A.R.E. Ha sido la última de las cofradías en echarse a la calle este Domingo de Ramos en el que el sol ha lucido radiante, augurando una espectacular estación de penitencia a todas las hermandades onubenses. A las 18.00 horas, con una exquisita puntualidad, los primeros de los 250 nazarenos de la Real e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Victoria, Nuestra Señora de la Paz y San Rafael Arcángel, Los Mutilados, iniciaban un cortejo que observaba expectante todo el barrio de San Sebastián.
El ambiente distendido reinaba en la calle mientras los vecinos esperaban con ansia la salida de esta cofradía, tan enraizada en Pío XII desde que en 1960 trasladara su sede a su iglesia, la de San Sebastián, procedente de la desaparecida parroquia de San Francisco.
El sobrenombre de la corporación, Los Mutilados, le viene de sus orígenes, pues fue fundada en 1943 por mutilados y excombatientes de la Guerra Civil Española, lo que le confiere un carácter muy particular. En este sentido, a lo largo del cortejo y en sus dos pasos, los onubenses han podido contemplar, un año más, motivos de carácter militar, como castillos o leones, entre otros. También, los más curiosos habrán caído en la cuenta de las representaciones de la flor de lis, distintivo de la Casa del Rey, y que la Hermandad, sacramental desde 2011, porta en referencia a su título de «Real», que adquirió en 1990 por concesión de su majestad Juan Carlos I, quien es hermano mayor de honor desde 1976.
Los nazarenos, con túnica blanca, capa de raso blanco y cíngulo y morrión negro, caminaban a buen paso entre el gentío concentrado entre las calles Cantero Cuadrado y Federico Mayo.
Apenas 10 minutos más tarde de la apertura de puertas, empezaba a asomar por el dintel de la parroquia el paso de misterio del Cristo de la Victoria, que representa al Señor despojado de sus vestiduras por dos sayones para ser crucificado en el Gólgota, mientras que otro sayón, en la trasera del paso, prepara la cruz para el suplicio. Tanto Jesús de la Victoria como los sayones son obra del escultor Antonio León Ortega, realizados entre 1945 y 1955.
El Cristo, sobre un monte de claveles rojos y acompañado por los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno de Huelva, que a las 17.45 ya lo esperaba en la puerta de la parroquia, portaba este año un juego de potencias nuevo, obra de Gustavo Larios, el cual ya estrenó la imagen en el quinario que tuvo lugar en la segunda semana de Cuaresma.
Una Semana de Pasión más, los onubenses han podido admirar los cristales en la Cruz de Guía y los respiraderos de este paso de misterio, un elemento muy original que ha hecho que Los Mutilados sea conocida como la Hermandad de los “espejitos”.
Tras el acompasado caminar de los costaleros, los nazarenos con morrión y cíngulo en raso celeste anunciaban la inminente salida de Nuestra Señora de la Paz, una talla también obra de Antonio León Ortega, de 1944, que ha sido restaurada en dos ocasiones, en 1983 por José Antonio Díaz Roca y la segunda por Luis Álvarez Duarte en 1992.
La advocación mariana, rodeada de flores blancas, lucía hermosa en su paso de palio de color blanco, único de estas características en la Semana Santa onubense. Como es costumbre, en sus manos portaba una rama de olivo y, sobre su corona, se podía admirar una dorada paloma.
Cerraba el cortejo tras Nuestra Señora de la Paz la Sociedad Filarmónica de Pilas, banda que contribuía con sus sones a llenar de ambiente cofrade las calles de la capital.
La procesión, según el itinerario previsto, está recorriendo este Domingo de Ramos algunas de las calles más emblemáticas de la ciudad, partiendo de Cantero Cuadrado y siguiendo por la avenida Federico Mayo, Plaza de los Litris, Plaza de San Pedro, calle La Fuente, Plaza Quintero Báez, Puerto, Isabel II y José Nogales antes de entrar en Carrera Oficial en torno a las 20.30 horas. Después, continuará su discurrir por Cardenal Cisneros, Palos de la Frontera, Plaza Quintero Báez, Cuesta Cristo de las Tres Caídas, Federico Mayo, Rodrigo de Triana, Ponce de León y Dr. Cantero Cuadrado hasta recogerse bien pasada la medianoche.
Cabe destacar que Los Mutilados sigue enfrascada en la ejecución de los varales nuevos para el paso de palio. El taller de orfebrería Hermanos Delgado de Sevilla se está encargando de esta labor y, aunque ya hay tres terminados, que llevan en su decoración ramas de olivo en referencia a la advocación de la Virgen, no se colocarán en el palio hasta poder lucir el conjunto nuevo completo. “Esperamos que las nueve piezas que faltan estén listas para la Semana Santa de 2018”, afirmaba a HBN Antonio Moreno Pineda, hermano mayor desde el pasado 4 de noviembre.
Para Moreno está siendo su primera Semana Santa en el cargo, tras haber sido mayordomo durante 20 años. Una aventura, al frente de la Hermandad, en la que lo acompañan Santiago Palma, Javier González, Manuel Gil, Juan Jesús Rodríguez, Carlos Galardi, Andrea Moreno, Antonio Fernández, Carlos Rey, María González, Fernando Mora, Javier Hernández y Jesús Medel, los miembros de su junta de gobierno, que, en sus palabras, conforma “un gran equipo de trabajo con muy buen ambiente”.
Curiosamente, Moreno no va presidiendo la Hermandad como cabría esperar, sino que ha cedido este honor al primer teniente de hermano mayor para seguir saliendo, como lleva años haciendo, de costalero. Quien no podrá estar bajo la trabajadera este 2017 será el párroco José Antonio Omist, que siempre porta a Nuestra Señora de la Paz, y que este año ha tenido que desistir de su costumbre debido a un esguince.
Por otro lado, la cofradía de Los Mutilados, que cuenta en su haber con 600 hermanos, tiene en el horizonte la celebración en 2018 del 75 aniversario de su fundación, una cita muy importante para la que ya se ha creado una comisión, a fin de organizar un programa de actos conmemorativo que incluirá tertulias, charlas, exposiciones y hasta una posible salida extraordinaria.
Volviendo al presente, la cofradía está realizando su estación de penitencia en este soleado Domingo de Ramos en el que el Señor de la Victoria y la Virgen de la Paz están iluminando y dejando hermosas muestras de devoción en las calles de Huelva.