Redacción. La Sala de la Provincia acoge la exposición ‘de la A a la Z 29 sonidos pintados’, de Tomás García Asensio, una muestra que aborda “las letras de nuestro abecedario” desde la personal mirada y reflexión del artista onubense, y que ha sido inaugurada por la diputada de Cultura, Lourdes Garrido, y el propio autor.
La muestra está integrada por cuadros geométricos y coloristas, como es habitual en la obra de García Asensio, si bien en este caso, excepcionalmente, son representativos, porque representan letras. “Aunque hay que reconocer que las letras son poco exigentes en materia de representación, a poco que se afane uno resultan reconocibles, y por ello representadas. Y al hablar de representación queda implicado necesariamente el realismo. Pero no un realismo al uso, sino un extraño realismo”, explica el autor.
Como las letras representan a su vez sonidos, y estas están pintadas, se puede afirmar que se trata de “sonidos pintados”, concepto que da título a esta propuesta expositiva.
Para el creador, uno de los grandes nombres del constructivismo español, “lo importante son los cuadros en sí mismos, el modo en que están pintados, y no importa tanto lo que esté representado, que es un mero pretexto. Verdaderamente es lo que ocurre siempre, porque cada cuadro trasciende con mucho lo que representa”. Pero aún siendo lo de menos, en el caso ‘de la A a la Z’ sí que importa, “porque las letras tienen una singularidad, representan sonidos, es decir, son puentes entre lo visual y lo auditivo”.
La exposición consta de 29 piezas de letras independientes entre ellas -configurando entre todas un alfabeto- y un par obras de cuatro letras asociadas dos veces en una palabra: «AMOR», en homenaje al pintor del estilo pop Robert Indiana.
Tomás García Asensio también se refiere a “asunto polémico” presente en la muestra “porque cuando pinté este abecedario existían dos letras que hoy ya no existen, la che y la elle. Dos signos gráficos para dos fonemas, es decir, sonidos portadores de significado”. Actualmente la Real Academia ha eliminado las letras, con el argumento de que no son letras propiamente, sino meros «dígrafos». El artista se pregunta “¿Y no es un dígrafo la W? que además es claramente foránea ¿Por qué la mantienen entonces? La razón de ser de esas letras modificadas con otra letra o con una tilde es que de ese modo se designan sonidos alargados derivados de otros más cortos: la che es una ce larga, la elle una ele larga y la eñe una ene larga. A esta última la representaron coronando con una tilde la ene ¿y por qué en vez de eliminar la che y la elle no le pusieron tildes a la ce y a la ele?”.
Para responder a esta cuestión el pintor recurre al poder del arte, “ofreciendo a nuestros visitantes versiones de las letras regulares, también de las proscritas CH y Ll y de sus formas inventadas: C y L con tilde”. Según indica, “al idear esta colección de cuadros de letras quedé fatalmente atrapado en el campo magnético del Pop Art. Pero es que al inventarme últimamente estas dos letras, la che y la elle como C y L con tildes me he precipitado en el campo magnético del surrealismo”.
El que las letras sean dibujos se suele considerar un aspecto menor, indispensable pero menor. Salvo en los campos de las artes gráficas y de la publicidad. Esto es lo que ocurre en el ámbito cultural de las lenguas occidentales y por ello de la española. Pero no en el de otras lenguas como la china y en la musulmana, por ejemplo, en las que la caligrafía es un Arte con mayúsculas.
La exposición ‘de la A a la Z 29 sonidos pintados’, permanecerá abierta en la Sala de la Provincia de la Diputación hasta el 30 de abril de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas de lunes a viernes y de 10.00 a 14.00 horas los sábados.
Sus obras en el Reina Sofía. Las obras de Tomás García Asensio forman parte de colecciones públicas y privadas, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que adquirió varias de sus piezas en la última edición de ARCO.
El artista onubense se encuentra entre los primeros del constructivismo español, nacidos en buena parte en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid de los años 60. En su obra trabaja el plano, la escultura y la instalación, con una poética cromática en la que todas las combinaciones son posibles, por lo que la geometría puede hacerse infinita como un caleidoscopio sin fin. ‘Pinturas exentas’ llama el artista a sus formas tridimensionales sobre tabla, donde muestra todo un sistema seguido con rigor a la hora de aplicar los colores. García Asensio es un buen lector del filósofo Wittgenstein al que se debe el concepto de “juego de lenguaje”.
Cada objeto de sus exposiciones es una “oración cromática” de su particular juego de lenguaje. “Los protagonistas de la exposición son los coloridos. Los colores son componente indispensables, como también son indispensables, aunque secundarios, todos los objetos artísticos que son los soportes materiales de los colores”, explicar el pintor.
Un heterónimo de Tomás García Asensio es SALTÉS, denominación claramente onubense, que desde los primeros años de los 70 viene dibujando viñetas satíricas. Más de mil dibujos en revistas de humor como Hermano Lobo o La Codorniz y en otras de información general como Triunfo.