Redacción. El teatro que lleva el nombre del ilustre autor moguereño fue escenario de la presentación de este trabajo en el que Sánchez-Cid analiza en profundidad a la familia en cuyo seno nació Godínez, sacando a la luz las biografías de sus integrantes, así como sus relaciones y sus actividades económicas y sociales, que llevaron a sus miembros a tener una destacada presencia no sólo en España, sino también en Alemania, los Países Bajos y también el Nuevo Mundo.
La concejala de Cultura Lourdes Garrido dio la bienvenida a los asistentes, y agradeció al autor su interés “por sacar a la luz nuevos datos sobre este gran dramaturgo moguereño al que cada día en mayor medida la crítica y los especialistas sitúan entre los grandes autores de aquella gloriosa época de las letras españolas que fue el Siglo de Oro”. .
El acto contó con la introducción del archivero municipal Diego Ropero, quien destacó el profundo conocimiento que de la figura de Godínez tiene Sánchez-Cid, quien ya publicó un interesante trabajo sobre el autor moguereño en la revista monográfica editada con motivo del 350 aniversario de su muerte, participando también en el curso de verano de la UHU dedicado a su figura que se celebró en Moguer en 2012.
Posteriormente intervino el catedrático de la Universidad de Huelva, José Luís Gómez Canseco, director de la colección editorial sobre las biografías del renacimiento español que promueve la onubense, en la que se incluye el trabajo de Sánchez-Cid.
El autor dedicó su tesis doctoral en la Universidad de Sevilla a analizar las relaciones familiares de los Godínez, una tesis defendida con éxito el pasado año, a partir de la cual ha visto la luz este libro “La familia del dramaturgo Felipe Godínez: Prosopografía de un clan judeoconverso” presentado ayer,, cuyos contenidos fueron explicados por Sánchez-Cid, quien también respondió a algunas preguntas formuladas por los asistentes.
FELIPE GODÍNEZ, UN MOGUEREÑO DEL SIGLO DE ORO. Felipe Godínez Manrique nació en Moguer en 1582 en el seno de una familia de conversos portugueses afincados desde hacía años en la villa, de la que su padre llegaría a ser regidor perpetuo. Cursó estudios universitarios y eclesiásticos llegando a ser doctor en teología y alcanzando el grado de diácono en la jerarquía de la iglesia.
Sus primeras obras están fechadas en 1613 y su calidad no pasó desapercibida para los grandes autores de la época, no en vano, el propio Cervantes se refirió a él como “florido ingenio” y lo coloca en el cuarto lugar entre los poetas españoles del momento.
Tras ser acusado de judeizante la Inquisición confiscó sus bienes y le condenó a un año de prisión y seis de destierro, por lo que se trasladó a Madrid junto a su madre y hermanas donde se dedicó más activamente a la creación literaria. De su talento salieron veintiséis dramas y cinco autos sacramentales, así como comedias cortesanas e históricas, en las que gustó de tratar asuntos amorosos, religiosos y morales.
En este sentido hay que destacar que el tema del honor adquiere en sus obras un tratamiento novedoso con respecto a los cánones de la época, ya que niega que éste pueda ser adquirido por herencia familiar nobiliaria, sino solamente por los propios méritos del individuo.
A través del exhaustivo trabajo de Sánchez-Cid tenemos la oportunidad de conocer en profundidad a este singular grupo familiar en el que creció y se formó Godínez, y con él, descubrir también parte de la intrahistoria de una de las épocas más fructíferas de las letras españolas.