Mari Paz Díaz. Nacida en 1986 en Sevilla, aunque criada desde siempre en Minas de Riotinto, Ana Isabel Burguillos Peña se ha convertido en una de las diez mejores de España en las pruebas del examen conocido como PIR (Psicólogo Interno Residente), es decir, un ejercicio que cada año se convoca para acceder a la Formación Sanitaria Especializada en Psicología, que permite a quienes la superan recibir una formación teórico-práctica de cuatro años en hospitales públicos para obtener el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. Por este motivo, es conocido como el MIR de los psicólogos, por su analogía entre ambos. Una prueba que no es nada fácil de superar, al tratarse de 235 preguntas. El resultado obtenido en el examen puntúa en un 90% en el acceso, mientras que el 10% restante depende del expediente académico de cada aspirante. Por este motivo, situarse entre las diez primeras de todo el país, es una cuestión muy significativa.
Un logro al que Ana Burguillos ha accedido después de cursar la Licenciatura en Psicología en la Universidad de Huelva entre 2004 y 2009. A partir de aquí, su trayectoria ha estado centrada en el estudio y la investigación, con varios hitos, como el hecho de haber obtenido, durante el último año del Grado, una Beca de Colaboración del Ministerio de Educación, en la cual, según nos cuenta, «me inicié en el campo de la investigación». Y, de hecho, al finalizar la carrera, en 2009, durante la celebración de un encuentro en Barcelona, le otorgaron el I Premio Internacional de Investigación en Psicología del ISEP, lo que le permitió cursar un Postgrado en Psicología Clínica Infantojuvenil en el ISEP en el curso académico 2009/10. Además, ese mismo año, estudió el Máster en Salud y Calidad de Vida en la Universidad de Huelva, curso a partir del cual optó al Doctorado.
En general, «desde que comencé a estudiar mi carrera, me decanté por el ámbito clínico. Por ello, aposté por crear mi propia consulta dentro de un equipo multidisciplinar, conformado en la Clínica Venturoli en Huelva. En este centro, he podido desarrollar mi práctica privada desde 2009 hasta la actualidad. Una actividad que compaginaba con la investigación, el otro ámbito que más me interesaba de la psicología», nos cuenta Burguillos, que inició los estudios de Doctorado en 2012, «investigando determinadas variables salutogénicas que tenían un gran impacto en la protección de la salud física y mental en el profesorado universitario. La psicología positiva ha marcado mi manera de ver esta carrera, construyendo un modelo para contemplar y detectar qué hace que tengamos éxito, qué variables nos protegen en las situaciones estresantes y nos favorece una conducta más adaptativa». Tres años después, en 2015, defendió su tesis doctoral en la Onubense, obteniendo la mención de Cum Laude por unanimidad, contando con un tribunal, presidido por José Antonio Carrobles, uno de los máximos representantes de la Psicología española.
A todo ello se une ahora el PIR, como Ana Isabel Burguillos ha querido contarnos en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias.
-Ana, con toda tu trayectoria anterior, ¿por qué te has decantado por el Psicólogo Interno Residente (PIR) dentro de todas las opciones profesionales que ofrece la Psicología?
-Es cierto que la Psicología tiene muchas ramas y se puede ayudar de diferentes maneras, en empresas, en residencias de mayores, en asociaciones, etcétera. Siempre tuve claro que me dedicaría a alguna carrera sanitaria, y desde que decidí hacer Psicología, supe que quería desarrollar mi carrera en el ámbito hospitalario. En éste es donde nos encontramos a personas con diversos grados de sufrimiento, siendo lo más frecuente los trastornos mentales graves y el entorno que les acompaña. El PIR es actualmente la mejor opción si te quieres formar en la Psicología Clínica y la única vía legal en España para obtener la especialidad en Psicología Clínica. El PIR es un examen que se realiza cada año junto a los médicos que se presentan al MIR, a los farmacéuticos que optan por el FIR, enfermeros con el EIR o biólogos al BIR. En nuestro caso, el PIR es una de las oposiciones más competitivas y más difíciles de acceder por el número tan reducido de plazas que se ofertan cada año. En concreto, este año, han sido 135 plazas (126 de turno libre).
-¿Cómo ha sido el examen?
-El examen se ha realizado en toda España el 10 de febrero para todas las especialidades. En mi caso, yo me presenté en Sevilla. El número de psicólogos admitidos a examen rondó las 4.500 personas este año. Es un examen de 225 preguntas, de las cuáles, con un expediente, por ejemplo, como el mío -3,41 sobre 4-, he tenido que sacar 200 aciertos para acceder a la plaza. En esta ocasión, con respecto a convocatorias anteriores, se ha necesitado obtener un mayor número de aciertos y un mayor expediente académico. Especialmente satisfactorio ha sido estar entre los diez más altos de todos los opositores españoles.
-¿Cómo te sientes al ser una de las primeras de España?
-Creo que aún resulta increíble la idea de haber conseguido ser una de las plazas que se convocaron este año y, más, representar a Huelva con este logro. Es una enorme satisfacción conseguir este objetivo que durante tanto tiempo rondó en mi cabeza y que tantas veces visualicé mientras estudiaba. Esta plaza, para mí, significa una oportunidad magnífica de mejorar como profesional y de conocer todos los servicios en los que podemos estar los psicólogos en la sanidad pública. Aprender nuevas técnicas para aplicar en aquellas personas que lo necesiten, formarme en psicoterapias novedosas, rotar por servicios específicos, estar en contacto con profesionales de las diferentes ramas de la medicina y otras especialidades, en definitiva, oportunidades de mejorar y de aprender.
-¿Cómo reaccionaste al conocer la noticia?
-Cuando me busqué en las listas provisionales del Ministerio, realmente, tenía miedo a saber el resultado, aunque, previamente, las academias hacen sus estimaciones y, por los datos que conocía, sabía que mi examen podría estar dentro de plaza. Pero nunca llegué a creerme que podría haberlo logrado. Al ver los resultados, directamente, me puse a llorar. Toda mi familia y mis amigos estaban pendientes de mí en ese momento para saber los resultados por el teléfono. Pero, yo no podía creerlo. Miraba los resultados y lloraba. Fue entonces cuando descargué toda la tensión que tenía acumulada durante este tiempo de estudio y de espera de los resultados. Las palabras que mejor definen mi estado desde que conocí el resultado son: satisfacción personal, orgullo, tranquilidad, oportunidad, aprendizaje, ilusión, motivación y muchísimas ganas de comenzar.
-¿Cómo te preparaste el examen?
–En 2016, me apunté a una academia online que trabajaba con manuales de referencia, por lo que, de cada una de las 12 áreas de las que consta el PIR, tenía que estudiar, al menos, cuatro o cinco manuales. Al mismo tiempo, lo compaginé con docencia en la Universidad de Granada, con lo que no me dio tiempo a verme todo el temario para el año pasado. En mayo de 2017, comencé en una academia presencial a la que iba cada semana, estudiando sus manuales y ampliando con los manuales de referencia que tenía ya trabajados del año anterior. Intentaba hacer mucho trabajo personal, esquemas, tarjetas resumen…, puesto que todo el trabajo que cada uno haga lo aprenderá mejor que directamente de los manuales.
-Una vez aprobado el examen, ¿qué pasos debes seguir?
-Tras obtener una plaza, te formas en un hospital durante cuatro años en diferentes servicios en los que vas rotando, como Atención Primaria, consultas externas, adicciones, rehabilitación, neuropsicología, interconsulta y enlace, etcétera. Actualmente, te exigen la especialidad vía PIR prácticamente para todo, pero, sobre todo, para ejercer en la sanidad pública, en la que es un requisito imprescindible. Ahora, los psicólogos estamos luchando por incluir la figura del psicólogo en Atención Primaria como medio de cribaje de problemas de salud mental y para abordarlos cuando aún son leves, entre otros aspectos. Se están incluyendo ya en varias comunidades autónomas esta figura, pero es necesaria la especialidad vía PIR.
-¿Cómo te planteas el futuro a partir de ahora?
–De momento, estoy a la espera de que en abril me asignen hospital para realizar la residencia PIR y, aunque mis preferencias son quedarme por Andalucía Occidental, aún no sé dónde tendré mi plaza. Desde luego, la única certeza que tengo es que este logro esperado me llena de muchísima ilusión. Tengo muchas ganas de comenzar la residencia y continuar mi aprendizaje junto con otros profesionales. Por un lado, tengo claro que el futuro más inmediato es poder aprovechar desde el primer día la residencia, aprendiendo cada minuto que viva junto a los compañeros y con los pacientes, además de ampliar mi currículum investigador con asistencia a congresos, redacción de artículos, etc. Está claro que el PIR te abre muchísimas puertas una vez acabes la residencia, tanto en la sanidad privada como en la pública, que es en la que me gustaría seguir ejerciendo tras estos años.
-¿Qué estás haciendo en la actualidad?
–Actualmente, estoy en la Clínica Venturoli ejerciendo mi profesión y contratada en la Universidad de Huelva como PDI en el Grado de Enfermería y de Trabajo Social. También pertenezco a la plantilla de Doctores de la organización FUNIBER en colaboración con UNINI (Universidad Internacional Iberoamericana), como Directora de Tesis de alumnos matriculados en diversos postgrados de Iberoamérica y España.
-¿Tienes algún otro proyecto para el futuro?
–Tengo muy claro que las dos vías de la Psicología por las que me decanto son la docencia e investigación y la Psicología Clínica. Con respecto a la primera, me gustaría compatibilizar la residencia con la docencia, tanto en universidades como en academias de preparación para el PIR, y poder en algún momento futuro optar a un puesto estable como docente en una universidad. En cuanto a la segunda, y tras realizar la residencia PIR, me gustaría mucho poder ejercer mi profesión en la sanidad pública, ya sea en un servicio de especialización en un hospital, como en Atención Primaria.
-¿Algún mensaje a los opositores onubenses?
–En primer lugar, decirles que es un camino muy complejo cuando uno elige ser opositor, que requiere mucha constancia, disciplina, pero también es necesario pasar tiempo con la familia y los amigos, cuidarse sobre todo emocionalmente, no exigirse demasiado, plantearse este camino como un tiempo de disfrute en el que cada día se aprenden cosas nuevas. El examen es un juego en el que en cada pregunta debes averiguar qué respuesta han introducido para distraerte y cuál es la verdadera, una situación en la que plasmas lo que sabes. Tengo que decir que, aunque es un camino donde los altibajos son frecuentes y la motivación decae, la meta llega, aunque parezca imposible y muy lejana. Decirles a mis compañeros que mucho ánimo, que cada día es una oportunidad de avanzar, que la perseverancia es la clave, que no decaigan, que se tomen el tiempo necesario para descansar y reponerse, pero siempre tengan claro y visualicen su objetivo, que es lo que les mantendrá en el camino del éxito. Se consigue, con mucho esfuerzo y sacrificio, pero llega.