A.R.E. Aunque no es uno de los países organizadores, España colabora con el Square Kilometer Array, SKA, un proyecto científico y tecnológico a escala mundial cuyo objetivo es construir el radiotelescopio más grande del mundo. Este aparato servirá para dar respuesta a algunas de las preguntas fundamentales de la astrofísica actual. Entre otras, permitirá testar la teoría de la relatividad en situaciones límite; ver cómo las primeras estrellas y galaxias se formaron justo después del Big Bang con un detalle sin precedentes; ayudar a los científicos a comprender la naturaleza de la energía oscura; aportar más conocimiento al tema de los campos magnéticos que impregnan el cosmos; y arrojar algo de luz sobre uno de los mayores misterios que conoce la humanidad: ¿estamos solos en el Universo?
Este ‘ojo cósmico’, que se instalará en la región de Karoo, en Sudáfrica, y en la de Murchison Shire, en Australia Occidental, estará formado por miles de antenas que permitirán a los astrónomos observar el espacio con una precisión 50 veces mayor a la actual y contará con un kilómetro cuadrado de área de recolección de datos.
Se trata, por tanto, de uno de los mayores retos científicos y tecnológicos de la historia, y España está contribuyendo al mismo con investigadores procedentes de nueve centros nacionales que participan en nueve de los 11 principales grupos científicos del SKA. La institución que ha liderado en los últimos años la participación española en este proyecto es el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), dependiente del CSIC, siendo esta entidad, a través de la agencia de comunicación Laniakea Management & Communication, la que ha implicada a una productora de Huelva, VTH Producciones, en la elaboración de un documental relacionado con el SKA.
Y es que el proceso de puesta en marcha de este radiotelescopio se encuentra actualmente en una fase de preconstrucción, en la que se está llevando a cabo su diseño, implementación y trabajos de investigación y desarrollo, entre otros, en diversos puntos de todo el mundo. Uno de esos proyectos, que finalizó el pasado 27 de abril, ha sido el denominado Biostirling-4SKA, el cual se ha desarrollado en el término municipal de la localidad portuguesa de Moura. La misión de la productora onubense en esta iniciativa no era otra que grabar esta parte de la fase experimental, material gráfico que va a ser utilizado ahora para el montaje de un documental que emitirá el canal Discovery y, muy probablemente, TVE.
Como explica Miguel Vázquez, director de la productora onubense, «dentro del proyecto Biostirling-4SKA, tenían que hacer la producción de un documental de concienciación en relación al uso de energías limpias y de futuro. Como nosotros teníamos experiencia en seguimiento de obra y temas industriales y estábamos cerca de Portugal, nos llamaron para encargarnos el trabajo».
El proyecto, del que se ocupan España, Portugal, Alemania, Suecia y Holanda, comenzó el 31 de julio de 2016, siendo ésta la primera fecha en la que Miguel y el operador de cámara Juan Antonio Vázquez se trasladaron hasta Moura para comenzar con el encargo.
En concreto, Biostirling-4SKA forma parte de la fase experimental energética del proyecto SKA. «Las antenas que se van a instalar en Australia y África necesitan un enorme aporte energético para funcionar y están creando un sistema que les proporcione esa energía, teniendo en cuenta que se ubicarán en zonas desérticas donde no llega la red eléctrica», explica el onubense.
Así pues, lo que se ha llevado a cabo en el país vecino ha sido la construcción de un prototipo de antena solar híbrida, algo sin precedentes, ya que captura los rayos del sol generando la energía necesaria para el funcionamiento del motor tipo Stirling, pero también puede abastecerse utilizando gas natural cuando no recibe radiación solar, garantizando así el suministro de energía de forma ininterrumpida.
Del proceso de construcción de esta antena solar, que ha durado nueve meses, han sido testigos de excepción estos dos profesionales onubenses. Lo primero que les llamó la atención fue la ubicación del lugar donde se iba realizar el modelo experimental: «Moura está a la altura de Encinasola, y nos llevaron a un finca perdida propiedad del Gobierno portugués, en medio de la nada, pero que reproducía las características de las zonas de África y Australia donde se ubicarán las definitivas», narra Miguel Vázquez.
El equipo que se llevaron para dar cuenta de lo que allí ocurría consistió en un dron, cuatro Go Pro y dos cámaras, herramientas con las que han captado desde la llegada de las primeras piezas hasta la recogida de los datos previa al cierre de esta fase experimental, pasando por la construcción de la estructura, los espejos, el sistema electrónico y el motor híbrido.
Aunque en total sólo tuvieron que desplazarse cinco veces hasta Portugal, los onubenses pasaron en cada ocasión varios días en la zona, recogiendo el trabajo que llevaban a cabo de sol a sol los equipos, pues tenían el tiempo muy marcado y ello les obligaba a ir a un ritmo frenético. «Además, al ser experimental eran muchas horas de espera y trabajo, de prueba y error», apostilla Vázquez.
El último día de grabación fue el pasado 27 de abril, cuando todos los socios en este proyecto acudieron a Moura con sus equipos e hicieron las pruebas oportunas para comprobar que la antena solar funcionaba de la manera esperada. Recopilaron datos que ahora analizarán y valorarán para introducir modificaciones y mejoras, dando de esta manera por concluida la fase experimental de Biostirling-4SKA.
Con todo el material grabado por VTH Producciones durante estos meses, se dará vida al documental ‘BIOSTIRLING – A new generation’, cuya directora es Ana Tamayo. Sin embargo, ya está disponible un trailer de este audiovisual, que fue proyectado a los socios del proyecto y que puede verse a continuación:
Por su parte, Miguel y Juan Antonio están muy contentos con el trabajo de campo realizado y con estas primeras imágenes del documental. Para estos onubenses ha sido toda una experiencia el ser testigos de este importante paso para la construcción del gran ‘ojo cósmico’, ese radiotelescopio que será una realidad en 2020 y en el que tantas esperanzas tiene puesta la comunidad científica internacional para conocer y comprender el Universo.