La oncóloga almonteña Victoria Aviñó, el amor hacia una profesión que salva vidas

La doctora onubense Victoria Aviñó.
La doctora onubense Victoria Aviñó.
La doctora onubense Victoria Aviñó.
La doctora onubense Victoria Aviñó.

Rosa Mora. «Muchas cosas no pueden solucionarse, pero todas, incluidas el dolor, pueden mitigarse, moderarse y paliarse. Es una lucha conjunta». Las palabras de la doctora onubense Victoria Aviñó transmiten optimismo, dedicación, compromiso y, sobre todo, una profunda pasión por una profesión, la Medicina, que empezó a conocer de cerca cuando aun era una niña, y en su propia casa. «Mi padre era médico de familia y hasta la fecha es el médico más preparado e inteligente que he conocido. Mis primeros recuerdos en la infancia son suyos atendiendo a pacientes y los primeros sentimientos que recuerdo son también de fascinación y admiración mientras lo observaba», nos cuenta orgullosa esta profesional de Almonte, reconocida recientemente en su propio pueblo con uno de los Premios Andalucía Almonte. 

La Dra. Aviñó, junto al Dr. Juan Bayo, jefe de Oncología del Complejo Hospitalario de Huelva.
La Dra. Aviñó, junto al Dr. Juan Bayo, jefe de Oncología del Complejo Hospitalario de Huelva (Hospital Juan Ramón Jiménez).

Licenciada en Medicina por la Universidad de Sevilla, la onubense es oncóloga médica del Complejo Hospitalario de Huelva (Hospital Juan Ramón Jiménez), con labor asistencial centrada en consulta de tumores de origen digestivo. Este trabajo diario, la profesional sanitaria lo compagina con su labor como investigadora, el cual ha sido reconocido por diversas instituciones. En esta línea, su proyecto titulado ‘Estudio epidemiológico del cáncer colorectal (CCR) en la provincia de Huelva en el año 2014′ le hizo ser merecedora el pasado año del I Premio de Investigación Médica de la Fundación Ángel Muriel. Asimismo, recientemente la prestigiosa revista americana Future Medicine ha publicado un caso clínico elaborado por la Dra. Aviñó y compañeros sanitarios de la profesional almonteña.


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«Cada paciente es una batalla, yo soy optimista con cada una de ellas. Mientras los pacientes continúen luchando, nosotros iremos de la mano«, cuenta a Huelva Buenas Noticias esta doctora onubense. 

La Dra. Aviñó, recibiendo el Premio Andalucía Almonte.
La onubense, recibiendo el Premio Andalucía Almonte el pasado mes de febrero. 

– ¿En qué momento decidiste estudiar Medicina? 
– Creo que desde siempre supe que quería ser médico, aunque no fui consciente de ello hasta el instituto. Mi padre era médico de familia y hasta la fecha es el médico más preparado e inteligente que he conocido. Mis primeros recuerdos en la infancia son suyos atendiendo a pacientes y los primeros sentimientos que recuerdo son también de fascinación y admiración mientras lo observaba. Ya en el instituto estudiando biología, química… que me encantaban, lo tuve claro.


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La Dra. Aviñó, siendo galardonada con el I Premio de Investigación Médica de la Fundación Ángel Muriel.

– Y la Oncología Médica, ¿Qué te llevó a decantarte por esta especialidad?
– Pues, sinceramente, hasta quinto año de carrera prácticamente no la conocía, sólo las bases biomoleculares y poco más. Ya en cuarto estudiando Farmacología Clínica me interesé bastante por los nuevos fármacos que se estaban desarrollando para tratar neoplasias -tumores-, me atrajo muchísimo. Y en quinto, por fin, tuve Oncología Médica y prácticas. Creo que fueron las prácticas y el trato con los pacientes y los familiares, junto con la inquietud ante todo lo que queda por descubrir, lo que me hizo decidirme por esta especialidad. La gente se sorprende, a veces piensan que los oncólogos nos decidimos por esta especialidad porque no tenemos nota para elegir otra, cuando realmente tienes que estudiar muchísimo para optar a una plaza tras realizar el MIR, y tienes que seguir estudiando muchísimo cuando te formas durante la residencia, más aún todavía cuando ya eres oncólogo adjunto. Me encanta mi especialidad, me alegro a diario de elegir lo qué elegí.

El agradecimiento que recibe de pacientes y familiares es la mayor recompensa para la profesional sanitaria.
El agradecimiento que recibe de pacientes y familiares es la mayor recompensa para la profesional sanitaria.

– Tratas en tu día a día con el dolor, no debe ser fácil acostumbrarse a ciertas situaciones.
– Trato con el dolor y con otras muchas cosas que no son médicas. Cada paciente y todos sus familiares tienen detrás de su enfermedad neoplásica problemas sociales, psicológicos, económicos… para los oncólogos la parte médica y la científica aun siendo compleja es la más fácil. Nuestra especialidad tiene detrás toda esa parte “no médica” que es más difícil de abordar. No nos acostumbramos ni al dolor ni a toda la parte “no médica”. Muchas cosas no pueden solucionarse, pero todas, incluidas el dolor, pueden mitigarse, moderarse y paliarse. Es una lucha conjunta.

Es importante la participación de la Unidad al completo para poder ayudar a tratar estos aspectos. Nuestro equipo está formado por más de 90 personas: auxiliares en consulta, enfermería en planta y en hospital de día, técnicos, entre muchos otros. Todos son fundamentales y nos ayudan muchísimo con los pacientes.

El Hospital Juan Ramón Jiménez, principal centro del complejo onubense.
El Hospital Juan Ramón Jiménez, principal centro del complejo onubense.

– La investigación está muy presente también en su carrera profesional, ¿Siempre tuviste claro que querías invertir parte de tu tiempo a la investigación?
– Siempre, creo que una vez que decides ser oncólogo, asumes enfrentarte a muchas cosas que están por descubrir, asumes estudiar día a día todo lo que va apareciendo y aportar tu granito de arena. Es cierto que hay áreas como la nuestra, en Andalucía y en Huelva, dónde es más complicado que en otras. En casi todos nuestros centros nos contratan para atender pacientes. Muchas veces has completado tu horario, pero todavía sigues atendiéndolos, así que, obviamente tienes que sacar tiempo para investigar fuera del ámbito profesional, siendo necesario invertir parte de tu vida personal. Nadie te va pagar por eso, nadie te va a motivar para que lo hagas, pero lo cierto es que lo hacemos, y la gratificación cuando obtienes los resultados hace que te olvides de todos los puntos negativos.

Yo me formé en Huelva porque quería ser oncóloga aquí, quería investigar y cambiar cosas en mi provincia, me dio igual saber que lo haría restando horas de mi vida personal. Conté durante la residencia con el Dr. Juan Bayo , antes mi tutor y ahora mi jefe. Yo tenía inquietudes pero fue él quien impulsó mi actividad científica durante la residencia. Me sigue ayudando lo mismo ahora que ya soy adjunta, es aún más tenaz y perseverante que yo. Cuando estoy abatida y agotada, cosa que siempre ocurre en mitad de un estudio, siempre tiro de él, es un buen apoyo.

La investigación está muy presente en la trayectoria profesional de la Dra. Aviñó.
La investigación está muy presente en la trayectoria profesional de la Dra. Aviñó.

– Han sido varios los proyectos de investigación que has liderado, y muchos otros en los que has participado, ¿Cuáles destacarías?
– Creo que es importante saber lo que ocurre en nuestro medio para saber qué cosas podemos modificar para mejorar la supervivencia y la calidad de vida de nuestros pacientes. En relación a esto, recientemente hemos realizado un estudio en pacientes con cáncer de mama tratadas con un protocolo de quimioterapia específico, quisimos analizar los efectos secundarios que presentaban porque percibíamos que se producían muchos ingresos tras su administración. Este estudio nos permitió saber que ocurrían neutropenias -bajadas de defensas- en un porcentaje más elevado de lo que se describía en el ensayo clínico que se aprobó la medicación. Esto deterioraba mucho la calidad de vida de las pacientes. Así que instauramos un tratamiento previo a la quimioterapia para evitar que esto continuara sucediendo.

Actualmente estoy centrada en un estudio sobre pacientes diagnosticados en nuestra área de cáncer de colon. Hace unos años percibimos que la incidencia y la mortalidad para esta esta patología tan frecuente, se iba incrementando en nuestra provincia. Decidimos analizar estos datos para saber si era una percepción o una realidad. También creímos fundamental conocer otros factores cómo cuáles son los síntomas de alarma que presentan nuestros pacientes, cuánto es el tiempo medio que pasa desde que tiene esos síntomas hasta que se diagnostican y se tratan… Hemos enfocado el estudio de tal manera que no solo obtengamos información sobre lo qué está ocurriendo, sino que esta información podamos invertirla en tomar medidas para cambiar nuestra realidad y mejorar la situación de nuestros futuros pacientes. Llevamos casi dos años recogiendo y analizando pacientes y esperamos presentar los datos en unos meses. Sin duda, sin mi equipo -la Dra. Fajardo o la Dra. Bolaños- está compuesto por oncólogos, epidemiológos y estadísticos, entre otros, esto no habría sido posible. Agradecer también a la Fundación Ángel Muriel que, de forma desinteresada, premiara mi estudio y ayudara de forma económica a su realización.

Recientemente nos han publicado un caso clínico en la revista americana Future Medicine. Es algo nuevo para el servicio, hemos cruzado el charco por primera vez como investigadores principales [ríe]. No puedo explicar la ilusión que me hizo poder comprobar que estábamos ya en la revista del mes de marzo de este mismo año, además de forma casual. 

– Por ellos has recibido también destacados reconocimientos, ¿Qué suponen para ti estos premios?– Son una gratificación inmensa. Cuando estoy de madrugada o durante el fin de semana estudiando o recogiendo datos mientras la gente duerme o está en la playa, me viene muy bien acordarme de ellos, pero el reconocimiento más importante es el de los pacientes y sus familiares, sin él no podría ser oncóloga ni dedicarle las horas que le dedico a la investigación, por muchos reconocimientos que recibiera del otro tipo. Son un aliciente y estímulo continuos.

Victoria Aviñó se muestra optimista de cara al futuro.
Victoria Aviñó se muestra optimista de cara al futuro.

– Y el último, el que te han concedido en tu pueblo, Almonte. El hecho de que sean tus vecinos quienes reconozcan tu trabajo debe vivirse de una forma más especial, ¿No es así?
– Claro, una cosa son premios dentro del ámbito de la investigación, por un estudio en concreto o por un caso clínico particular, y otra cosa es que te reconozcan por tus cualidades personales como médico, por tu labor humana, que me parece incluso más importante que la labor científica y, encima en tu pueblo. Me parece increíble, me emocioné muchísimo.

– Victoria, ¿Cuáles son tus aspiraciones?
– Tengo una aspiración que comparto con todo el equipo de la Unidad Oncológica en Huelva, y es mejorar día a día nuestra Unidad. Cuando miro atrás y veo el cambio, me sorprendo. Vamos mejorando de una forma exponencial, en cuanto a atención del paciente, investigación, recursos…  supone mucho esfuerzo por parte de todos, pero la recompensa es increíble. No obstante, no somos conformistas y nos quedan áreas de mejora en las que continuamos trabajando sin descanso para mejorar nuestra Unidad año a año. Mi aspiración personal es mejorar día a día como médico, cómo oncóloga y como investigadora.

– Trabajar con enfermos que padecen cáncer, aunque duro, debe haberte hecho ver la vida con otros ojos.
– Sin duda, siempre lo digo: ser oncólogo puede suponer dos cosas, una, que te supere muchas veces el sufrimiento y afecte negativamente en tu vida personal, y la otra es que salgas de la consulta y valores mucho más la vida, te sientas más positivo y en definitiva seas más feliz. Es una especialidad que requiere mucha psicoterapia, no puedes dar apoyo si no estás cargada de fuerza y de energía positiva. Eso muchas veces es difícil, tenemos que desconectar. Cada oncólogo lo hace de una manera distinta, yo me voy a la playa y viajo mucho.

– ¿Hay razones para el optimismo?
– Cada paciente es una batalla, yo soy optimista con cada una de ellas. Mientras los pacientes continúen luchando, nosotros iremos de la mano. Necesitamos más medios e infraestructuras, pero la atención actual es ya muy aceptable; y seguimos mejorando poco a poco. Además, la sociedad se va concienciando, cada vez hay más prensa, publicidad, asociaciones y fundaciones que reconocen nuestra labor. La falta de inversión es un gran lastre, esperemos que los recientes movimientos sociales den sus frutos. Aun así, continuamos necesitando más implicación de los medios de comunicación, de las instituciones sanitarias, de los poderes públicos, del mundo empresarial, de los agentes sociales, de las asociaciones y de la sociedad onubense. Necesitamos su ayuda para fomentar la prevención, la vida saludable, la investigación médica, el aumento de los recursos sanitarios, y el apoyo a los pacientes y sus familias. Que cada uno de nosotros ponga su granito de arena para que así entre todos podamos evitar mucho sufrimiento en el futuro.

– Muchas gracias. 

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