Benito A. de la Morena. Dice un buen amigo mío “que su abuelo era carpintero, el otro abuelo minero. Leer y escribir, si acaso. Una generación casi ágrafa. Picar carbón o cortar madera. Una, dos, tres generaciones más y su preciosa nieta Violeta, que tiene tres años, irá a un colegio alemán y ya se prepara. Pero esta generación, la actual, parada, frenada en lo mejor del camino, nos duele especialmente porque es la que sale de nosotros. La teoría y la realidad no coinciden. No vale la filosofía sin un pan en la mesa….”
Y es que durante más de 50 años vivimos al cobijo del trabajo “seguro” que permitía al patrono hacer y deshacer; luego los sindicatos llegaron para mejorar las condiciones de vida de la clase obrera y acabaron mejorando la suya propia, mientras tanto, la “patronal” se refuerza y exige contratos a la europea, es decir, nada fijo y todo según el mérito de cada uno, con lo que millones de jóvenes que estaban viviendo en el régimen de la “cómoda” esperanza y del empleo fácil que no conlleva esfuerzo suplementario, ahora están desconcertados, sin saber qué hacer y con una edad que no le anima a moverse hacia el espectro laboral europeo, de donde España no quiere, ni debe salir, pues todos sabemos que eso no conviene pensando en futuro.
¡Un 56% de desempleo juvenil en Andalucía! y nos quedamos conformes con decir que la culpa es siempre del Gobierno “Central”, da igual el que toque, y todos lo creemos, ¡que facilidad tenemos de quitarnos del medio los problemas! ¡Pues no!, la culpa es también nuestra, del ciudadano de a pie, ese que nunca ha querido mirar, ni aceptar, hacia donde iba el mundo que nos rodeaba, y ahí meto a padres, hijos, patronos, sindicatos, pero la realidad es la que es, pues ya no podemos vivir de la “ayuda” fácil, esa que nos prestaba Europa de los fondos FEDER y que manipulábamos a nuestro antojo gastándola en partidas no contempladas. Ahora todo lo que Europa nos presta requiere una garantía de devolución, y ha llegado el momento de que debemos de sacarnos las “castañas del fuego” nosotros mismos, algo que no todos están dispuestos a aceptar, pues ello conlleva esfuerzos que no estamos acostumbrados a realizar, ya que hemos vivido muy “cómodamente” sin supervisión externa, generando deuda pública y usando el “fondo de reserva” para no decirle al “pueblo” que la situación económica de España era muy comprometida.
Vivir a la sombra del partido o grupo “amigo” es algo que tiende a finalizar, no digo que se acabe del todo, pues es condición humana el “amiguismo” y premiar al fiel servidor que me ha servido para los fines lícitos e ilícitos que he solicitado, pero cada vez más se exige demostrar la profesionalidad, y realizar cursos formativos de verdad, no de esos que se programaban y otorgaban títulos sin tan siquiera asistir a clase, esos ya no valen, pues ahora hay que demostrar lo que se sabe, pues el contrato “eterno” ya no se puede contemplar y la tendencia será la de tener que demostrar día a día la capacidad de desarrollar un trabajo productivo en base a una formación actualizada del conocimiento.
Las soluciones pasan por reformar todo aquello que no es válido para mantenerse en el presente que hemos elegido. ¿Hace falta recordar al pueblo español que quisimos estar en Europa?, ¿nos dábamos cuenta lo que ello suponía?, ¿entendimos que deberíamos de cambiar hábitos y maneras si queríamos estar en la primera línea europea?
Nuestros hijos universitarios siguen sin saber inglés y aún no se han enterado de que los jóvenes europeos pueden venir a competir por el trabajo en España igual que nosotros podemos ir a sus países. Las empresas españolas se han internacionalizado y para competir, precisan gente formada y con idiomas. ¿Hemos sabido transmitir ese mensaje? Hasta para trabajar en Huelva en empleos no universitarios, se valora hoy en día los idiomas, pues el mundo y el comercio se han globalizado. ¿Se han enterado los padres y los docentes de que ése es el mensaje que deben transmitir a los jóvenes?
La “teoría de la cuerda elástica”, esa que todos tenemos atada al tobillo, dice que según tus circunstancias personales podrás llegar más o menos cerca, más o menos lejos. Ya sabes, si no hay idiomas, tu mercado es nacional o hispanoamericano, y si los tienes, puedes llegar a Australia, New York, Shanghai… ¿qué es mejor? Seguramente lo ideal es que estés allí donde seas feliz, pero para ello debes “comer todos los días» y cubrir tus necesidades con tu esfuerzo personal. ¿Estás preparado para ello?, ¿estás dispuesto a asumirlo?, ¿prefieres llorar amargamente el momento transitorio que te ha tocado vivir, o coger el toro por los cuernos y asumir la cruda realidad? Pues bien, ¡cuanto antes mejor!
4 comentarios en «Lo que un joven debe también saber sobre el origen de la crisis»
Excelentes e imprescindibles consejos para inyectar una nueva realidad en la conducta. Necesitamos también adquirir cultura de inconformismo hasta saber discernir que las rebeldías sociales son pasos adelante si se intensifican con actitudes de superación personal, sin que esto deba ser una carrera de obstáculos para que sólo lleguen unos cuantos. El nivel de oportunidades ha de estar al alcance de todos, de todos, incluso para los más frágiles, más débiles o menos preparados, todos. Es una parte pequeña de mi opinión.
Creo que se trata del buen consejo de un experto en relaciones científicas internacionales, como es Benito de la Morena. Hoy más que nunca resulta imprescindible aprender el idioma inglés. Prácticamente puede afirmarse que se trata de la lengua del mundo actual. Es, en la era de la globalización, la gran lengua internacional que ha repercutido en todos los países no-anglosajones, incluida España, y que afecta más o menos directamente a los diversos campos y profesiones. Su posesión ya no puede tratarse como un lujo, sino que es una necesidad evidente. Es más, incluso se dice ya que quien no domine esa lengua estaría en una clara situación de desventaja y sería como si fuese mudo o medio analfabeto. Dentro del mundo globalizado en que vivimos. Es indiscutible: el inglés se ha convertido en el idioma global de comunicación por excelencia.
No es fácil ver a alguien que no le echa toda la culpa a «la Merkel» de todo lo que nos está pasando. Eso es algo que se ha convertido en políticamente incorrecto. No digo que no la tenga, ojo, pero si no tenemos autocrítica no podremos cambiar la parte, gran parte, del pastel que hemos entre todos hemos cocinado. Enhorabuena por el artículo.
?Me parecen muy interesantes estas reflexiones de Benito. La educación en idiomas, tan fundamental, tan imprescindible, sigue siendo deficiente en nuestro país. Por más oleaje de reformas educativas con las que vamos y venimos, seguimos yendo a la deriva. En muchos casos no se llega a ese nivel bilingüe que ostenta una gran placa a la entrada de un colegio o de un instituto. Los padres, sabedores de las consecuencias negativas de esta carencia, han de costear clases adicionales de idiomas a sus hijos, y con el mal momento económico que vivimos, parece que esta opción merma, con lo que se agrava la situación. Sin embargo, si el sistema educativo reforzara este aspecto para que los estudiantes pudieran finalizar su etapa educativa con un certificado de idiomas de nivel B1 -al menos-, obtenido en el mismo centro donde el estudiante realiza sus estudios, podríamos tener la seguridad de que saldrían hacia el mundo laboral mejor preparados: si miedo a salir fuera y sin miedo a una entrevista en inglés, por ejemplo.