Esta es la canción de mi novio y mía”. Ella tenía planeado entrar en el salón con esa misma canción y ha sentido que igual ya no le iba a quedar tan bonito.

 
Loli estaba encantada con todo lo que estaba sucediendo en la boda de Sara incluso se ha emocionado muchísimo cuando la ha visto acompañada de sus abuelitos. Alejandra y Miriam seguía en su línea de críticas, pero cuando han visto que Sara se ponía en mitad del salón y las personas más importantes de su vida se iban acercando a ella para entregarle rosas blancas en señal de amor, su estrategia ha estallado por los aires y no han podido contener su emoción. Ha sido bonito, muy bonito.
 
La tercera novia en pasar por el altar ha sido la onubense Miriam y lo ha hecho en una boda civil tradicional en la que el resto de novias han temido lo peor porque el novio ha llegado tarde. “Yo no me caso”, ha llegado a afirmar Sara. Sin embargo, cuando Miriam ha comenzado el paseíllo hacía el altar los ánimos se han relajado. El vestido de la novia parecía que era del gusto de todas, pero Alejandra ha tenido la sensación de que las flores del ramo eran de plástico y eso iba a tener consecuencias. Los novios se han dado el “Sí, quiero” a su manera y todo iba bien hasta que los invitados han tenido que esperar de pie a que los camareros montaran las mesas de cóctel que se iba a celebrar en ese mismo lugar. Algo que a sus rivales les ha parecido fatal.
 
No sabemos si Miriam escuchó a sus rivales criticar su boda o alguien se lo dijo, pero las consecuencias empezaron a sucederse. Sin previo aviso las luces del jardín dónde se estaba celebrando el cóctel se apagaron de golpe y las novias tuvieron la sensación de que le iban a dar una sorpresa a los novios, pero ya se encargó la propia novia de aclararles que no era así: “No se acaba el mundo, solo se ha ido la luz”. Miriam parecía muy molesta con ellas y no entendían nada de nada.
 
Alejandra les había explicado que su boda era una boda en rosa frente al mar, pero que no era una boda de princesa. Algo que las novias no terminaban de entender del todo porque el hilo conductor de la ceremonia era un cuento de princesas, la bendición a los novios se la dieron todos los invitados a la vez, soltaron palomas blancas y la primera felicitación a los novios llegó volando por los aires desde un helicóptero. Nada era habitual en la boda de Alejandra, tras los novios en el altar había gente haciendo topless, en el cóctel los vecinos tendían los bikinis en el balcón y les miraban sin perder detalle… Eso sí, el pintxito de pollo al curry estaba riquísimo e hizo más llevadero para sus rivales ver a media boda entrar bailando al salón.
 
Sin previo aviso y antes de comenzar la cena, las novias quisieron acercarse a Alejandra para darle la enhorabuena, pero Miriam más bien le dio un buen disgusto. Parecía que le iba a decir que estaba muy guapa y que la corona que había elegido a modo de tocado era muy bonita, pero no. Miriam no se cortó un pelo y le dijo que las flores parecían de plástico y poco más o menos que el vestido no le gustaba nada de nada. ¡Qué tensión! Alejandra consiguió mantener el tipo, pero Loli y Sara pasaron un rato complicado, muy complicado
 
“Mi bata de estar por casa tiene más morbo que el traje que se ha puesto ella, era un camisón”, así de clarita ha sido Miriam cuando ha visto entrar a la fiesta a Alejandra luciendo su segundo vestido de novia. El primero no le había gustado y parece que el segundo lo ha hecho mucho menos.
 
Nerviosas y convencidas de que su boda iba a ser la ganadora de una luna de miel de ensueño, las cuatro novias de ‘Cuatro Weddings’ esperaban ver bajar a su marido de la limusina, pero antes de que eso sucediera y una de ellas se fuera a la Republica Dominicana, tenían que aclarar unas cuantas cosillas. Loli les ha explicado que había notado demasiada estrategia y que no le parecía bien que no hubieran sido sinceras. Sara ha reconocido que ella no había sido sincera, pero Alejandra y Miriam han vuelto a enrocarse en las flores de plástico, los plagios y una tensión que no han podido controlar.

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