HBN / Cristina Morales. Investigadores de la UHU, del Instituto Nacional de Técnica Aerospacial (INTA) con sede en el Arenosillo (Huelva) y del CSIC han concluido que el incendio que arrasó más de 8.400 hectáreas en las proximidades del Parque Nacional de Doñana, y que afectó al Parque Natural de Doñana en junio de 2017, se produjo bajo unas condiciones meteorológicas locales y regionales excepcionales.
Los científicos, que publicarán los resultados del trabajo este próximo mes de diciembre en Science of The Total Environment, revelan circunstancias especiales desde un punto de vista meteorológico. Así, se detectaron anomalías positivas de los centros de alta y baja presión que dieron como resultado la ocurrencia de violentos flujos de vientos (soplando desde el Noroeste) con rachas de hasta 80 km/h, temperaturas de 35°C y valores de humedad relativa de un 20%.
Según los registros históricos, se contabilizaron diferencias de temperatura de hasta 12°C, anomalías positivas de velocidad del viento (superiores a los 29 km/h) y anomalías negativas de humedad relativa (diferencias de 40%).
Estas condiciones ambientales, que se repiten cada vez con más frecuencia, y aunque se continua estudiando su origen pero todo parece señalar al cambio climático como causante de las mismas; facilitan la rápida expansión de los incendios forestales, haciéndolos difíciles de extinguir y generando un daño ambiental considerable. En este caso, la afectación sobre un espacio natural protegido tan relevante, ha supuesto la pérdida de numerosos Hábitats de Interés Comunitario y muchas especies animales y vegetales se han visto seriamente afectadas.