Redacción. Científicos de la Universidad de Huelva y de centros de investigación de Portugal han publicado un artículo en la revista de ficología internacional, Algal Research, especializada en la biología de algas, en el que se detallan los perfiles químicos y la resistencia térmica de las cinco cepas de microalgas de mayor uso en productos alimenticios.
Este estudio, denominado ‘La comparación de los perfiles de biomasa de microalgas como nuevo ingrediente funcional para productos alimenticios’ tiene como objetivo servir de guía a la industria alimentaria o farmacéutica para mejorar su elección sobre las microalgas que mejor se adapten a cada situación.
De esta manera, este artículo refleja cuales son las microalgas más idóneas para suplementar alimentos ricos en proteínas, o las que mayor contenido tienen en ácidos grasos poliinsaturados, deduciendo que de las cinco algas más usadas en productos alimenticios, la Chlorella vulgaris y la Spirulina son las que presentan la tasa más alta de proteínas, entre un 34 y un 44 por ciento respectivamente, y el porcentaje más bajo en grasas, entre el cinco y el cuatro por ciento respectivamente. Por otra parte, la Chlorella vulgaris y Haematococcus pluvialis mostraron una alto contenido de carotenoides, por encima de los porcentajes de grasa obtenidos, un bajo porcentaje en proteínas y una mejor resistencia al tratamiento térmico. Por último, la Diacronema vlkianum y la Isochrysis galbana presentan un alto contenido de proteínas y grasas ricas en ácidos grasos poliinsaturados, principalmente EPA y DHA.
Para el doctor de la Universidad de Huelva, José María Franco,“se trata de un estudio que puede ayudar a la industria a posicionar mejor sus productos funcionales, ya que añadir biomasa procedente de microalgas a productos alimenticios proporciona nuevo valor en forma de antioxidantes, ácidos grasos poliinsaturados (omega-3) o proteínas. En consecuencia una buena selección de especies con perfiles nutricionales definidos es clave para el desarrollo de productos innovadores”.
Una de las características más interesantes de este nicho biológico es que, “al igual que sucede con cualquier planta superior», su status bioquímico varía en función de factores exógenos como la temperatura, la salinidad, la iluminación o el mismo pH del agua.