A.R.E. La justicia es un poder que es necesario ejercer con conocimiento y equilibrio. Pedro Medina Medina lo sabe bien, lo ve cada día en su lugar de trabajo, el Juzgado de lo Social nº 1 de Huelva, donde es letrado -antes llamado secretario- judicial del Cuerpo Jurídico Superior. En su día a día, este onubense de adopción, natural de Córdoba, atiende la oficina judicial y realiza la labor técnica de apoyo a jueces y magistrados para ejercer su actividad.
Es, por tanto, una pieza clave es el correcto funcionamiento del sistema de justicia, un empleo que tiene sus grandes complicaciones y una importante exposición al ciudadano, a cuyas necesidades y quejas hay que tratar de dar respuesta de la mejor manera posible. Precisamente por llevar a cabo estas tareas con eficacia y por ofrecer un trato exquisito al público, los onubenses decidieron que Pedro era merecedor del Premio al Empleado Público del Año 2017 en Huelva en la categoría de Justicia. Una distinción, organizada por el diario Huelva Buenas Noticias y el sindicato CSIF, que el cordobés recogía emocionado de manos de Emilio Gallango, responsable de la asesoría jurídica de CSIF Huelva, el pasado 24 de mayo.
Era un reconocimiento a sus 23 años de profesión, de los cuales 13 los ha desarrollado en tierras onubenses. «Fue toda una sorpresa», recuerda Medina, «era la segunda vez que se organizaba el galardón y fue un honor. Me produjo mucha alegría porque son muchos años dedicados a esto y el reconocimiento a la función pública que supone no es algo individual, sino que distingue una labor que hacemos todos: nuestros sacrificios, las horas que echamos…».
Pero esos sinsabores los compensa la satisfacción del trabajo bien hecho y el saber que se hará justicia. Esa sensación, ese amor por el Derecho es el que empujó a Medina a estudiar esta carrera en la Universidad de Córdoba, aunque reconoce que tenía buenas influencias familiares, puesto que su padre era oficial de justicia y su abuelo agente judicial.
«El Derecho me encanta, es mi vida», señala abiertamente Pedro, que prácticamente sólo tiene tiempo para el ejercicio profesional y para atender a su mujer y sus tres hijos. «Leo cuando puedo, hago poco deporte y doy algún que otro curso. No hay tiempo para más», afirma entre risas.
Y es que Medina ha consagrado su vida a su gran pasión. Empezó a trabajar en 1989 como tramitador procesal administrativo, lo que antes se conocía como auxiliar teniente de justicia. Luego promocionó en 2004 al Cuerpo de Oficiales de Justicia, que se convirtió en un puesto de gestión, y finalmente opositó a secretario judicial, su cargo desde 2013.
Tras ejercer en Marchena y en la Administración nº 1 de Córdoba, su esposa, natural de Jaén, y él tomaron la decisión de cambiar de ciudad en 2004. Pidió el traslado a Huelva, una capital en la que no conocían a nadie y a la que se mudaron con sus tres hijos, que tenían en aquel entonces uno, dos y tres años. Cualquiera lo vería como una locura, pero el matrimonio le echó valor y construyó de cero un nuevo hogar.
De aquella etapa, el cordobés recuerda que «poco a poco fuimos conociendo gente en Huelva. Estaba entonces dentro del sindicato CSIF y tuve mucho apoyo de los compañeros. Partir de cero impacta, pero esta provincia es magnífica, tiene unas condiciones de vida envidiables, playas, montaña, poder llevar una vida tranquila… La gente nos acogió muy bien. Personas de todo tipo, muy amables, de distintas procedencias, porque es curioso que hay más extranjeros en Huelva que nacidos en ella, sobre todo en la función publica. Hay una gran rotación en el personal, se crean muchas plazas».
A pesar de los difíciles comienzos, a día de hoy Pedro está encantado con su trabajo y muy especialmente con sus compañeras. «La gestión de personas es complicada, pero cuento con un equipo humano fabuloso. Cuando me entregaron el premio, en mi discurso mencioné a todas mis compañeras porque se lo merecen. En el Juzgado nº 1 tenemos una juez que es una maravilla, como persona y profesional, y ocho funcionarias fabulosas y muy trabajadoras».
En su día a día, la labor de Pedro es coordinar personas e impulsar procesos para que éstos sigan por su cauce y desemboquen en la celebración de un juicio y la obtención de una sentencia. Asimismo, su equipo se encarga de que esas sentencias se ejecuten o cumplan, contando para ello con gestores, tramitadores y personal de auxilio. En este sentido, Medina asegura que siempre intentan que los procesos vayan lo más rápido posible, velando en todo momento por la pureza de éstos.
En el Juzgado de lo Social nº 1 se encuentra cada día con casos relacionados con despidos, controversias entre trabajadores y empresas, cuestiones relativas a la Seguridad Social, declaraciones de invalidez… Ello le lleva a vivir a veces situaciones angustiosas, aunque también otras muy gratificantes «porque ayudas a que las personas vean reconocidos sus derechos», explica el letrado.
Asimismo, uno de los mayores problemas que encuentra para realizar sus funciones es la carencia de medios suficientes para poder tramitar la cantidad de procedimientos que registran anualmente. «Huelva es la única provincia de Andalucía que no tiene como mínimo cuatro Juzgados de los Social. Aquí hay tres en los que trabajan en total 35 personas. Tenemos una dilación en los juicios y en la ejecución de sentencias por encima de la media andaluza. Conseguimos cosas gratificantes del servicio público bien hecho, pero nos chocamos con que tenemos una carga de trabajo importante que no podemos tramitar como queremos. El Consejo General del Poder Judicial y la anterior Consejería de Justicia ya han reconocido la necesidad de crear otro juzgado en Huelva. Se están haciendo propuestas y estoy convencido de que los medios van a llegar, vamos a mejorar y nuestra calidad de servicio público se va a incrementar«.
A pesar de todas las dificultades, Pedro se queda con la gratitud que le manifiestan los usuarios y con la satisfacción y orgullo que esos gestos causan en él. Un empujón para seguir trabajando por la justicia y seguir siendo ejemplo de la labor funcionarial bien hecha.