Carlos Arroyo. Plaza de toros del Descubrimiento de Palos de la Frontera, corrida Pinzoniana, con tres cuartos largos en los tendidos, se lidiaron dos toros de Los Espartales para rejones, nobles y sin mucha movilidad, y cuatro de Albarreal, de correcta presentación, justos de fuerzas y raza, sobresalió el sexto, enclasado, para
Diego Ventura, estocada, dos orejas y estocada, dos orejas y rabo
Joaquín Galdós, estocada, oreja y pinchazo y estocada baja, ovación
Luis David Adame, estocada, dos orejas y pinchazo y estocada, dos orejas
Como un éxito se puede considerar la octava edición de la Corrida Pinzoniana de Palos de la Frontera, con el espectacular toreo a caballo de Diego Ventura en sus dos oponentes, fundamentalmente en el cuarto de la tarde.
El encierro para toreo a pie de Albarreal estuvo falto de empuje en el último tercio, y los dos jóvenes toreros sudamericanos pusieron todo de su parte para que el público disfrutara, lo que consiguió con creces Luis David Adame. Menos suerte tuvo Joaquín Galdós.
El primero de la tarde tuvo nobleza pero le faltó movimiento para el toreo a caballo. Diego Ventura realizó una afanosa faena, llegando mucho al burel, con buenos pares de banderillas al estribo. Vibrante actuación del rejoneador de la Puebla, que refrenda con una buena estocada que le valen las dos orejas. Más colaborador fue el cuarto de la tarde, que permitió que Ventura llevara al toro cosido al estribo del caballo a dos pistas recorriendo el Coso del Descubrimiento casi en todo su diámetro.
El toro se fue parando y se arrancaba de forma furibunda cuando le llegaba el caballero a sus terrenos. La maestría de Ventura hizo que se vivieran momentos de intensa emoción en los quiebros para colocar las banderillas y pasando al toro por ambos pitones, con maneras vistosas para entrar y salir de la cara del toro. La emoción se desbordó al delirio cuando sacó Ventura a Dólar, el caballo estrella de su cuadra actualmente. Le colocó un par a dos manos tras quitar el cabezal al caballo, siendo el momento álgido de una faena llena de exposición. La estocada fulminante y le son concedidos los máximos trofeos al rejoneador, incluso el rabo, con justicia.
No llegó a esas cotas de emoción las faenas a pie de los jóvenes toreros debutantes en Palos de la Frontera. El peruano Joaquín Galdós, se encontró con un toro de Albarreal de poco poder y clase, en el segundo de la tarde. Medios pases, con el toro quedándose corto y sin ninguna emoción.
El remate del muletazo por encima del palillo acrecienta esa sensación. Fundamenta el trasteo por el pitón derecho, en el que tenía algo más de recorrido. El quinto de la tarde desparramaba la vista y nunca estaba metido en los engaños. Se fue confiando con él Galdós, por el pitón derecho, aunque el toro le hacía una radiografía tras cada muletazo pero atendía los engaños. Por el izquierdo soseaba mucho más.
La faena se fue diluyendo porque el toro se fue viniendo a menos. Tampoco estuvo certero con los aceros, dejando un bajonazo en su segundo intento, por lo que perdió el trofeo.
Poco poder y fuerza tuvo el tercero que le correspondió en suerte al mexicano Luis David Adame. Suelta la cara en la muleta en embestidas defensivas, aunque Adame le presenta la muleta con decisión. En el toreo por arriba, se queda aún más corto, y busca al torero, prendiéndole en un muletazo de pecho en una fea voltereta. Lo mejor de la faena la fantástica estocada recibiendo, cortando las dos orejas.
El sexto fue el más enclasado y de embestidas más profundas del encierro de Albarreal. Lo pasó por ambos pitones Adame con muletazos de buen trazo. Cuando se vino a menos el burel, en el epílogo de toreo encimista hizo las delicias del público asistente, siendo premiado nuevamente con las dos orejas tras pinchazo y estocada