Carlos Arroyo. Plaza de toros del Descubrimiento de Palos de la Frontera, corrida de toros en las Fiestas de San Jorge, con lleno en los tendidos en tarde de agradable temperatura, se lidiaron toros de Domínguez Camacho, bien presentados, de buen juego en líneas generales, nobles, sobresalen tercero y cuarto, para los diestros
Miguel Ángel Perera, de verde hoja y oro, estocada, oreja; dos pinchazos y estocada, ovación.
Cayetano, de turquesa y oro, pinchazo y estocada, oreja; estocada, dos orejas
David de Miranda, de blanco y oro, pinchazo y estocada, dos orejas; pinchazo, estocada y dos descabellos, oreja.
Aunque numéricamente quedaron “empatados” en el número de trofeos obtenidos Cayetano y David de Miranda, resulta triunfador del festejo el triguereño, que fue el que más expuso, quien mostró una predisposición absoluta para torear al buen encierro de Domínguez Camacho. La corrida estuvo bien presentada y mostró las dificultades propias de la casta, y David de Miranda, fue capaz de realizar una faena solvente y llena de arte ante el mejor toro de la corrida, que fue lidiado en tercer lugar.
Recibe a este toro con verónicas de buen porte y elegancia, templando las embestidas del burel. El quite por saltilleras pone a la plaza en pie, quietud en el torero y el toro pasando a escasos centímetros de su cuerpo. Brinda al público y comienza la faena toreando con la mano derecha, en dos buenas series de mano baja y toreo templado. Mantiene el nivel de la faena toreando al natural. El toro acorta el recorrido y el torero acorta distancias para terminar la faena entre las astas, ese toreo de cercanías donde tan a gusto se siente el torero de Trigueros. Tras el pinchazo, remata la obra con una estocada de efecto fulminante que le valen las dos orejas.
El sexto es el más terciado del encierro y el menos ofensivo por delante. El toro también es el de menos fuerza y poder, y tiene poca emoción en sus embestidas, por lo que David realiza una faena solvente, en la que se suceden muletazos sueltos con enganchones. No llega a prender con los tendidos, excepto en el remate de la faena con bernardinas prietas, que le valen la oreja tras dos golpes de verduguillo.
También salió a hombros Cayetano con tres orejas en el esportón. Su primer oponente fue colaborador sin mucha emoción. La faena fue a más, tras un comienzo sin pasión del torero. La mano izquierda en naturales de frente conectaron con el público, que le concede una oreja tras un pinchazo y la posterior estocada. El quinto de la tarde fue más exigente, repitió con codicia, encastado el animal, y el torero que le cuesta cogerle el aire, se amontona en las cercanías. Quizás más distancia hubiera encontrado el premio del recorrido del animal, que se va quedando más corto y repone. El torero se esfuerza y expone, resultando una labor con más gallardía que buen trazo en las series por ambos pitones. Una buena estocada le valen las dos orejas populares.
Miguel Ángel Perera se enfrenta a dos oponentes de muy diferente comportamiento. El primero de la tarde fue el toro más manso de la corrida, el único que no tuvo casta, y se acobardó en huida a tablas. Ahí lo intentó Perera en faena repleta de técnica y conocimiento. Se le concede una oreja tras la estocada.
El cuarto fue un toro encastado y con dificultades en el que el extremeño nunca se acopló. Tenía la dificultad de no tener ritmo en sus embestidas, haciéndolo a dos velocidades, y el extremeño no tuvo el pulso necesario para domeñarlo en su poderosa muleta. Remata la faena con manoletinas y el fallo a espadas le priva el trofeo que le hubiera permitido acompañar a sus compañeros de cartel por la puerta
grande del coso del Descubrimiento.
