HBN. Ayamonte es la localidad natal de Manuel Tirado Fernández y Juan Manuel Franco Fernández, dos primos hermanos enamorados de su tierra, de la que nunca han querido salir, y en la que han formado sus respectivas familias.
Manuel está casado y tiene tres hijos. Estudió en el Colegio Entrepinos, al igual que Juan Manuel, quien también tiene esposa y dos niños. Ambos realizaron los Estudios de Ingeniería Técnica Agrícola, aunque sólo Franco la terminó; su amigo tuvo que dejarla por problemas familiares y ponerse a trabajar en el sector comercial.
Pero a ambos siempre les había llamado la atención la cocina, de hecho habían realizado cursos de esta temática, y hace unos 15 años se unieron para poner en marcha un negocio juntos, el Catering El Auditorio, del que Tirado es jefe de sala y Franco de cocina.
En su día a día, Manuel compagina además este empleo con otro, el de encargado general de otro negocio familiar, la fábrica de conservas Pesasur.
Entre tanto trabajo, Tirado siempre encuentra un hueco de su tiempo para dedicarlo a lo que más le importa: su familia. Estar con ella y los amigos y salir a pescar con sus hijos, una de sus grandes aficiones, siempre le arrancan una sonrisa. Son esos instantes felices que tanto valora, especialmente porque al tener un trabajo que le ocupa fines de semana y festivos las ocasiones para pasar tiempo con los suyos suelen escasear.
Pero en este sentido, Manuel reconoce que el esfuerzo se compensa con la satisfacción de que todo salga bien, porque «eso también te da felicidad», explica.
Y es que la filosofía de Manuel y su socio es muy clara: contribuir a hacer felices a las personas en esos días únicos, en esas celebraciones con amigos, familiares o compañeros de profesión. “Que tu momento sea el más feliz del mundo, en lo que a celebraciones se refiere, es el fundamento de nuestro trabajo. Nosotros ayudamos por todos los medios a que, por ejemplo, en una boda, la pareja consiga que su día sea el más feliz de su vida, y lo hacemos buscando la excelencia en lo que a nosotros nos compete: la comida, el servicio, la atención personalizada…”, explica Manuel Tirado.
Cuando las cosas se hacen bien, además de repartir alegrías entre los protagonistas y asistentes, Manuel recibe un gran premio, la satisfacción, además de agradecimientos que siempre lo emocionan. Como él mismo comenta, “me pongo muy contento cuando nos dicen que todo ha sido un éxito, o cuando me paran por la calle para felicitarme porque la comida estuvo genial”.
Tirado y Franco pusieron en marcha el catering buscando dar respuesta una inquietud que siempre les había acompañado: la hostelería. Quisieron realizarse en este sentido y vieron la oportunidad hace ya 15 años, cuando el Auditorio Amador Jiménez de Ayamonte, un antiguo matadero, fue restaurado por el Consistorio local y se le buscó el nuevo uso de salón de celebraciones. Las casas de los dos primos hermanos se encontraban en la misma zona donde se ubica el edificio municipal, y acabaron haciéndose con la concesión del salón. Así empezó su andadura. Constituyeron la empresa de catering e instalaron sus oficinas en un local aledaño al del Auditorio.
Al principio, organizaban sobre todo eventos en Ayamonte, pero su fama se extendió por la provincia de Huelva y Sevilla, entre otros territorios, y ahora aseguran que el 80% de las celebraciones que les encargan se desarrollan fuera del municipio costero. “Cada día más se tiende a organizar actos en fincas, casas particulares, etc. La temporada fuerte es desde marzo a final de octubre. Nosotros trabajamos mucho bodas y comidas particulares, monterías en invierno, congresos, recepciones de empresas, comuniones, eventos oficiales, cócteles, etc.”, explica Manuel Tirado.
Trabajar en lo que más les gusta es un motivo de felicidad para los ayamontinos, pero además se sienten muy contentos de poder llevar allí donde van la gastronomía de su tierra. Y es que reconocen que realizan un tipo de cocina tradicional, de elaboración propia y con materia prima de la zona, pero dándole un toque innovador.
Tirado destaca que “como somos de Ayamonte y nos tira la tierra, trabajamos mucho el pescado, que es un reto cuando hablamos de grandes eventos, y también el arroz al estilo de Punta del Moral, que tiene mucha demanda, y que a pesar de ser muy complicado servirlo en su punto, a nosotros nos sale exquisito”.
Por otro lado, Manuel afirma que hay otro factor por el que se siente especialmente feliz de haber puesto en marcha El Auditorio: el poder ayudar a jóvenes a pagarse sus estudios. «Muchos de nuestros empleados han conseguido pagarse la Universidad gracias a su trabajo en el Catering. Nuestra plantilla empezó siendo gente muy joven, formada por nosotros, y ahora terminan sus carreras –el 70% tiene formación universitaria- y siguen queriendo forman parte de nuestra familia. Por ejemplo, los tres maîtres son licenciados en Ciencias Ambientales y, hoy día, uno de ellos tiene su trabajo, pero está en El Auditorio los fines de semana, y los otros dos acaban de terminar en la Facultad”.
También cabe destacar que el mismo cariño con el que gestionan a su personal es el que ponen cuando organizan celebraciones en espacios al aire libre. Y es que Juan Manuel y Manuel son grandes amantes de la naturaleza, siendo una de sus máximas “dejar los sitios igual o mejor de cómo estaban cuando trabajamos en exteriores”, explica Tirado.
Cuidar el medioambiente, que forma parte de los propósitos o intenciones del Día de la Felicidad, les toca de cerca a estos ayamontinos, ya que la hermana de uno de ellos es científica en Greenpeace y siempre vela por que El Auditorio cumpla su compromiso de sostenibilidad.
Después de 15 años, Tirado y Juan Manuel no se arrepienten de haber apostado por su realización personal, de haber sido valientes y aventurarse a hacer lo que su corazón les dictaba. Los ratos con la familia y la satisfacción personal que obtienen de su labor llenan plenamente a estos inquietos ayamontinos, que forman parte del recuerdo de días felices de muchas personas.