HBN. Hace solo unos días, alcaldes de varios ayuntamientos del Condado de Huelva se reunían para manifestar su apoyo a una iniciativa en torno a la protección y defensa del cultivo tradicional del viñedo en la Reserva de la Biosfera de Doñana. Una manera de defender una actividad económica centenaria en la zona, a la par que se trabaja por la conservación de este enclave natural único.
Francisco García Pérez, presidente de la Cooperativa de Santa Águeda de Villalba del Alcor, es uno de los agricultores onubenses que más ha luchado para que esta propuesta saliera adelante. “Ha habido infinidad de intentos que no han cuajado”, reconoce García Pérez, y añade “el sector del viñedo en el Condado está en un dilema pues, si no nos unimos todas las bodegas y hacemos los deberes, el viñedo desaparece”.
Desde hace años, los agricultores están muy preocupados por el futuro de sus viñas. En su momento, se agruparon en cooperativas de ámbito local que consiguieron sacar adelante al sector. Pero desde el boom del ladrillo y la posterior crisis comenzaron a tener nuevos problemas, como la venta de tierras a particulares que querían tener sus parcelitas en el campo y las subvenciones que se publicaron por entonces para poner en marcha nuevos viñedos, entre otras medidas.
Aquello, unido a la posterior coyuntura económica y la caída de precios, provocó que de las más de 20.000 hectáreas dedicadas al viñedo tradicional en el Condado, hoy el número haya mermado a 3.000.
“En muchas ocasiones pedimos ayuda a la Consejería, pero ésta siempre nos decía que teníamos que unirnos, hacernos fuertes, porque con las peticiones individuales no íbamos a conseguir nada”, recuerda Francisco García.
La misma línea seguían los estudios de viabilidad de Caja Rural del Sur, “que demostraban que o nos uníamos o nos íbamos a pique”, asegura el presidente de la cooperativa de Villalba del Alcor, quien además recalca la inestimable ayuda de esta entidad económica.
Así las cosas, desde hace más de cinco años, los agricultores de vides comenzaron a reunirse, llegando, tras discusiones y cesiones, a un acuerdo para comercializar el vino a granel que no envasaban y “venderlo en conjunto para defendernos mejor”, apostilla García.
Al final, las cooperativas Virgen del Rocío, de Almonte; N.S. del Socorro, de Rociana; N.S. de Guía, de La Palma; Manzanillera, de Manzanilla; Vinícola del Condado, de Bollullos Par del Condado; y Santa Águeda, de Villalba del Alcor, que aglutinan en conjunto a más de un millar de agricultores, constituyeron la Sociedad Cooperativa Andaluza de segundo grado Onucoop, con la que actualmente comercializan estos vinos a granel.
“Ya han salido clientes de supermercados, como Covirán en la zona de Sevilla y otros más pequeños. Se están haciendo cosas”, admite Francisco, quien además es presidente de Onucoop.
Asimismo, en su empeño por que la tradición del viñedo no se pierda en Doñana, las citadas cooperativas agrupadas en Onucoop han elaborado un manifiesto para defender, apoyar y colaborar en el mantenimiento del cultivo del viñedo tradicional de secano en el entorno de Doñana.
Un documento con el que ya se han comprometido los alcaldes de los municipios del Condado, como Bollullos Par del Condado, Almonte, Rociana, La Palma, Manzanilla, Bonares, Chucena y Villalba del Alcor, firmando en este último caso su alcalde, Sebastián Fernández, el documento el pasado 5 de abril.
Y es que la vid, además de ser un cultivo social, al que se dedican principalmente empresas familiares, es también un cultivo que aporta al Espacio Natural de Doñana regulación climática, control de la erosión, contribución a la formación de suelo y aportación de hábitats para especies, entre otros beneficios. Por tanto, con este manifiesto y la adhesión al mismo, no sólo se protege una actividad económica, sino todo un ecosistema, seña de identidad de nuestra provincia.
“Si el viñedo conserva más el terreno y su cultivo puede evitar desastres naturales, entendemos que necesitamos un empujón de la Administración. Los viñedos han formado parte de la economía, la identidad y la cultura de nuestro pueblo, tienen un gran valor socioeconómico, cultural y medioambiental y por eso tenemos que potenciarlos y protegerlos”, concluye Francisco García.