Redacción. La aldea almonteña de El Rocío, ha vivido esta madrugada del día 8 de septiembre, una jornada única y para el recuerdo. Con motivo del centenario de su Coronación Canónica, estaba prevista una procesión, que finalmente, terminó adelantándose por el impulso de unos fieles ansiosos por vivir este hecho sin precedentes. La marcha comenzaría antes de medianoche, a las 23.43 horas exactamente, y al límite del final del Santo Rosario que se desarrollaba en El Real.
Tras 8 horas de procesión y antes de que un rayo de sol entrara por las puertas del templo, la Blanca Paloma finalizó su recorrido y fue llevada a su altar, donde desde entonces, no ha dejado de recibir visitas. Y es que la afluencia de fieles a la aldea durante este fin de semana ha superado los cálculos estimados. La procesión extraordinaria y su concepción de hecho histórico, han hecho que miles de rocieros hayan acudido a la localidad almonteña desde múltiples puntos de la geografía española.
Uno de los momentos más emotivos de la noche se vivió cuando la Escuela de Tamborileros de la Hermandad Matriz, salía al encuentro de la Virgen pasadas las 3 de la madrugada, dedicándole varias piezas, entre ellas la tradicional ‘Salve Rociera’. Con antelación, se le rezaba una Salve solemne en la puerta de la casa de la camarista y El Real estallaba en un castillo de fuegos artificiales.
La devoción y la pasión por la Blanca Paloma estuvieron presentes durante las más de 8 horas de recorrido por su aldea. Y es que, si algo ha caracterizado a esta jornada, es el sentimiento que despierta la virgen y que hizo que, los rocieros no pudieran reprimir sus ansias por verla procesionar y no se cumpliera con lo esperado, una marcha bañada por el sol. El salto a la reja acabó anticipándose, por unos minutos, incluso a la fecha del 8 de septiembre, día en el que se cumplen 100 años de la Coronación Canónica de la Virgen del Rocío.