Antonio José Martínez Navarro. La aportación de esta voz enciclopédica estriba en las relaciones que, a lo largo de siglos, han tenido Cortegana y Huelva y no a los datos que cualquier Enciclopedia puede proporcionar y que, en el caso que nos ocupa, le dedica la Gran Enciclopedia de Andalucía y que dice, en parte, así:
<<Villa de la provincia de Huelva, partido judicial de Aracena, a 121 kilómetros de la capital, situada a 690 metros de altitud. . Municipio con 8.500 habitantes de hecho y 173,1 kilómetros cuadrados de superficie. Limita con los municipios de Aroche, La Nava, Jabugo, Almonaster la Real, El Cerro de Andévalo y Cabezas Rubias.
En Cortegana, destaca por su magnitud y belleza, el castillo medieval, de fractura cristiana, con detalles románicos y góticos, y situado en un alto cerero de donde se domina una bellísima panorámica de la Sierra de Aracena. Restaurado finalizando los años setenta, el castillo ha adquirido su primitivo aspecto. Tiene una longitud de 40 metros, con cinco torres rectangulares y una semicircular.
La iglesia parroquial del Divino Salvador, de principios del siglo XVI, es una planta rectangular de tres naves y de estilo mudéjar. Su magnífico retablo, trazado en 1601 por Pedro Díaz de Palacios y construido por Pedro Fernández de Moro, fue destruido en 1936…
…Su terreno forestal es rico en encinas, alcornoques y castaños. Posee también huertas y frutales. Predomina la cría de ganado porcino, ovino y caprino, de donde surge una industria derivada, con importantes fábricas de chacinas. Cuenta también con fábricas de corcho y de romanas –añadimos nosotros-; y, en su término, con la explotación de minas de piritas>>.
La seducción por la Sierra onubense ha sido común denominador de muchos huelvanos a lo largo de siglos. Quizás la pluma más galana que haya cantado las excelencias de las poblaciones ubicadas en ella haya sido Francisco Montero Escalera.
Mucho supieron los habitantes de los diversos pueblos de nuestra provincia de la señera personalidad de don Francisco, ya que infundió positivamente su rigor y su pulcritud profesional, el calor humano de su presencia, la alegría fecunda de su curiosidad ante diversos aspectos locales y todo ello con una exquisita modestia.
Se puede decir que su lírica pluma alcanzó cotas inaccesibles como rendido cantor de las bellezas de Almonaster la Real, Alájar, Zalamea la Real, Cortegana, Aroche, Jabugo, El Repilado… Además de sus artículos en el Diario «Odiel», merece que citemos su libro titulado «De ambiente y del paisaje. Estampas líricas», editado en el año 1970, dulce evocación de edificios emblemáticos, sugestivos paisajes, celebraciones religiosas y lúdicas, tradiciones, e, incluso, se incluye su hermosísimo Pregón Crucero del año 1950.
También el compositor Primitivo Lázaro, exhaló, ya que era invidente, las bellezas de la Sierra onubense. Así, en la obra “Biografía del ilustre compositor Primitivo Lázaro”, de Antonio José Martínez Navarro, decía don Primitivo:
<<En mi recorrido por la provincia, añadía, tuve la inmensa satisfacción de conocer la Sierra onubense: Aracena, Almonaster la Real, Aroche, Cortegana, Alájar, Jabugo, la Peña de Arias Montano, etc. Cuanto más iba conociendo, más me iba impresionando. Esos tesoros tan hermosos, inigualables, desconocidos. En Aracena, en mi visita a la Gruta de las Maravillas, a la que visité siete veces más, me enamoré de ella y quise dedicarle una obra que cristalizó en mi suite Gruta de las Maravillas, que empieza con Canto matinal, que quiere expresar la unión que yo deseo que exista entre el hombre y la naturaleza, siguiéndole La Gruta dormida, Burbujas en el agua, Danza sobre el Gran Lago, El Pozo del Camino, y La Danza del Duendecillo,por aquello de que todas las grutas tienen duendes. Me encontré con tan buena gente que luego llegaron a ser excelentes amigos. En Alájar la Peña de Arias Montano me cautivó…>>.
En esta oportunidad Cortegana y Huelva aunaron esfuerzos y mostraron su espíritu altruista con la finalidad de que el puente de Toledo fuese hermosa realidad.
En el Boletín Oficial de la Provincia número 125, se denunciaba, por parte del Gobernador civil, el impago de la suscripción del mismo en algunos de los pueblos de la provincia con la circular siguiente. El Ayuntamiento de Cortegana era uno de los morosos:
<<Está repetidamente mandado que los ayuntamientos satisfagan la suscrición a este periódico antes del quince del mes siguiente al último de cada trimestre, y sin embargo se advierte que muchos de ellos dilatan el cumplimiento de este deber en grave perjuicio de la empresa, que no podrá la contrata sino se le satisface a tiempo el precio adoptado. En tal inteligencia y deseando ahorrar perjuicio a los pueblos y a la empresa, prevengo por última vez a los ayuntamientos que en seguida se detallan, que si para el día 16 no han solventado el pago del trimestre que venció en 31 de marzo último, desplazaré comisionados a su costa que no se retirarán hasta hacerles constar su solvencia con la correspondiente carta de pago.
Dios guarde a V. V. muchos años. Huelva, 7 de mayo de 1835. José Huet…>>.
En ocasiones, la Administración de Contribuciones, con sede en nuestra capital, se hacía cargo de la subasta de Expendeduría de Consumos de algunos pueblos, como Cortegana, según observamos en Oficios y Minutas de 1849:
En mayo de 1887, la Dirección General de Seguridad solicitó al Gobernador civil de Huelva (para un mayor control) un listado de los extranjeros residentes en nuestra capital. Éste delegó tal tramitación en el alcalde que se puso en contacto con todos los cónsules, vicecónsules y agentes consulares. El Agente Consular de Italia en nuestra capital contestaba a la Alcaldía enviándole un listado en el que figuraban dos italianos con residencia en Cortegana (Legajo número 268).
En los primeros días de agosto de 1899 la Estudiantina Onubense fue invitada para dar un concierto en Cortegana en el que obtuvo un gran triunfo.
En los años iniciales del siglo pasado, las canzonetistas eran las diosas del espectáculo. En este sentido, el diario “La Provincia” se hacía eco, el 19 de septiembre de 1914, de los triunfos de una hija de Cortegana, noticia de interés para los capitalinos:
<<Una artista onubense. A nuestra redacción llegan periódicos de Rosario de Santa Fe (República Argentina) en los que encontramos unos sueltos que nos han llamado la atención
Se trata de una hija de muestra provincia, de la simpática villa de Cortegana, que allá, en aquellas tierras, triunfa por su arte y es mimada por los públicos.
Margarita Martínez “La Cortegana”, es esta artista, bella y sugestiva, de hermosa y bien timbrada voz, que sabe cantar couplets, poniendo en su decir y en sus movimientos, la gracia natural de la tierra del sol y la alegría, de la bendita tierra andaluza.
En los principales teatros de Rosario de Santa Fe, según dichos periódicos, ha trabajado y en todos el éxito le acompañó y los aplausos del público fue la prueba de su triunfo.
No hay que decir, que sentimos alegría cada vez que vemos a un hijo de nuestra provincia triunfar en cualquier manifestación de la vida, y por lo tanto nos felicitamos que la simpática Margarita Martínez “La Cortegana” imponga su arte en América>>.
<<Administrador de Contribuciones Indirectas Estancadas y Aduanas de la Provincia de Huelva. Adjunto remito a Vd. dos edictos anunciando la subasta de la expendeduría de Consumos del pueblo de Cortegana a fin de que se sirva ordenar se fijen en los sitios de costumbre para el debido conocimiento Dios… Huelva, 21 de agosto de 1849…>>.
La patria potestad de los jóvenes en aquellos años se situaba en los 23 años de edad. Sepamos, a través de Oficios y Minutas de 1858, lo que le ocurrió a un huido del hogar familiar que no había alcanzado la citada edad (Escrito del Alcalde de Cortegana al de Huelva):
<<José del Carmen Márquez de este domicilio se ha presentado a mi autoridad quejándose de que su hijo Cesáreo de 21 años de edad sin su anuencia y consentimiento ha abandonado el hogar paterno y teniendo noticias de que se encuentra en esa capital con objeto al parecer de sentar plaza de soldado, accediendo al deseo de he dispuesto dirigir a Vd. el presente las oportunas diligencias y caso de ser habido y disponer su conducción por la Guardia civil de esta alcaldía para entregar a su padre y proceder a la demás que haya lugar. Dios…Cortegana, julio 5 de 1858. Juan Lorenzo Rodríguez…>>.
Días después, el joven era detenido e ingresaba en la cárcel a la espera de su envío a Cortegana:
<<Cárcel Nacional. Queda en este establecimiento el detenido Cesáreo Marques, entregado por el celador don Servando Carrión. Huelva, 12 de julio de 1858. Antonio López…>>.
A partir de 1859 o 1860, se produce en nuestra provincia el boom de las minas. Cortegana no iba a quedar ajeno a él, tal como se aprecia en el Legajo, número 231 del A. M. H.:
<<Acompaño a Vd. trece edictos anunciando las operaciones facultativas que han de practicarse por el ingeniero primero don Pedro Fernández Sobe en las minas existentes en el término municipal de Cortegana desde el día 6 hasta el 16 de junio próximo para que se sirva Vd. disponer se fijen en las tablas de anuncios de ese Ayuntamiento, hasta después de ejecutadas dichas operaciones devolviéndome lo Vd. diligencia. Dios… Huelva, 29 de abril de 1861. Juan Manuel Gallego…>>.
A mediados de julio de 1868 salen a concurso ochenta plazas que integrarían una Compañía de Guardias Rurales. Pues bien, la documentación de las solicitudes debía presentarse en los puntos de residencia de los señores oficiales, esto es, en Huelva, el Cerro de Andévalo y Cortegana.
En agosto de 1899 la inquietud se adueñó del ánimo de los habitantes de nuestra provincia: la peste bubónica amenazaba realizar una de las razzias que antiguamente llenaba de terror y muerte los lugares por donde pasaba.
En la tarde del día 17 de agosto del citado año, llegaron a Huelva en tren militar, procedentes de Sevilla, 200 hombres de Infantería y 50 de Caballería con su oficialidad correspondiente. Casi de inmediato en un tren especial de Tharsis marcharon también 65 hombres de Infantería para trasladarse a Paymogo, y en un tren especial de la línea de Zafra el resto de la fuerza de Infantería y caballería para Cortegana y Fregenal.
La fiesta de toros unía a ambas poblaciones.
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El coso taurómaco de Cortegana ha sido la Meca de diversos toreros y novilleros nacidos en la ciudad del Tinto y del Odiel.
Fiesta sin toro no sería fiesta en tierras de España, y en la celebración del Corpus en Cortegana los toros eran nota culminante y si su matador era el «Litri I», futuro «Lagartijo», según los aficionados, aquello era el desideratum.
Cortegana, que reposaba tendida a la falda misma de la Sierra, casi oculta por frondoso arbolado y acariciada por una mansa corriente de aires campesinos que le mandaba Eolo, se irguió airosa, prendió sus más fragantes flores, vistió sus mejores galas, se apoyó en la guitarra y levantó en su diestra la copa con oloroso vino del Condado.
Al llamamiento de su belleza y de su alegría y por la fama de «Litri» acudieron en el tren de la mañana todos los admiradores de la bella ciudad serrana y del arrojado espada, y en loor al Cuerpo del Señor se celebró la fiesta. «Desde muy temprano -decía el corresponsal de «La Provincia»-, en los cafés y en el casino la conversación general era la llegada de la cuadrilla, el valor de Miguel Báez «Litri», la inteligencia de «Fatigón», los pies de Lucas y otra porción de detalles, muy importantes para los aficionados que hacían cálculos sobre el resultado de esta corrida. A las doce todo el mundo se marchó a la procesión y … allá van San Pedro, San Pablo y toda la corte celestial, pues no quedó santo, arcángel, beato o querubín que no saliera a disfrutar de esos paisajes de Cortegana y dar a la vista un placer de recrearse en esa Sierra cubierta de una vegetación exuberante y hermosa. A las cinco nos encaminamos a la plaza, ocupada en sus dos tercios, para minutos más tarde aplaudir a «Litri» y a su cuadrilla en el paseíllo por el redondel. ¡Bien por el «Litri»!, ¡Olé la sangre torera!, esto decía un admirador de Miguelito, que debe ser paisano y hasta criado en el mismo barrio. Cambiados los capotes de lujo por los de brega, el presidente hizo la señal de la cruz y salió un indocumentado, colorado, corniabierto, de gran presencia y muchas libras, debía ser toro padre a juzgar por la cornamenta
Miguel Báez Quintero “Litri I” toreó en la plaza de toros de Cortegana varias veces. Así, el 4 de junio de 1887, se acordó un contrato entre un empresario serrano y Miguel Báez «Litri», contado con su gracia sin igual por el célebre revistero «Chicote»:
<<Anteayer, en el Hotel «Felipe», quedó firmado el contrato entre el espada «Litri» y el empresario de la plaza de Cortegana para la corrida de toros que ha de tener lugar el día del Corpus en aquel pueblo.
El contrato fue laborioso; el empresario, que tiene una personalidad frágil y etérea, creía lo más fácil del mundo que la gentil cuadrilla se trasladara a patitas desde esta capital a lo alto de la Sierra, lugar del festejo>>.
En el Corpus de 1889 toreó “Litri I” en el albero corteganés. Incluso, en marzo de 1892 recibió “Litri I” un puntazo de un toro de Veragua en la plaza de toros de Madrid, alternando con él “Boto” y “Faico”, lo tuvo hospitalizado en Madrid durante unos días y lo tuvo convaleciente durante todo el mes de abril. No obstante, la afición torera que bullía en la sangre del onubense le llevó a una capea que hubo en Cortegana el día 17 del mismo mes. En la operación de lidiar dos novillos de muerte participaron varios aficionados de aquella localidad que trastearon con notabilidad a los animales hasta la hora de la muerte, ya que eran dos ejemplares bravísimos, dignos representantes de la casta de los «touros» portugueses. Al primero de ellos tuvo que fusilarlo un guarda de campo. El segundo se hizo también imposible para aquellos matadores circunstanciales. El público, al darse cuenta de que se encontraba en los tendidos el espada «Litri», lo invitó para que finiquitara a aquel monstruo que podría causar algún accidente. Tomando los avíos Miguel dio fin del bicho de una estocada.
Otros diestros que pasearon por la bonita plaza de toros de Cortegana fueron: “El Alicantino”, nacido en Huelva; Diego Ortiz Maldonado “Niño del Tercio II”; el viernes, 9 de septiembre de 1932, Laine entusiasmó a los aficionados de Cortegana, que llenaban el coso, con su arte; el domingo 5 de agosto de 1934, novillos de Juan B.Conradi, corrida en la que Manuel Maestre “Nene II” alternó con “El Niño del Magisterio”, obteniendo ambos un gran triunfo; el 14 de septiembre de 1941, en corrida de feria, “Laine” tuvo una tarde apoteósica, cortando las orejas y rabos de sus dos adversarios; Florencio Pérez Recio “El Onubense”, Pepe Gallardo (que recibió una grave herida en este coso cuando alternaba con Juan Posada y Miguel Báez Espuny “Litri”, Antonio Benítez, Jesús Medrano (toreó en julio de 1990)…
Con motivo de las fiestas en honor a la Virgen de la Cinta, el 8 de septiembre de 1966, el novillero de Cortegana, Rafael Romero, efectuó el paseíllo por el albero de la Merced en unión de Jesús Abril y “Chamaco II”.
¡Ah! el ganado procedía de la dehesa de Joaquín Buendía.
En el diario “Odiel”, al día siguiente, se ilustraba una extensa crónica de la corrida en la que ilustraba la misma una fotografía de Rafael. A través del pie de la foto vamos a saber cómo quedó el serrano en su lidia: “Ahí tienen ustedes a Rafael Romero, arrogante, después de torear a su novillo por naturales, unidos al pase de pecho que resultaría maravilloso”.
Pero, vayamos sin más dilación a la historia compartida de estos dos grandes pueblos:
La primera vez que Cortegana y Huelva unieron sus destinos acaeció hace cuatro siglos y medio. Extraigamos estos datos de la Gran Enciclopedia de Huelva que firma el historiador que suscribe:
<<En la segunda mitad del siglo XVI, reinaba en los reinos de España el espiritual rey Felipe II. Y acaeció que los puentes de Segovia y de Toledo, ambos en la Villa y Corte, estaban en situación calamitosa, sintiéndose aún más los efectos negativos de la construcción cuando el río venía crecido. Entonces los carros tenían que atravesarlo para surtir con sus provisiones al vecindario de Madrid, cosa que no podían realizar por el evidente peligro que podían correr, con el consiguiente contratiempo para la población.
El Concejo de la Villa, se reunió en sesión urgente y acordó la construcción de un puente de piedra que fuera lo suficientemente capaz en lo referente a su anchura y al aguante de peso que tenía que soportar. En el aspecto económico, los costes de la construcción se lo repartirían todas las ciudades, villas y lugares de los distintos reinos según el número de habitantes y la riqueza de los mismos.
Una vez comenzadas las obras, pronto quedó agotada la cantidad asignada al efecto, que era lo que habían aportado Madrid y lugares cercanos a ésta. Se colocaron edictos y se hicieron pregones para recaudar más fondos y solicitar mano de obra y maestros capacitados en tales construcciones. También hicieron subasta para solucionar las obras en el menor precio. Hubo varias propuestas de maestros de obras y ganó el envite uno que remató la obra en treinta mil ducados, sin incluir la cal y el hierro que se necesitara. Se efectuó la tramitación precisa que obligaba a ambas partes a cumplir lo firmado, y el maestro de obras ganador depositó la fianza acordadas en las bases y se mandó repartir los mil ducados más 8.300 para la cal, el hierro y otros gastos.
A través de la documentación existente en el Archivo Municipal de Almonaster la Real, sabemos las cantidades que tuvieron que pagar las villas y lugares enclavadas en lo que más tarde se llamaría provincia de Huelva. Helas aquí:
Aracena ………………………… 20.900 maravedíes
Galaroza ……………………….. 1.360 “
Cortegana ………………………. 7.700 “
La Nava ……………………………. 880 “
Cumbres Mayores …………….. 8.250 “ y así hasta 45 poblaciones.
Por su parte, la villa de Huelva abonó la cantidad de 14.850 maravedíes. En definitiva, nuestra ciudad colaboró con la construcción del célebre Puente de Toledo de la capital de España>>
El agua de Cortegana era muy apreciada en nuestra ciudad. No obstante, durante el verano de 1905 se despachó agua que no cumplía todos los requisitos sanitarios. Así, en la sesión municipal del 1 de septiembre del citado año, leemos:
<<…El Sr. Aragón rogó a la Alcaldía que imponga una multa equivalente al importe del análisis a la persona que ha venido haciendo el suministro del agua de Cortegana, a lo que contestó el Sr. Presidente que estudiaría el asunto resolviendo lo que fuera procedente…>>.
Las visitas del gobernador Civil y de los diversos inspectores de Educación, éstos últimos con sede en la Delegación de Huelva, se realizaban periódicamente. En ocasiones, la máxima autoridad provincial era acompañada por expertos pedagogos. Asistamos a una de estas visitas, la que se verificó a Cortegana y Almonaster la Real el día 30 de marzo de 1906:
<<Hoy visitará el Gobernador Civil las escuelas de Gibraleón, acompañado de los señores Aroche y Lazo Real.
El domingo próximo se propone el Sr. Polo –el Gobernador Civil, añadimos nosotros, visitar las escuelas de Almonaster y Cortegana>>.
Juan Moreno García fue un galeno, nacido en 1865, con una biografía trazada por un dédalo de poblaciones en las que fue ejerciendo la ciencia de Hipócrates. Así, estudio en la Facultad de Medicina de Madrid, en la que pertenecía a la Asociación médico-farmacéutica de aquella provincia; había sido titular de la villa de Cortegana, ex director del Instituto Padolpática especial en la villa de Higuera la Real (Badajoz), ex director del Instituto médico celular y antiséptica de Madrid en la citada villa y ex titular de la villa de Almonaster la Real (Huelva).
Con la instalación de la Clínica de los doctores Mackay y Macdonal en 1911, hubo un nuevo motivo para que algunos hijos de Cortegana se desplazaran a la capital. Así, el lunes, 12 de abril de 1915 decía “La Provincia”:
<<En la Clínica de los reputados doctores Mackay y Macdonald, ha sido operada la esposa de don Rafael Romero, de Cortegana.
La paciente se encuentra en estado satisfactorio>>.
En las primeras décadas del siglo se estableció en nuestra capital y tenía su consultorio en la calle Colón, número 1, – actual Palos de la Frontera- en donde continuó ejerciendo la Medicina hasta poco antes de su fallecimiento, 2 de mayo de 1926.