Redacción. La diputada de Bienestar Social, Rocío Cárdenas, ha asistido junto a representantes de la delegación de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, alcaldes, alcaldesas y concejales de los Servicios Sociales y Educación de varios municipios de la zona del Condado, a la Jornada de presentación de los proyectos para la prevención, control y seguimiento de absentismo escolar ‘Somos’ y ‘Giraldo’, que se ha desarrollado en el Centro de Servicios Sociales Comunitarios Condado Norte de Villalba del Alcor.
Posteriormente, todos los participantes en esta jornada sobre absentismo escolar han visitado el IES ‘Alcor’ de Villalba, donde se desarrolla el proyecto ‘Giraldo’. Tras esta visita, se han desplazado hasta Paterna del Campo para conocer el IES ‘Campo de Tejada’ en el que se realiza el proyecto ‘Somos’.
Los proyectos de prevención del absentismo escolar se vienen desarrollando en la zona de trabajo social del Condado Norte desde el curso 2007/08 en el IES ‘Campo de Tejada’ de Paterna del Campo y posteriormente en el año 2010/11 se inicia en el IES ‘Alcor’ de Villalba del Alcor, con unos resultados muy satisfactorios.
Desde el año 2005, la Diputación de Huelva viene poniendo en marcha estos proyectos en otros municipios, obteniendo unos resultados muy positivos. Durante estos años se ha atendido a un número de 1.620 adolescentes en riesgo y a su vez a 3.240 padres y madres de estos menores. Actualmente, son 19 los municipios que los están llevando a cabo en una población total de 120.840 habitantes.
Estos proyectos sobre absentismo escolar están enmarcados dentro de la línea de prevención del riesgo que existe en la adolescencia y sus familias. Se trata de una intervención psicosocial prevista para la protección de la infancia, teniendo como objetivo general prevenir y tratar situaciones de desajuste a nivel personal, académico, familiar y social, pudiendo afrontarse detectando y trabajando tanto las competencias parentales como los recursos y habilidades de los propios adolescentes.
La adolescencia es una etapa decisiva en el desarrollo y consolidación de la personalidad del individuo, de gran trascendencia para la salud a lo largo de la vida. Si a esto se añade la compleja realidad social actual, es posible entender la alta incidencia de adolescentes que presentan diferentes factores de riesgo para su desarrollo (problemas académicos, comportamientos desajustados, violencia familiar, falta de valores, consumo de drogas, etc.).
Para que estos programas resulten eficaces es necesario llevar a cabo una actuación paralela con la familia como ‘agente de cambio’ y con el profesorado, ya que habitualmente no ven una salida clara para dar respuesta a estos jóvenes con dificultades ni logran dar soluciones útiles.
Las características comunes de los destinatarios de estos proyectos son adolescentes de 12 a 16 años, incluso mayores, que presentan factores de riesgo que pueden poner en peligro su desarrollo evolutivo, con dificultades afectivas y emocionales, académicas, conductas desadaptativas en el ámbito escolar, social o familiar. También van dirigidos a familias de adolescentes, tanto en su papel de agente preventivo y de cambio con sus hijos e hijas como para la mejora de la convivencia familiar y social.