Francisco Javier Regueira. El Club de lectura Extramuros de Huelva visita al Club de lectura del Centro Penitenciario de Huelva en las instalaciones de la Guardería que nunca llegó a existir pero que se ha convertido en el lugar donde todos se sienten menos presos por estar rodeado de jardines, de huertos e incluso de gallinas picoteando el terreno.
“Nada se opone a la noche” de la escritora francesa Delphine de Vigan fue el libro leído por ambos Clubes. Para unos un excelente relato, para otros un libro difícil de leer. Se trata de una esplendida, sobrecogedora crónica familiar, de un libro perturbador, desgarrador y en determinados momentos hasta brutal y sin embargo escrito como si los personajes del mismo, todos sus familiares, no fueran más que cualquiera de los muchos lectores anónimos de la ingente multitud que leerá el libro. Es en definitiva un libro que merece la pena ser leído y comentado porque seguro que en cualquier ambiente desatará opiniones encontradas, lo que es muy útil para el buen fin de un Club de lectura; pero si además los lectores del mismo son internos de un Centro Penitenciario, todos ellos alumnos del CEPER Miguel Hernández Gilabert, con sus problemas personales tanto en el interior como en el exterior, a medida que avanzan en la lectura del libro irán comparándolo con sus vidas personales y a más de uno le ha resultado muy difícil terminarlo.
La lectura compartida es el fin de un club de lectura después de haberse hecho una individual, posteriormente al oír los comentarios de los otros lectores comprobamos todos aquellos resquicios que nosotros no vimos y ellos comprueban los nuestros. Si a esto añadimos un doble club de lectura y por lo tanto el doble de opiniones, de ideas, de sentimientos, entonces el resultado es impresionante. Eso ha ocurrido el día de hoy. El conjunto de opiniones, de ideas, de observaciones, ha sido desbordante y la opinión final de todos los participantes ha sido lo interesante de la jornada. Esta es la segunda vez que se produce este encuentro entre ambos clubes y todos están de acuerdo en que hay que repetirlos. Ya estamos a la búsqueda de un nuevo libro que podamos compartir y que posteriormente se pueda analizar.
Los participantes de Extramuros, nunca mejor utilizado el nombre del club invitado, se marcharon con sendos obsequios realizados en los talleres terapéuticos del Centro Penitenciario. Algunos ya los coleccionan. Todos, internos y externos destacaron el grato ambiente, la cordialidad del momento y la importancia del trabajo compartido.