Redacción. La subdelegada del Gobierno en Huelva, Asunción Grávalos, ha participado esta mañana en la celebración del décimo aniversario de la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del Centro Penitenciario de Huelva y ha destacado “la labor colectiva” que se desarrollan en estos módulos independientes “para luchar contra las adicciones y lograr la reinserción de los internos drogodependientes”.
Grávalos ha subrayado el “extraordinario trabajo” que desempeñan los funcionarios, profesionales y miembros del equipo técnico de la UTE de los módulos 5 y 6 de la prisión desde que se puso en marcha en 2007. Pero, sobre todo, ha resaltado la valentía y esfuerzo de cuantos internos han participado de esta experiencia para superar las adicciones.
“Los verdaderos protagonistas de estas unidades son los propios internos, que tienen que recuperar su autoestima, convencerse que pueden salir de las drogas y se encargan de controlar a sus compañeros para que no vuelvan a consumir”, ha señalado la subdelegada, tras hacer hincapié en la tarea que desarrolla el equipo socioeducativo “para desengancharlos, arroparlos en el difícil camino que les queda por delante y darles las herramientas para que puedan tener una vida normalizada lejos de las drogas”.
En esta “labor colectiva”, Grávalos ha aplaudido la “colaboración imprescindibles” de organizaciones como Proyecto Hombre, RETO, el Comité Ciudadano Antisida, entre otras, “cuyo trabajo en estos módulos es vital para luchar contra la drogodependencia dentro de la prisión y también cuando salen del centro, y alcanzar la reinserción en la sociedad”.
Actualmente en el centro penitenciario de Huelva existen dos UTE, cuyo ingreso es voluntario y requiere de un contrato terapéutico. El primero echó a andar en 2007 en el módulo 6 y el segundo fue creado en 2011 en el módulo 5, equiparándose a su predecesor durante 2013 en funcionamiento, normativa y nivel de exigencia. En estos 10 años, más de 900 internos han pasado por estas unidades y a día de hoy este programa cuenta con una media de 170 internos.
Uno de los ejes principales de la intervención son los grupos terapéuticos o de autoayuda que están formados por quince internos y cuentan con dos tutores. Actualmente existen 12 grupos.
“Ha salvado muchas vidas. El director de la prisión onubense, Alejandro Zulueta, ha asegurado que la Unidad Terapéutica y Educativa ha demostrado en esta década su “indudable valor”, convirtiéndose en “nuestro programa estrella en superación de adicciones”. Reflejo de este “trabajo bien hecho” es que se ha multiplicado el número de derivaciones a comunidades terapéuticas del exterior, “adaptándose nuestros internos con mayor facilidad a estas comunidades, lo que permite una probabilidad de éxito mucho mayor”.
“La UTE ha salvado muchas vidas”, ha afirmado Zulueta, quien ha añadido que gracias al trabajo que se lleva a cabo en estas unidades “se ha revertido la trayectoria delictiva de muchos internos y se les ha devuelto a un mundo de esperanza y de colaboración”.
En esta línea, el director del centro penitenciario ha recalcado que “muchos trabajadores han encontrado en la UTE el sentido de su vida profesional: la reinserción de tantos drogodependientes”.
Por último, Zulueta ha incidido en la importancia de los talleres, los cursos que desarrollan las ONG y la posibilidad de obtener la Educación Obligatoria “para mantener ocupado a los internos y fomentar su aprendizaje de habilidades sociales e incidir en la formación y la orientación sociolaboral”. “El premio en el campo de la educación que la Junta de Andalucía ha concedido al CEPER Miguel Hernández Gilabert de este centro, se ha hecho extensivo a los funcionarios penitenciarios, fuertemente comprometidos con la educación de los internos”, ha concluido.
Prevención en el ámbito educativo. Desde hace ya tres años, la UTE del módulo 6 del centro penitenciario organizan encuentros con alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria con el objetivo de prevenir el consumo de alcohol y drogas entre los jóvenes y adolescentes. En estas charlas, que se desarrollan en los institutos, los propios internos trasladan a los estudiantes sus experiencias negativas con las drogas, pero también sus ganas de superar las adicciones.
Se pretende que los internos se sientan útiles y que los jóvenes conozcan de primera mano la verdadera problemática de la toxicomanía y las consecuencias que conllevan su consumo, incluso a las que puede llevar de forma inmediata, como accidentes de tráfico, peleas, comas etílicos o embarazos no deseados.
En estos tres años, más de 2.000 alumnos de 82 institutos de la provincia de Huelva y de Sevilla han participado en este programa preventivo y de intervención en el ámbito educativo.
Antes de iniciarse el acto del 10 aniversario de la UTE, se ha inaugurado una exposición de fotografías titulada ‘Cicatrices’ y realizada por Carmela Acosta, educadora del centro, que muestran marcas que “identifican” a los internos y que, en muchos casos, son “cicatrices vinculadas al consumo de drogas”.