Redacción. Huelva aglutina el 83,04 por ciento de la cabaña de cerdo ecológico de toda Andalucía con un total de 1.547 ejemplares de porcino criados bajo los máximos criterios de sostenibilidad. Las dehesas onubenses afianzan así su liderazgo en la comunidad autónoma, por la que, según los últimos datos comunicados al Sistema de Información de la Producción Ecológica en Andalucía (SIPEA) por los distintos organismos de control autorizados para la certificación, se extienden 1.863 individuos amparados por los más elevados niveles de sabor y excelencia. La provincia gana peso y lo hace, como recuerda el delegado territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Pedro Pascual Hernández, en el año de la materialización del ansiado cambio de nombre de la Denominación de Origen Protegida (DOP) y el consecuente estreno de la marca Jabugo, sin olvidar el hito de la elevación a la Capitalidad Gastronómica 2017.
La apuesta decidida por la diferenciación y el jamón de calidad en la provincia para, desde la óptica de Pedro Pascual Hernández, poner en el mercado una producción “con el valor añadido que aporta la garantía de ser, además de exquisito, un alimento saludable”, se ha traducido en un crecimiento de la cabaña de cerdo ibérico ecológico del 44,44 por ciento desde 2013, cuando Huelva contabilizaba 1.071 ejemplares certificados. También ha crecido el sector en este intervalo de tiempo, aunque a menor ritmo, en el conjunto de Andalucía, donde se registraban hace cuatro años 1.755 cabezas calificadas, un 6,15 por ciento menos que en la actualidad, con Málaga, Sevilla y Cádiz a mucha distancia de las dehesas onubenses con 148, 76 y 73 individuos criados en explotaciones bajo los más estrictos criterios ambientales. Más atrás se sitúan Córdoba y Jaén, que completan el mapa regional con 12 y 7, respectivamente.
Una transformación con mayor valor añadido. El delegado territorial de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha subrayado que Huelva no sólo encabeza el ranking de la región en cuanto al número de cerdos certificados, sino también en la “fuente de valor añadido” que reside en la transformación. La provincia es, a su juicio, “referente de gestión sostenible de la dehesa y de una producción cien por cien ecológica”. No en vano, por su geografía se expanden hasta 51 de las 74 explotaciones registradas por el Sistema de Información de la Producción Ecológica en Andalucía (SIPEA), cuatro más que en el curso anterior (15 más que en 2015) para acaparar ya el 68,92 por ciento del total.
Junto a ello, el sector del porcino onubense, con nueve mataderos y salas de despiece y 12 empresas productoras de embutidos y salazones cárnicos, se erige en el de mayor actividad industrial ecológica de la comunidad autónoma (44 y 25). Un punto en el que Pedro Pascual Hernández ha destacado la doble capacidad para generar riqueza de un sello que conjuga la elaboración de alimentos de la máxima calidad con prácticas respetuosas con el medio natural, el cumplimiento de las más exigentes normas sobre bienestar animal, el mantenimiento de elevados niveles de biodiversidad y la no aplicación de productos químicos de síntesis.