Laura Cebrino. Conocer la historia de Marco Valenciano es relacionar inevitablemente su perfil con la vida de célebres pintores que, como le ocurre a este artista hinojero, confesaron libremente necesitar el arte para sentirse bien. Y es que cuando eres feliz con tu trabajo, se nota; un claro ejemplo de ello es el caso de nuestro protagonista, quien desde sus primeros años de vida ya tenía claro que su debilidad era el arte pictórico: «Todo empezó en el colegio; ¡Pocas eran las hojas de texto que se resistían a mis garabatos! Se podría decir que ilustrar rostros con bigotes y dibujar cómics, fueron mis verdaderos inicios», reconoce alegremente el artista.
Aunque desafortunadamente Marco sufrió un accidente de tráfico hace unos años y este le mantuvo casi dos en una silla de ruedas, el joven pintor reconoce que aquella situación le ayudó para darse la oportunidad de transformar su vida: «Durante ese tiempo, vi clara la necesidad de reorientar mi vida», confiesa, «Como me considero una persona muy romántica y activa, con muchos deseos y retos que alcanzar, opté por convertir la debilidad de la situación en mi fortaleza, lanzándome a cumplir uno de mis mayores sueños: vivir en un castillo». Y lo hizo realidad; tan claro lo tenía, que convirtió su propia casa en fuerte, dejando espacio para un negocio hostelero familiar, donde comenzó a trabajar.
Sueño cumplido y a raíz de entonces, Marco se planteó estudiar pintura (inducido, además, por situaciones personales que de alguna forma le empujaban a adentrarse en ella como una vía de escape espiritual). Fue concretamente en 2012 cuando comenzó a mejorar su técnica con Juan Romero (a quien considera profesor y amigo), en la Escuela de Pintura de Hinojos. Con él, asegura, recibió las primeras lecciones de óleo; «Fue a partir de entonces, cuando empecé a tomarme la pintura como una profesión», afirma Marco.
Más allá de su pueblo natal, el primer contacto de Marco con pintores internacionales se dio en Sevilla. En 2014, Marcos asistió a un curso intensivo impartido por el pintor italiano Emanuele Dascanio, con quien mejoró su técnica gracias al uso de grafito y carboncillo: «Esta enseñanza me permitió perfeccionar y afinar mi técnica, empleando toda una gama de lápices con consciencia y saber».
Más tarde, interesado por el mundo del color, Marco probó la técnica del pastel de la mano de Rubén Belloso, con quien dio rienda suelta a su pasión por los colores dulces y aterciopelados. «Esta técnica, implica usar como pincel los dedos de las manos. Es una técnica seca, directa y agradable, el tacto lo recibes en la piel; me gusta mucho porque el resultado es automático, no hay que esperar, cómo sí sucede con el óleo», declara nuestro protagonista.
Desde aquellos años de especialización, Marcos no ha parado de formarse y de recibir encargos. Su último contacto fue con el pintor onubense Antonio Cazorla, de quien recibió algunas clases de hiperrealismo al óleo para enriquecer aún más su visión. Aunque en la actualidad, Marco está tendiendo más al estilo realista, debido a que exige menos ténica y ofrece mayor libertad.
Una de sus últimas exposiciones tuvo lugar en Madrid el pasado mes de enero. Marco expuso una de sus obras hiperrealistas junto a la de otros artistas realistas nacionales en una exposición sobre dicha técnica: Euroartes, de la Santana Art Gallery de Madrid, en Pº Castellana.
Marco se ha sentido muy a gusto por la acogida que ha tenido su obra y por el planteamiento que, con anterioridad, le hicieron desde la dirección de la galería: «Me brindaron la oportunidad de realizar una exposición individual; hecho por el que me siento muy orgulloso y agradecido», añade Marco. A la exposición, acudió su primer maestro, Juan Romero, profesor de la Escuela de Pintura de Hinojos, la Concejala de Cultura del Ayuntamiento de la localidad, Puri Pérez, y el Alcalde del municipio, Miguel Ángel Curiel, quienes posaron orgullosos junto a la obra.
Hinojero de razón y corazón, este ya distinguido pintor, se ha ganado el apoyo de un pueblo que le ha arropado en su crecimiento a lo largo de toda su trayectoria personal y profesional: «Siempre he estado y estaré muy vinculado y agradecido con Hinojos. Estoy muy contento con mi pueblo. Han apoyado siempre mi trabajo, no ha habido una mala crítica o un mal comentario». De hecho, la iglesia municipal parroquial Santiago Apostol, por primera vez en su historia, ha acogido un cuadro de Marco para ser colgado en una de las paredes de la misma: «El cuadro es un óleo de la Virgen, el niño y San José mientras un ángel toca para que el niño duerma» nos detalla el artista. «Este hecho supone para mí un gran orgullo, ya que es la primera vez que la Iglesia acoge una obra de un pintor local» concluye.
¿El próximo sueño a cumplir por Marcos? Seguir dedicándose al mundo del arte y vivir de ello.
¡Enhorabuena!
1 comentario en «El pintor Marco Valenciano, un sello de identidad para su pueblo y un brillante ejemplo para el arte»
Marco soy Jordan el si lista q nos vimos en el mirador de Levante y estado viendo las pinturas y me adejado sin palabra ere un pedazo de artista nos despedimos ni yo te di el teléfono ni tu tampoco creo q no camino ninguno de los dos moví 608272270