Redacción. El Rociíto es la tradición infantil más antigua y original que se conserva en Hinojos, una tradición singular que sin estar arropada por ninguna hermandad, asociación e entidad, el Rociíto ha surgido, se ha desarrollado y ha evolucionado cada año de manera natural, y sin lugar a dudas por el tesón y la constancia de su fundadora “Carmen la Trianera”, que falleció en 1991.
El Rociíto es una tradición hinojera que ha marcado la infancia de los niños de esta localidad ya que la mayoría de ellos han aprendido a ser rocieros en esta fiesta popular. Cuando aún no se es consciente de la Romería del Rocío, niños y niñas son ataviados con: trajes de flamencas, flores, complementos, trajes cortos, chaquetillas… y sin faltarles un detalle salen a la calle durante todo un fin de semana realizando un cortejo como si de la Romería real se tratase.
En el Rociíto se nombran a sus respectivos Hermanos Mayores, y sus familias junto a la Junta Directiva se responsabilizan de la organización de la fiesta y de las invitaciones que se ofrece a todos los asistentes en determinados momentos de las jornadas, coincidiendo siempre con el sábado y el domingo que la Hermandad del Rocío realiza sus cultos.
En el cortejo del Rociíto no faltan ninguna de las insignias, banderas, estandartes y varas que desfilen delante del Simpecado portado en una carreta de bueyes en miniatura, siendo una réplica exacta de la carretera de madera de la Hermandad del Rocío de Hinojos, tan conocida por su estilo neoclásico y su bicromía blanca y azul, como los colores que identifican en la gran romería a la hermandad de Hinojos.
Y tras la carreta llega el ingenio y la originalidad de tantos padres y madres que elaboran carretas, tractores y remolques típicos de la romería, en este caso, adaptados a la medida de los más pequeños, con el juguete como material estrella en todo el cortejo.
El Rociíto realiza varios desfiles por el casco urbano de la localidad pero uno de los momentos más emotivos es la peregrinación a los pinares de Hinojos, concretamente al Parque Los Centenales donde se lleva a cabo una convivencia campera entre niños y familiares.