Salomé de Miguel.
En este mundo con tanta influencia de los medios de comunicación, hay modas que “chirrían” al escucharlas o leerlas. Los protagonistas en el interés general, son diversos: Políticos, personajes públicos, habituales en las pantallas de televisión, voces en las emisoras de radio, plumas en las páginas de prensa, oradores en los atriles, …
Estos señores y señoras (O señoras y señores), muy leídos y oídos todos ellos, difunden con su uso algunos “gazapos” gramaticales, que se convierten en errores desagradables para la mayoría de los que escuchan o leen.
Uno de estos “arañazos” a la corrección gramatical, es la palabra “preveer”, que no es más que un error derivado de su semejanza fonética (De sonido) con “proveer”, que son verbos de muy distinto significado y pelaje.
La primera, “preveer”, es la que crea el conflicto entre lo correcto y la ignorancia.
El verbo para expresar la idea de “ver con anticipación”, es “prever”, del latín praevidere, “ver con anticipación por los indicios”.
La segunda, “proveer”, del latín providere, “suministrar o facilitar lo necesario o conveniente”, es palabra de uso común y bien conocida por todos.
Ocurre que, por la similitud con el primer verbo mencionado, se deforma su uso, produciendo en algunos una sensación rara, desagradable, al escuchar o leer “preveer”, en boca o en pluma de personas que deberían ser más rigurosos en eso que es su herramienta de trabajo: La palabra.
Bastaría con hacer un ejercicio de profesionalidad (como exigimos a los médicos, porque nos interesa), para que su influencia contundente en los que escuchan o leen signifique una aportación a la mejora cultural de todos. Estos señores tienen el privilegio de ser admirados y mirados, que no es lo mismo.
Pero eso los obliga (Debería) a cuidar estilo y corrección. Sobre todo esto último
Y el lector dirá: ¿Qué tiene que ver esto con los casinos?
Sencillo. Porque los casinos se enfrentan hoy, tras más de un siglo de vida en sociedad, a dos problemas que no suelen ponerse sobre el tapete (No verde) de las reuniones de directivas:
1 – Con la que está cayendo, sería bueno que se hiciera un ejercicio de reflexión para “prever” lo que mañana puede ocurrir. No es difícil tener claro el futuro de los casinos (De unos más que de otros), dada la falta de correspondencia entre ingresos y gastos. Sería bueno que los casinos (Unos menos que otros) imaginaran las consecuencias de esta situación. Ya hay ejemplos de lo que puede ocurrir. (A unos más y a otros menos).
2 – En segundo lugar, existe una posibilidad, tras la reflexión anterior, de que los casinos puedan “proveer” a las directivas, a los gestores, de las medidas adecuadas para evitar lo que puede ocurrir o paliar lo que está ocurriendo. Pero tengo la sensación de que no se está haciendo este ejercicio de “previsión”, en unos menos que en otros.
A las personas de influencia social, un ruego: Consulten con el diccionario de la RAE (o con el Señor Google), el correcto uso de lo que ya está inventado, el Idioma.
A los casinos, otro ruego: Siéntense las directivas para “prever” el futuro, y así poder “proveer” las medidas necesarias para no tener que lamentarnos en el futuro.
Y un tercer ruego, esta vez a los socios y a otros ajenos pero “influyentes”: Echen una mano y un consejo, a un colectivo de gente mayor, pero que han conservado vivo un patrimonio social importante en nuestros pueblos. Más importante de lo que se piensa.
Los casinos y el idioma son Patrimonios importantes. Patrimonios sociales, que son los que califican al pasado en la Historia.
Equipo Azoteas
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