HBN. Uno de los actos principales del 1er. Centenario del Colegio Francés, el macro-encuentro de alumnos de todas las épocas, se ha celebrado en la sede actual del centro, el Colegio Molière, situado en el Paseo de la Glorieta, calle Julio Baroja. A la convocatoria asistieron centenares de antiguos alumnos, de los que estudiaron o bien en la antigua Escuela Francesa o ya con la denominación de Colegio Molière.
Muchas son las distintas promociones de esos antiguos alumnos que se han puesto en contacto los unos con los otros para no perderse tan histórica cita y que, gracias al evento, han podido reencontrase 10, 20, 40 o 50 años después de haber dejado el colegio. Muchos han venido de otras provincias e incluso del extranjero.
El acto comenzó a las 12 del mediodía con la apertura de las puertas del Colegio Molière. Hasta las 13.00 horas, los participantes tuvieron la oportunidad del primer reencuentro, de visitar el nuevo colegio aquellos quienes no lo conocían. Varias exposiciones se habían preparado al efecto, entre las que se encontraba una de fotografías antiguas recorriendo la vida de los miles de onubenses que han tenido la suya vinculada al Colegio Francés.
A continuación, la actual directora del centro, Inmaculada Gómez, saludó a los presentes y se reconoció impresionada y agradecida por la presencia de tantos ex-alumnos. La palabra fue posteriormente tomada por Pilar Gallango, la directora que predecedió a la actual, y siguió a la mítica Madame Ivonne Cazenave.
Gallango, emocionada, habló brevemente de sus sentimientos en un día como el que se estaba viviendo, indicando que entró como alumna en la década de los 40. Quiso recordar entre tantas figuras memorables precisamente a Madame Cazenave, Mademoiselle Ivonne, Maruja Beviá y José Jiménez. Entre otros antiguos alumnos que tomaron la palabra, lo hicieron Raquel Naranjo, presidenta de la asociación de antiguos alumnos y actual profesora, Pepi Izquierdo y Mª Isabel del la Roca.
La organización del evento ha sido realizada por el citado colectivo de ex-alumnos y la propia asociación que sustenta a la entidad educativa, una sociedad de enseñanza que es la más antigua que existe en Huelva y que está presidida por el antiguo alumno y hoy abogado José María Mora.
Tras las intervenciones se procedió a entregar un obsequio conmemorativo a las alumnas más longevas de los presentes, Mercedes Rofa y Carmen Díaz, esta última acompañada por su hijo, y también antiguo alumno, Guillermo Hexamer, y su nieto Guillermo. Carmen Díaz, con 92 años, entró en el colegio en 1931, recién instaurada la II República Española.
A continuación, se descubrió una réplica del azulejo que lució la antigua Escuela Francesa en su fachada principal y que textualmente dice: “Societé Française de Bienfaisance et D´Enseignement de Huelva. ÈCOLE FRANÇAISE”. Esta placa preside desde hoy el hall del nuevo colegio, conectándolo visualmente con el entrañable situado en la calle San Andrés.
Los antiguos alumnos, además, entregaron al colegio un azulejo conmemorativo del macroencuentro y que será colocado debajo de la emblemática campana que el colegio Francés utilizaba para llamar a los estudiantes para entrar o salir de clase, para el recreo o para el inicio o final de la jornada.
Una vez finalizado el acto central, los participantes pasaron al patio del colegio, momento en el que la lluvia afortunadamente ya había dado un respiro a nuestra ciudad. A lo largo de la tarde tuvo lugar una animada convivencia entre los antiguos alumnos presentes.
La historia de esta institución onubense comienza en 1917, pero tiene su antecedente principal en 1904, cuando el director de la Sociedad Francesa de Piritas de Huelva, Víctor Prevost, y el apoderado de la misma, Charles Marchal, fundan la Société Française de Bienfaisance de Huelva.
La Sociedad Francesa de Piritas se había constituido en 1899 y, como vemos, tan solo cinco años desde el comienzo de su explotación en varias minas de Huelva -entre ellas, Aguas Teñidas, Perrunal y Lomero-Poyatos-, ya desarrollaba actuaciones de responsabilidad social a través de la asociación creada.
En 1917, con la ayuda de destacados franceses radicados en Huelva y otras compañías mineras, la asociación instituyó y puso en funcionamiento en la calle general Bernal, nº14 -antigua y hoy calle La Fuente- L´École Française de Huelva, que inicia su docencia en octubre de ese año.
Pero no solo fueron franceses los que posibilitaron la creación de este emblemático centro de enseñanza. Un importante número de destacados personajes de Huelva estaban en su núcleo fundacional, además de franceses, españoles, ingleses y alemanes.
Manuel Pérez de Guzmán, por ejemplo, que fue presidente del Puerto, de la Cámara de Comercio y de la Real Sociedad Colombina, estaba entre ellos, así como Guillermo Poole, Emilio Cano, Matías López, Guillermo Duclós, José Muñoz, Elena Wishaw, Pedro Blanch, John Catlin, José Tejero y una larga lista de principales referentes de la economía, cultura y sociedad de la Huelva de entonces. Como curiosidad, en la calle General Bernal estaba también entonces la Escuela Normal de Magisterio de Huelva, en el número 18.
Desde el curso 1936-37 hasta su fallecimiento en 1975, la dirección del Colegio recayó en Madame Ivonne Cazenave, a quien se le otorgó el nombre de la plaza junto al Colegio, y en la que se erige un monumento desde 1988. Madame Ivonne en sus casi 40 años dirigiendo el Colegio, dejó huella en todos y cada uno de los alumnos que la conocieron. El respeto y admiración que generaba en los estudiantes era muy especial. La sucedió en el cargo Pilar Gallango, que siguiendo su estela estuvo desde entonces como directora hasta que se jubiló en el año 2000.
El proyecto se desarrolla y se consolida, de modo que en 1932, y con la ayuda del Gobierno Francés, se adquiere un local más importante, el antiguo hospital de la Compañía de Río Tinto, construido en 1884, y situado en la calle San Andrés. Además, el 14 de septiembre de 1932, la Société Française de Bienfaisance de Huelva se transformó en la Société Française de Bienfaisance et d´Enseignement de Huelva. En la calle San Andrés estuvo el colegio 55 años, y en 1988 pasó a las nuevas instalaciones del Colegio Molière, en la calle Julio Caro Baroja.