Concha Garrido. El martes, 18 de junio, a las 12.00 horas se presenta en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Huelva, en el Campus del Carmen, el último libro de Juan Jesús Mora Molina bajo el título Calidad y Democracia. Del sistema electoral a la rendición de cuentas. Este onubense, licenciado en Filosofía y doctor en Derecho, es profesor de la Facultad de Derecho de la UHU e imparte también clases de másteres oficiales en la propia Onubense así como en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Mora ha publicado más de 10 libros, entre los que destacan Holanda: entre la vida y la muerte, Permiso para destruir vidas sin valor, Democracia, constitución y Estado de Derecho y Diccionario crítico ideológico sobre el neoconservadurismo norteamericano, entre otros. También fue coordinador del manual de derecho Teoría y Fundamentos del Derecho. Perspectivas críticas así como del volumen colectivo Jaque a la Democracia y ha realizado múltiples traducciones con estudio preliminar en otras tantas publicaciones. También ha publicado numerosos artículos sobre teoría política, filosofía política, sociología, derechos humanos, etc. para revistas nacionales e internacionales de gran prestigio.
El autor ha dedicado su nuevo libro a Víctor, su hijo, que próximamente cumplirá cinco años y al que, desde la esperanza, le desea una España mejor.
– ¿Qué indicadores hay de que habrá una España mejor?
– En estos momentos se está generando muy lentamente una nueva conciencia ciudadana con afán de cambio y que no acepta la resignación. El libro es una construcción en esta dinámica. Hay que pensar en positivo y hay que cambiar muchas cosas para cambiar esta conciencia. En verdad, nuestro país no está mucho peor que otros. Estamos pasando un ciclo histórico, en el que el sistema actual está abocado a una serie de reformas si quiere sobrevivir y esas reformas pasan por la democratización del sistema.
– ¿Qué mejoraría usted y cómo?
– Lo primero, el diseño constitucional. No hay que tener miedo a una reforma y así lo está exigiendo la situación actual. Hay que promover un mayor auge de la sociedad civil, un reparto más equitativo del PIB, fomentar y generar nuevos espacios de participación y un mejor y más justo crecimiento económico, entre otras cosas.
– ¿Qué nos aporta, en líneas generales, este nuevo libro?
– Desde el año 2002 vengo trabajando, junto a otras personas, en cómo mejorar los rendimientos de un sistema democrático. Ahora, y cuando este libro ve la luz, es cuando tengo las ideas más maduras. Durante estos años he leído mucho. Estos estudios nacen en el mundo anglosajón. Trato de vislumbrar cómo funciona la democracia desde tres ópticas: como procedimiento, como contenido y como producto final. Estas fases determinan un estudio de calidad. Me he centrado en lo que sería el sistema electoral. He considerado marcadores internacionales para conocer cómo es considerada la democracia española y tengo que decir que nuestra democracia no sale bien parada, por lo que es necesario hacer una serie de reformas que rectifiquen el rumbo que lleva nuestro sistema político.
– ¿Por qué este libro en esos momentos?
– No he aprovechado el momento, dado que llevo desde el año 2002 estudiando estos temas. El libro se ha quedado corto. Este libro aporta ideas al debate y las ideas están apoyadas científicamente y no tienen una naturaleza populista. Está hecho para mover a la reflexión.
– Nos habla en tu libro de la reforma electoral ¿Qué reforma electoral es la que usted propone?
– Una reforma estrictamente realista y asumible. No habría que hacer grandes modificaciones en el sistema actual y serviría para acallar buena parte de las críticas que justamente se hacen sobre el modelo actual.
– ¿Esta publicación es constructiva?
– Totalmente. No critico por criticar, yo lo que hago es detectar problemas y ofrecer soluciones.
– Habla en su libro del accountability, ¿qué es?
– La accountability se puede entender como una rendición de cuentas, pero es mucho más en el mundo anglosajón. Esta palabra tiene diversas acepciones: es decir, por una parte está la dimensión vertical, que es el control del poder político visto desde fuera (elecciones, una manifestación, la prensa, etc.), y por otra está la dimensión horizontal, o sea, el control del poder político desde dentro (los propios mecanismos de los poderes, las auditorias, las fiscalizaciones, etc). La unión de estas dos dimensiones serían la accountability en su máxima expresión.
– ¿Y España en qué dimensión está?
– Sin duda la dimensión que está fallando es la horizontal, lo que provoca que la sociedad civil se tenga que defender. Lo ideal sería una conjunción entre ambas pero para ello deben confluir muchas voluntades e intereses.
– En su nuevo libro se hace preguntas muy interesantes, pero me ha llamado la atención una: ¿para qué sirven las elecciones?
– Ahora mismo, simplemente, para sustituir a unos representantes por otros, y por una sencilla razón: lo que se denomina ‘claridad de la responsabilidad’. Es decir, quien tiene el poder de diseñar políticas a nivel tributario, financiero, etc. debe ser conocido por el votante para poder decidir. España está experimentando alternancia en el gobierno pero no alternativas de políticas y simplemente porque en el contexto actual no puede ser de otra forma.
– ¿Qué es para usted una democracia de calidad?
– Tal y como reflejo en mi libro, para ciertos barómetros estamos dentro del grupo de las democracias consolidadas. Pero no es suficiente con ir a votar. Es necesario disponer de una legislación y de un sistema electoral más evolucionado y que asegure, a través de una representación justa, una mayor legitimidad del gobierno de la nación.
– ¿Cuál sería, entonces, el barómetro ideal?
– Para nuestro país estoy convencido de que el más apropiado es el ‘Democracy barometer’, que mide y evalúa a los 30 países de la OCDE. La posición de nuestro país en este barómetro, que es muy exigente, oscila entre el puesto 17 y el puesto 18 en las últimas mediciones, pero es muy probable que con la crisis que estamos sufriendo haya descendido.
– Para terminar, Juan, ¿cuáles son las expectativas de este libro?
– He quedado muy satisfecho con el libro. Creo que aporta cosas interesantes, aunque discutibles. Muchos no compartirán mis opiniones. Y eso es bueno. El libro está escrito para personas que ya están interesadas en la materia y para quienes se aproximan por primera vez. Es un libro dirigido a la conciencia de los ciudadanos. Digamos que es un libro para el futuro. Espero que pueda tener la repercusión que, creo, merece.
Muchas gracias