Mari Paz Díaz. El descubrimiento de siete exoplanetas similares a la Tierra en zona habitable, en un sistema estelar a 39 años luz, ha dado la vuelta al mundo. Un hallazgo científico sorprendente que ha tenido una trascendencia internacional, dada su importancia astronómica. En clave onubense, la cuestión resulta más sorprendente después de conocer que un joven investigador de la provincia de Huelva ha entrado a formar parte del equipo de científicos responsable de esta revelación, gracias a una beca postdoctoral Marie-Curie de la Universidad de Lieja.
Su nombre es Francisco José Pozuelos Romero, conocido como Fran en el ámbito laboral y por Curro en su Punta Umbría natal. Un joven científico de 33 años de edad, que es todo un experto en cometas y en la dinámica celeste. Una noticia que puede resultar sorprendente, pero totalmente comprensible si tenemos en cuenta la trayectoria profesional de este onubense, que, a pesar de su juventud, ha alcanzado grandes cotas a la hora de conocer los secretos del universo.
Una trayectoria que se iniciaba cuando a los 18 años se marchó de Punta Umbría para estudiar Física en la Universidad de Sevilla. Ya en el último curso de la carrera comenzó a especializarse, cuando obtuvo una beca para trabajar en el Departamento de Física Nuclear de la Universidad París Sud XI, donde estuvo trabajando durante 4 meses en un proyecto denominado ‘Atlas’, que se encargaba de la búsqueda del bosón de Higgs en el CERN, lugar que tuvo que visitar en varias ocasiones. La experiencia, según nos cuenta, «fue perfecta, aprendí muchísimo y, al final, me ofrecieron quedarme con ellos para hacer el doctorado, pero entonces supe que si aceptaba no podría dedicarme a la astrofísica, que había sido mi sueño desde el principio«. Así que, a pesar de ser muy atractiva, rechazó la propuesta y regresó a España.
Una vez en España, Francisco solicitó una beca predoctoral con la que entró a formar parte de un grupo dedicado al estudio de cometas del Instituto de Astrofísica de Andalucía, situado en Granada. Gracias a esta oportunidad, este puntaumbrieño estuvo seis años en Granada, donde hizo un Máster en Física y Matemáticas, para luego doctorarse en Astrofísica, centrándose en los cuerpos menores del Sistema Solar (asteroides, cometas, etcétera). Ya entonces, en su cuarto año en la ciudad granadina, comenzó a verse que los exoplanetas serían el futuro de la investigación en Astrofísica, al menos, durante las próximas dos o tres décadas. Así que, «tuve la idea de adaptar y mejorar algunas de las cosas que había hecho en mi tesis doctoral sobre dinámica a este nuevo campo y pasé los siguientes dos años de postdoctorado -primero en el Instituto de Astrofísica de Andalucía y después en la Universidad de Granada- con cometas e iniciándome en exoplanetas», tal y como nos comenta. Además, durante este tiempo, le concedieron una beca de tres meses para trabajar en la Agencia Aeroespacial Alemana, situada en Berlín, dentro del proyecto ‘Plato 2.0.’, en referencia al nombre de un telescopio espacial europeo que se lanzará en 2025 para estudiar exoplanetas que orbitan estrellas brillantes a un nivel único.
En esta situación se encontraba cuando Francisco José recibió en mayo de 2016 la noticia de que le habían concedido una beca postdoctoral Marie-Curie para trabajar con el grupo de ‘Trappist’, en la Universidad de Liège, equipo al que se incorporó el pasado mes de enero de este año 2017, tal y como nos cuenta en esta entrevista concedida a Huelva Buenas Noticias, donde desgrana su labor en el control y observatorio de los telescopios Trappist, donde trabaja cada día con los expertos responsables del hallazgo de los exoplanetas.
-Francisco, ¿cómo y por qué te iniciaste en el mundo de la astrofísica?
-Hubo un punto de inflexión para mí cuando en el verano de 1997 apareció el cometa Hale-Bopp en el cielo. Yo tenía 14 años y pasaba las noches con mis amigos en la playa. Me quedaba maravillado y miles de preguntas me venían a la cabeza: ¿Qué es? ¿De dónde viene? ¿Volverá? ¿Por qué brilla? El problema es que no vivíamos en la era de Internet, donde todas las respuestas están a un click de distancia en nuestros móviles. Todos los días me iba al kiosco del Poni, junto al ayuntamiento, a ver si algún periódico había publicado algo nuevo sobre el cometa. Me causó tal impresión este evento que mi madre, que es una gran pintora, me hizo un cuadro de este cometa, que acabó siendo la portada de mi tesis doctoral. Y mi padre me compró un póster del cometa visto desde el desierto de Arizona, el cual, desde entonces, ha estado siempre conmigo, en todas las ciudades que he vivido. El apoyo de ellos ha sido fundamental en mi carrera. El invierno siguiente rescaté un viejo telescopio de mi abuelo que andaba por casa. Era bastante pequeño, pero suficiente para ver el relieve de la superficie lunar. Me iba a escondidas a la playa las noches de luna llena para usarlo. Pero se me quedaba chico. Demasiadas cosas que ver. Necesitaba un telescopio más grande. Decidí en aquella playa que me dedicaría a ello. Y he tenido suerte de poder hacerlo realidad.
-¿Cuáles son los principales temas de investigación que has desarrollado en este campo?
-En mi tesis doctoral me centré en la relación existente entre la actividad de los cometas y su evolución dinámica. Los cometas son sumamente interesantes, ya que éstos son los ladrillos con los que se construyó el Sistema Solar, son cápsulas del tiempo. Su estudio ayuda a responder preguntas como ¿de dónde viene el agua de los océanos de la Tierra?, ¿Es “la vida” autóctona de nuestro planeta, o vino transportada desde algún otro lugar?, ¿Son la causa de extinciones masivas en nuestro planeta y representan un peligro para nosotros? Una vez acabé la tesis seguí con la línea de investigación cometaria, pero añadí además la de exoplanetas, que es un tema apasionante y que está en pleno auge. En este campo empecé a trabajar en dinámica celeste. Es importante entender que cuando se descubren nuevos sistemas planetarios, lo que estamos viendo es una imagen congelada en el tiempo, y para comprender lo que estamos observando es necesario estudiar la dinámica del sistema. Por poner un ejemplo fácil de entender, la vida en la Tierra no sería posible sin la estabilidad dinámica de la que goza nuestro Sistema Solar. Eso, entre otras cosas, es lo que buscamos en esos nuevos sistemas.
-Ahora te has incorporado al equipo de científicos de carácter internacional de la Universidad de Lieja.
-Sí. En enero me incorporé al equipo del Dr. Gillon y Dr. Jehin, los artífices del descubrimiento del famoso sistema planetario Trappist-1, en la Universidad de Liège (Bélgica). Mis tareas de investigación son las mismas que antes, es decir, los cometas y exoplanetas. Pero he sumado la de la observación. El grupo cuenta con dos telescopios, los famosos Trappist-Sud y Trappist-Nord, cada uno cubriendo un hemisferio. Todas las noches hacemos observaciones, con turnos de aproximadamente de 10 días. He tenido suerte de que este grupo justo hace investigación en las dos cosas en las que tengo experiencia, con lo cual mi perfil encaja perfectamente aquí.
-¿Cuál es tu relación con el equipo que ha descubierto los exoplanetas?
-Son mi equipo de trabajo diario. El Dr. Jehin es con el que más horas paso. Los dos somos los únicos expertos en cometas del grupo y tenemos que organizar todas las observaciones, análisis de datos, colaboraciones, etcétera. El resto del grupo lo componen varios estudiantes de doctorado e investigadores de plantilla, entre los que se encuentra el Dr. Gillon, que desde que salió en la rueda de prensa de la NASA dando la noticia de Trappist-1 es como una estrella del rock. Éstos se dedican más a la parte de exoplanetas. Pero, al final, todos hacemos las observaciones de todos. Debatimos juntos los nuevos hallazgos y trazamos líneas a seguir.
-¿Cuál está siendo tu papel en este bonito descubrimiento que ha copado las portadas de los medios de comunicación de todo el mundo?
-Tengo la suerte de trabajar con el equipo que ha hecho el descubrimiento día a día y noche a noche. A todas horas. Aunque sólo dos personas están de guardia con los telescopios -uno con el del sur y otro con el del norte-, siempre estamos todos conectados por Skype, y a tiempo real nos vamos preguntando dudas que surgen. Al final siempre tenemos que estar muy, muy pendientes de los telescopios. Yo les llamo de broma mis Tamagochis, es lo último que miro antes de acostarme y lo primero al levantarme, y hay que tener mucho cuidado con que todo vaya bien. Como dice el Dr. Jehin, tratarlos con cariño. Por desgracia, cuando me incorporé al equipo en enero, ya habían descubierto el sistema planetario y, de hecho, estaban en trámites de negociación con la NASA para ver cuándo se hacía pública la noticia. De modo que no he tenido nada que ver en este descubrimiento, pero habrá otros. Todas las noches monitoreamos estrellas en búsqueda de nuevos planetas y cometas, con lo cual la cantidad de datos que tenemos es enorme. En cualquier caso, me gustaría decir que el descubrimiento de los planetas en Trappist-1 no es un descubrimiento de la NASA. El descubrimiento ha sido una colaboración internacional, liderada por la Universidad de Liège, donde han participado instituciones como la Universidad de Cambridge, el MIT y un largo etcétera.
-Por tanto, habrás tenido que cambiar tu lugar de residencia…
-Ahora vivo en Liége con mi mujer, Silvia, una cantillanera guapísima e inteligentísima, a la que cuando le dije que me habían dado el puesto aquí no dudó ni un segundo en dejar su brillante carrera como ingeniera óptica para acompañarme en esta nueva aventura. A día de hoy, en Ciencia, para poder volver a España en un futuro es obligatorio haber estado en el extranjero trabajando. Hicimos las maletas y nos vinimos. Tengo mucho que agradecerle.
Estoy a unos 30 minutos de la universidad donde tengo mi despacho, pero los telescopios que tenemos que usar todos los días están a miles de kilómetros de aquí: uno en el desierto de Atacama (Chile) y otro en el Monte Atlas (Marruecos). Tenemos la suerte de usar un sistema de observación robótica que nos permite conectarnos desde cualquier parte para usar los telescopios. Estamos muy lejos de nuestra familia y amigos de toda la vida, pero la crisis en España ha hecho que miles de jóvenes salgamos del país, y para bien o para mal, tengo buenos amigos que están viviendo cerca de aquí. Hace que la distancia con nuestra tierra se lleve un poco mejor.
-¿En qué proyectos estás trabajando? ¿Hay alguno que sea de especial interés?
-Bueno, sé que no soy objetivo, porque todos mis proyectos me parecen interesantes. Es por lo que siempre digo que soy muy afortunado: trabajo en lo que me apasiona. En concreto, en el campo de los cometas estamos haciendo por primera vez una caracterización química, física y dinámica -todo a la vez- de una muestra de cometas especialmente brillantes, lo que nos dará claves para entender mejor el funcionamiento del Sistema Solar. En lo que a exoplanetas se refiere, estamos desarrollando un código de evolución para estudiar de una forma más precisa los sistemas que se están encontrando. Así, podremos entender cómo son realmente esos nuevos mundos que descubrimos.
-¿Cuál es tu sueño?
-A nivel científico, hay varios hitos que en las próximas décadas serán resueltos: saber si existe realmente un planeta extra en nuestro Sistema Solar, el famoso Planeta 9, y si hay vida en otro planeta. Las respuestas a ambas preguntas podrían cambiar nuestra concepción del Universo y de nosotros mismos. Estar involucrado en esos descubrimientos sería lo máximo a lo que puedo aspirar. Luego, a nivel personal, lo que me gustaría sería poder volver a España, lo más cerca posible de mi familia y amigos de toda la vida. Se echa de menos poder tenerlos cerca y me pierdo cosas importantes. Por eso, en navidades siempre hago un tour de visitas.
-Tu trabajo te impide venir mucho por Huelva. ¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra, de Punta Umbría?
-Me gustaría ir más, pero, de momento, no va a poder ser. Por desgracia, sólo voy dos o tres semanas al año. Por este motivo, lo que más echo de menos es la familia, amigos, comida y clima. Esto es innegable. Cualquiera que esté en el extranjero dirá lo mismo. Es cierto que las nuevas tecnologías ayudan mucho, pero no es igual.
Ver a mis padres tan sólo unas pocas veces al año, no es lo que me gustaría. Les echo mucho de menos, pero es la situación que le ha tocado vivir a mi generación si queremos trabajar en lo que tantos esfuerzos hemos puesto. Con respecto a los amigos, sientes que te pierdes muchas cosas, pero, siempre que vuelvo, cuadramos para cenar juntos y pasar aunque sea una noche de charla. Con la comida, las albóndigas de choco y los fideos con caballa de mi madre, espectacular. Sobre el clima, ¡qué voy a decir! Las infinitas horas de luz y esa playa donde he crecido.
-¿Algún mensaje a final para los onubenses?
-Que luchen por lo que realmente les gusta hacer, sin miedos. Y si ese camino les aleja momentáneamente de sus familia y amigos, que lo consideren una oportunidad para aprender. Estar fuera te abre mucho la mente, aprendes a entender nuevas culturas, otras formas de ver el mundo que ni siquiera te habías planteado. Y lo que considero más importante, nos ayuda a valorar los tesoros que tenemos en nuestra tierra.
2 comentarios en «El puntaumbrieño Francisco José Pozuelos entra a formar parte del equipo internacional de científicos que ha descubierto los exoplanetas»
el articulo es una maravilla, sobre todo me quedo con sus ultimas frases, en las que me lee la mente, a otro onunense que esta lejos por su pasion
Celebraría que el ejemplo de este científico de Punta Umbría, cundiera en mis paisanos de Huelva, sobre todo, en la magnífica juventud de que disponemos. Felicidades