A.R.E. Con dos discos en el mercado, y en plena preproducción del tercero, el músico Alejandro Rivera, natural de Lepe, lo tiene todo preparado para coger en unos días un avión que lo llevará a la ciudad de San José, en Costa Rica. El onubense es uno de los 12 semifinalistas del II Festival Internacional de Cantautores de este país, una cita joven, pero con unos premios muy suculentos. Nada menos que entre 5.000 y 1.500 dólares podría ganar Rivera si queda entre los tres primeros puestos. Un dinero que ya sueña con invertir en ese tercer trabajo musical que está preparando y que grabará a su regreso de Centroamérica.
Alejandro será el único europeo en competir en este concurso, enfrentándose a cantautores de Brasil, México, Colombia, Argentina, República Dominicana, El Salvador, Chile, Perú y Costa Rica, todos ellos seleccionados por un jurado internacional.
El onubense confiesa que está tranquilo de cara a esta cita, que se celebrará los días 10 y 11 de noviembre en el Teatro Popular Melico Salazar, aunque sabe por experiencia que la tensión aparecerá en el momento en el que salga a interpretar su tema, ‘Miel de enero’, ante el jurado. «La canción la tengo segura, pero siempre te pones algo nervioso cuando estás allí porque sabes que te están evaluando», admite el cantautor lepero. Sin embargo, Alejandro no estará solo en el escenario, lo acompañará una docena de músicos de la Orquesta Nacional de Costa Rica, que hará más espectacular su interpretación.
Será una nueva experiencia para este onubense de 35 años enamorado de la música desde que tenía uso de razón. De pequeño le gustaban los carnavales de Cádiz, pero fue al escuchar música góspel por primera viendo la película Sister Act, cuando se dio cuenta de que lo verdaderamente lo emocionaba eran las voces, la armonía vocal.
Ante esta revelación, Rivera entró en el coro de su grupo Scout de Lepe, con el que cantaba en campamentos, misas y festivales Scout que organizaban a nivel andaluz. «Con 18 años compuse mis primeras canciones para competir en estos festivales«, recuerda el onubense, quien se ayudaba para ello de su inseparable guitarra.
En los siguientes años, estudió Magisterio por Educación Música en la Universidad de Huelva, y empezó a trabajar en hoteles de la costa onubense como animador. «Empecé a sacar entonces mi faceta más artística. Cuando hacía falta alguien para cantar o bailar en los espectáculos, yo lo hacía, tocando en ocasiones mis propias canciones», recuerda Rivera.
Gracias a aquel trabajo, Alejandro pudo grabar su primera maqueta, pues un compañero del hotel tenía un estudio en casa y se lo ofreció para realizar la grabación. Fue una etapa muy bonita, en la que el lepero llevó a cabo sus dos primeros conciertos de la mano de la Diputación de Huelva, y además fue seleccionado para participar en el Certamen de Cantautores de Melilla, donde quedó en segundo puesto. En esta cita hizo muchos contactos, conoció a compañeros que se movían a nivel nacional, como Gema Cuéllar, con quien empezó a actuar fuera de la provincia de Huelva.
«Luego empecé a moverme más. Creé más canciones, me presenté a más certámenes, en Burgos, Madrid, etc. y con el dinero que gané, grabé mi primer disco en Huelva. Se tituló ‘La fiesta del agua’ y salió en junio de 2012.
Aquel mismo año, Alejandro se instaló en Madrid, donde siguió desarrollando su carrera artística. Entró a formar parte del coro Black Light Gospel Choir y también del musical infantil ‘Pepe Grillo Gospel Show’, una manera de llevar la música góspel a los niños a través del teatro.
También en la capital española, en 2014, grabó ‘7 sábados’, su segundo trabajo discográfico, que fue posible gracias a una acción de crowdfunding. Con él estuvo de gira por toda España, visitando bares y pequeñas salas de Barcelona, Zaragoza, Salamanca, Valencia, Murcia, Cartagena, Elche, Melilla, Huelva, Canarias…
Pero llegó un momento en el que Rivera necesitaba un cambio de aires. Así que puso rumbo a Uruguay, donde ha vivido siete meses en la ciudad de Montevideo, nutriéndose de la música y la cultura de aquel país. «Regresé en agosto, principalmente porque en septiembre de 2016 gané el III Concurso de Cantautores «Sabina por aquí», que se celebra en Úbeda, cuyo premio eran 1.000 euros y poder grabar en el estudio privado que Joaquín Sabina tiene en su casa de Madrid», explica el onubense. Así pues, el pasado mes de septiembre, fue Alejandro quien abrió la IV edición del certamen jiennense, además de tener el honor de grabar cuatro canciones en la residencia de Sabina.
Por otro lado, la formación docente de Alejandro siempre lo ha acompañado estos años, aunque vinculada a su pasión por la música. En Madrid trabajó de maestro de música en la Fundación Síndrome de Down, «una experiencia fuerte para mí, un reto conseguido que me ha abierto las puertas de muchas cosas a nivel interior», valora el lepero. Asimismo, fue educador social en Málaga, Madrid y en un refugio para personas en situación de calle en Uruguay. Y es que la docencia es la otra vocación de Rivera, como él mismo reconoce: «me gusta trabajar tanto con niños como con adultos, porque también tiene que ver con el arte. Mi trabajo como educador me ayuda a poder expresarme mejor, a empatizar con la gente, a escribir…«.
En la actualidad, Alejandro está inmerso en la preproducción de su tercer disco, que coproducirá junto al guitarrista moguereño Francisco Gómez Cruzado. Se grabará en directo durante tres días en Almonte, en el estudio Viruta Song de Fran Báñez, y saldrá al mercado en marzo de 2018. En este sentido, la participación del lepero en el certamen de Costa Rica es muy importante pues, de ganar, podría sumar una inyección económica a este proceso.
En cualquier caso, el trabajo verá la luz en 2018, y será de nuevo fiel reflejo del estilo de Rivera, una fusión con rasgos de flamenco, pop, música negra… Una fusión de autor, como le gusta llamarla, con canciones que abordan lo cotidiano, experiencias propias y ajenas filtradas por la sensibilidad del cantautor onubense.
Hasta su próxima gira, Alejandro seguirá realizando conciertos, tanto públicos como privados, en diferentes ciudades. Los próximos serán en Madrid, este domingo 29 de octubre, y el 16 de noviembre en El Postero (Corrales). Citas en las que espera reencontrarse con su público, ese que se emociona y se entrega cuando escucha sus letras.
Ahora, sólo queda desear suerte a este artista en el concurso de San José. Una prueba más que a buen seguro superará con nota.