Luis Benítez. Corrían aquellos maravillosos años, entre la nostalgia del final de siglo y la mágica incertidumbre de lo que traería consigo el nuevo milenio, cuando una niña onubense le rogaba regalos en forma de canción a su madre. En un hogar repleto de amantes del buen cantar, esa pequeña rubia de ojos claros se bebía, desde bien temprano, los éxitos de míticos cantantes latinos que marcaron la niñez de algunos y la juventud de otros muchos;en España ya bailábamos al son de leyendas como Juan Luis Guerra, Gloria Estefan o Celia Cruz. Aunque un magno océano separase su radio de sus ídolos, ella soñaba despierta con ser la que marcase algún día, subida al escenario, los pasos de baile de estadios que tarareasen sus canciones. Con el paso de los años esa niña que empezó con el flamenco se convirtió en mujer, y tras escalar difíciles montañas aprendió que, aunque a veces llueva café en el campo y la tierra llore, la vida es un carnaval.
-Buenas, Vicky. Muchas gracias por concedernos esta entrevista. Me gustaría saber qué sentías cuando eras pequeña y veías y escuchabas a tus ídolos cantando ¿Cómo te sientes ahora que eres la que se sube a un escenario?
-Desde bien pequeña escuchaba las cintas de casete mientras mi madre planchaba. Yo me aprendía las letras y las cantaba, soñando ser como ellos algún día. Siempre fue mi sueño, y ahora me siento igual que de niña.
No he tenido una evolución tan drástica porque desde que recuerdo estoy cantando. A los nueve años ya lo hacía con un grupo que se llamaba Los Niños de Huelva, de flamenco. Para mí era fantástico. Ya por entonces me sentía como pez en el agua en esos ambientes, nunca me ha dado vergüenza actuar. Pasaron los años y fui también formándome en otros ámbitos; estudié filología inglesa, comunicación internacional… Pero siempre con la música presente. Así que después de mis jornadas laborales como profesora de Inglés, llegaba a casa para seguir desarrollándome en mi verdadera pasión.
-Aunque en España te queda mucho aún por recorrer, en países como Perú eres toda una estrella, sobre todo después del exitazo de tu versión de Qué bonito, de Rosario Flores. ¿Cómo te sientes al tener club de fans?
-La primera vez que llegué a Perú, mi club de fans estaba esperándome en el aeropuerto y yo pensé “esto es irreal, no puede ser”. Es cierto que es muy complicado sacar tiempo y que hay muchos artistas que no conocen a sus seguidores ni les dan importancia. Pero yo siempre tuve claro que si algún día tenía un club de fans me entregaría a ellos y haría todo lo posible por tener contacto y reunirme cuando la vida me lo permitiera. Ellos hacen muchísimo por mí, me escriben y dan apoyo a través de las redes sociales. Además me hacen mantener los pies en la tierra; lejos de hacer que me lo crea, me ayuda a recordar que los momentos hay que vivirlos tal y como vienen y que me conviene ser agradecida con los que me dan tanto, con los que mantienen su apoyo día tras día. También comparten lo que hago, mi música. He vivido situaciones mágicas en Perú, no sabes lo bonito que es que un estadio se sepa tus canciones y sentir el amor del público. Es una sensación flipante.
La última vez que estuve en Perú cité a muchos de mi club de fans y les invité por sorpresa a comer pizza. Estuvieron encantados porque fue la ocasión perfecta para estar conmigo, preguntarme cosas de todo tipo y conocerme un poco mejor. Creo que estar cerca de los seguidores es muy importante por muchos motivos. El primero de ellos es que así te comprenden mejor, porque se dan cuenta de que al fin y al cabo eres una persona normal, de carne y hueso. Es fundamental que vean que cualquiera tiene la capacidad de triunfar, de poder lograr sus sueños, alcanzar sus metas. También hay que poner sacrificio y esfuerzo, que es algo que intento transmitirles siempre.
-Hay una canción de Gloria Estefan que dice la tierra suspira si no te ve más. Tú, que has tenido que hacer las Américas y emigrar por tu sueño, ¿cómo te sientes al volver y cantar aquí en tu tierra?
-Aunque creo que con trabajo, paciencia y calma todo llega, no es tarea fácil abrirme paso en mi tierra cantando bachata, porque es un género más desconocido. No obstante, es cierto que ahora se escuchan más los diferentes estilos de música latina. Pero no es corriente principal. Cantar en Huelva me hace tremenda ilusión, pues siempre la he llevado por bandera allá donde he ido. Me enorgullezco de mi tierra y nunca escondo mis raíces.
Yo, que me he ido sola a la otra punta del mundo, te puedo decir que la soledad al llegar al hotel y cerrar la puerta se hace muy pesada, y el abandonar tu tierra es muy duro a veces, aunque yo sea muy independiente. Echo de menos muchas cosas, pero he llegado a la conclusión de que todo el esfuerzo merece la pena por la recompensa de ver cumplir tus sueños.
-¿Por qué has elegido Calle Ocho, en Aqualon?
-Conocí la gran labor que hacen en Calle Ocho con la música latina de la mano de un amigo que nos conectó. Quería hacer algo en mi tierra, y cuando me reuní con los chicos que llevan Calle Ocho me pareció que hacían las cosas muy bien. Además, tienen un concepto muy bonito, música estupenda, y se puede disfrutar de atardeceres preciosos. Aqualon es una gran propuesta de ocio para la ciudad de Huelva. Se está renovando y ofrece un espacio que nos viene genial a los ciudadanos onubenses.
Yo sé que no se puede ser profeta en tu tierra a la primera, y al final se trata de encontrar un equilibrio entre colaborar con lugares que están creciendo y el sentirte valorada. Estoy muy contenta de que hayan pensado en mí.
-Después de superar las expectativas de esa niña pequeña que soñaba con grabar un disco, ¿qué sueños te quedan por cumplir?
-Yo sueño con todo, y lo hago despierta. Vivo soñando, trabajando y creando realidades. Siempre he pensado que los retos hay que trabajarlos, y que no llegan de la noche a la mañana, sino como resultado de un esfuerzo de mucho tiempo. Hay que creerse que uno puede conseguir lo que se plantee, pero sin esfuerzo y dedicación… Muchos sueños se quedan en cementerios porque a menudo no los trabajamos lo suficiente.
Yo soñaba con llenar estadios, con que la gente cantase conmigo, que encendiera sus móviles para hacer cielos estrellados con las luces… La primera vez que canté en Perú, que además del concierto, me dio la oportunidad de disfrutar de todo, porque, además, coincidió con mi cumpleaños, me harté de llorar durante todo el concierto; el universo me dio la oportunidad de disfrutar de todo lo que había anhelado. Yo pensaba que cuando tenías un sueño tan grande y lo cumplías ya se acababa, pero en realidad te sientes tan reconfortada y te das cuenta de que todo el esfuerzo merece la pena, que continúas soñando cosas más grandes.
En el camino te van surgiendo muchos más sueños. A mí me encantaría, por ejemplo, hacer un dúo con Luis Fonsi o Juan Luis Guerra, conocer a Gloria Estefan, ser la banda sonora de alguna película infantil, doblar la voz de alguna película de animación, llegar a los LatinGrammy como nominada, ir al Festival del Viña del Mar representando a España y muchas más cosas.
-Muchas gracias, soñadora. Seguro que el concierto sale genial.
-Gracias a ti. Aprovecho para invitar a todos los onubenses este sábado a Calle Ocho. Cantaremos y bailaremos hasta que el cuerpo aguante.Se abrirán las puertas a las 22.00h, y el concierto comenzará a las 23.30h.
Puedes ver su video ‘Qué bonito’ en este enlace:
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Información para entradas. Teléfono de información: 665933224. Punto de venta: Calle Ocho, en Aqualon. (Entrada anticipada: 12 euros, con una consumición o dos refrescos / Entrada en puerta: 15 euros) Los menores de edad deben ir acompañados de un tutor legal, y los menores de doce años entran gratis al concierto.
