El onubense Jorge Carrasco obtiene el título de subcampeón de Andalucía de Culturismo en su primera competición

A.R.E. Alcanzar los sueños siempre debería ser el motor de la vida, aquello que nos empuja a progresar, a avanzar, pero sin olvidarnos de disfrutar el camino. El pasado 13 de mayo, Jorge Carrasco Insua, un joven de 21 años de Huelva capital, hizo realidad uno de los deseos que había tenido desde niño: participar en una competición de fisicoculturismo. A la emoción de estar sobre aquel escenario con los mejores culturistas de la región andaluza, se unió la sorpresa de obtener la plata en su categoría, la junior (menores de 23 años), coronándose subcampeón en el XXXIX Campeonato de Andalucía Absoluto FAFF FEFF 2017, celebrado en Coronil (Sevilla).

Este reconocimiento ha sido la recompensa a un largo camino, el fruto de años de preparación y sacrificio, aunque sólo es la primera parada… Tras subir al podio en el andaluz, el onubense ha sido invitado a participar en la Copa Nacional de España FEFF 2017, que se disputará los días 3 y 4 de junio en Bormujos (Sevilla). Una segunda cita en la que piensa ir a por todas.

Y es que Carrasco no ha parado hasta llegar a este momento, el instante perfecto para lanzarse a competir. Lo tenía claro desde pequeño, desde el día en el que vio en la playa a un famoso culturista onubense y pensó «yo quiero ser como él y voy a luchar por ello». Aquella visión lo marcó, había fijado su objetivo. 

Pero el deporte ya formaba parte de su vida entonces. Vecino de Isla Chica, era asiduo del Polideportivo Las Américas, donde practicó gimnasia deportiva hasta los 16 años. Tras recibir aquella formación base, comenzó la búsqueda de otro deporte que lo llenara y, tras apuntarse al conocido Gimnasio Roma de su barrio, comenzó con el culturismo. «Me inscribí porque quería ponerme en forma, pero ya el primer día algo despertó en mí. Me di cuenta de que el fisicoculturismo era mi pasión, lo llevaba en las venas«, afirma Carrasco.

Poco a poco se fue metiendo en este mundo, en esta forma de vida, un deporte lento que requiere buena genética, además de tiempo, paciencia y una controlada alimentación. Muchas variables que Jorge ha ido cultivando y que ha sabido aplicar a otros aspectos de su día a día. Según comenta el deportista: «siempre digo que el culturismo es una hora de entrenamiento y 23 de estilo de vida, de quitarte del alcohol y de salir de fiesta, de descansar lo que debes, de tener una dieta sana… pero sobre todo es más mental que físico. Hay que tener una mente fuerte, mucho autocontrol».

A pesar de que lleva preparándose desde los 16 años, no ha sido hasta este 2017, a los 21, cuando ha considerado que era el momento oportuno para lanzarse a competir. Para dar este gran paso, reconoce, necesitaba obtener una estabilidad mental, física y económica que le permitiera concentrarse en los certámenes, cuadrándose las circunstancias este año. En este sentido, Jorge destaca que «el control mental lo he adquirido con el tiempo. Cada vez que he tenido una caída en la vida, me he hecho más fuerte, me ha ayudado hasta alcanzar la estabilidad. Desde que me propuse competir, no he tenido ningún fallo: todos los días mis comidas, mis descansos, mis cardios, mis entrenos… cero fallos. Una fuerza mental y motivación que no había tenido hasta ahora«. 

Pero llegó el gran día y Carrasco se inscribió en el regional, una cita importante, pues el pase le permitiría clasificarse para la competición nacional. Las pruebas consistían en una primera comparativa, en la que todos los participantes en fila tenían que ir haciendo las posturas que los jueces les indicaban para, posteriormente, realizar un ejercicio individual, una coreografía de un minuto en la que podían lucirse y enseñar sus puntos fuertes. 

Aunque estaba muy nervioso, Jorge disfrutó como un niño. Como bien recuerda «fue una experiencia mágica, como un sueño. La gente me animaba, estaba en una nube. Había hecho al dedillo todo lo que mi preparador, Daniel, me había dicho, toda la puesta a punto, para llegar a tope a la competición porque cualquier fallo puede arruinarte la prueba». Todo el esfuerzo y el trabajo de tantos años habían merecido la pena, sobre todo cuando pronunciaron su nombre para subir al podio en segundo lugar.

Ahora, escasos 20 días después de aquel momento, Jorge se prepara para encarar la Copa de España de Fisicoculturismo, aunque con los nervios mucho más templados. Piensa volver a disfrutar el momento, quede en el puesto que quede, y espera hacer nuevos amigos entre sus competidores pues, al margen de medallas, «lo que me llevo es la amistad de personas como Fernando Arboledas, el ganador del campeonato andaluz, con el que voy a volver a encontrarme en el nacional. Eso y los recuerdos es lo más bonito», asegura el onubense. 

Por otro lado, para llegar hasta aquí ha sido muy importante para Jorge el apoyo de su familia, especialmente el de su padre, Paco, su mayor fan. Poco a poco, con un trabajo silencioso, ha demostrado a los suyos que sus intenciones en el  mundo del culturismo eran serias y que iba a conseguir competir de manera profesional.

Y es que esta disciplina deportiva es, para este joven, su vida, «un deporte increíble que está poco valorado y que ayuda a quitar malos hábitos y a hacerte fuerte física y mentalmente. A mí me ha permitido desarrollar la capacidad de superación, de poner orden en mi vida y de creer más en mí», explica Carrasco.

De cara a los próximos años, Jorge se plantea seguir compitiendo como junior, es decir, hasta los 23 años, aunque tiene claro que, siga o no participando en certámenes a partir de entonces, el culturismo siempre estará en su vida. De hecho, ya le está abriendo puertas desde el punto de vista laboral, pues cabe la posibilidad de que comience a trabajar en una tienda de suplementación de Huelva, algo que le hace enorme ilusión.

Antes de pisar Bormujos el 3 de junio, el onubense ha querido agradecer el apoyo de todas las personas que lo han animado y apoyado en estos años. En su horizonte, la Copa Nacional de España y luego el Provincial de Huelva, dos citas en las que piensa seguir cumpliendo sus sueños.