A.R.E. El pasado 21 de septiembre conocíamos la noticia de que el bailaor y coreógrafo onubense Rafael Estévez se convertía en el nuevo director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía. Un reto que es a la vez un premio a la labor de este trabajador incansable, amante de la danza, del flamenco y de su tierra. Una ilusión que le llegaba, aunque muchos lo desconozcan, después de recuperarse de una de esas experiencias que te cambian la vida, la de estar al borde de la muerte.
Estévez tuvo el triste placer de ser el octavo caso documentado en el mundo de una extraña patología que lo llevó a desarrollar, a los 35 años, un trombo en la aorta que casi acaba con él y que hizo peligrar una de sus herramientas de trabajo, su pierna izquierda. Tras seis operaciones a vida o muerte, dos de ellas en días sucesivos, el artista consiguió dar esquinazo a la tragedia que lo perseguía y comenzó una dura recuperación.
El resultado es que, a día de hoy, Estévez sigue haciendo lo que más ama: bailar, aunque ahora reconoce que ha aprendido a afrontar el día a día con una sonrisa y que sólo permite que lo verdaderamente importante le afecte. Una importante lección de vida que se suma a las magistrales vinculadas al flamenco. Y es que el onubense es un ejemplo de energía, de fuerza, de tesón, de trabajo duro… ¡pero no se equivoquen! Ya lo era antes de que la adversidad se cebara con él.
Rafael empezó a bailar a la temprana edad de tres años, sabiendo desde el primer momento que aquello que le nacía sería a lo que consagraría su vida. Se formó tiempo más tarde con Rafael el Negro, Carlos Robles, Manolo Marín, Javier Cruz, Antonio Canales, Eva la Yerbabuena y Guillermo Weickert.
En 1996 se marchó a Madrid para estudiar en la Escuela de Flamenco Amor de Dios, perfeccionando luego su formación con maestros como Ciro y La China (flamenco), Rosa Ochoa (ballet clásico) y Merche Esmeralda, de cuya compañía llegó a ser primer bailarín.
También fue solista en la Compañía Pura Pasión, de Pino Sagliocco y Joaquín Cortés, y en la Compañía Manolete, además de formar parte de la de Antonio Reyes.
A lo largo de su trayectoria profesional, el onubense ha bailado en tablaos madrileños tan famosos como Casa Patas, Café de Chinitas y las Carboneras, y compartido escenario con artistas de la talla de Paco Toronjo, Milagros Menjíbar, La Tati, Manuel Soler, José Mercé, Juana Amaya, El Grilo, Niña de la Puebla, Isabel Bayón o el Ballet del Teatro Bolshoi de Moscú.
Rafael ha colaborado en tres discos y ha dirigido y coreografiado a artistas como Rocío Molina, Miguel Poveda, Daniel Navarro, Rubén Olmo, Mayte Bajo, Olga Pericet, Marco Flores, Manuel Liñán, Amador Rojas, Fuensanta la Moneta, Pastora Galván, Ana Morales o Concha Jareño, entre otros, poniendo en marcha los espectáculos Las mil y una noches (junto a Antonio Canales), Historias de viva voz (gala inaugural de la Bienal de Flamenco de Sevilla 2010), El baúl de los flamencos, Taranto y fandango de Lucena o Bayles de Jitanos, por citar sólo algunos ejemplos.
En 2003, el onubense fundó junto a Valeriano Paños, también bailarín y coreógrafo, Estévez / Paños y Compañía, una entidad que nació bajo un claro concepto: aunar tradición y vanguardia. Ambos han investigado desde entonces el movimiento, experimentando con las formas contemporáneas y las propias de las danzas españolas y el baile flamenco, dando origen este análisis a un lenguaje y concepto de danza y coreografía propio y característico con el que tratan de revitalizar la danza española y el flamenco, siendo referentes y fuente de inspiración tanto para las nuevas generaciones como para sus coetáneos.
Desde hace 14 años, Estévez y Paños han trabajado para infinidad de grandes artistas, además de haber coreografiado y bailado para importantes eventos como las Galas de la Danza en el Teatro Real de Madrid, la Gala Española de Danza en el Tokyo Forum Hall Expo Aichi y la Gala de la Danza Expo Zaragoza.
Asimismo, su manera de hacer las cosas ha quedado reflejada en espectáculos muy conocidos en los últimos años como Goyesca (Festival Suma Flamenca 2008); Flamenco Hoy de Carlos Saura; Romances (XVI Bienal de Flamenco de Sevilla); La Consagración (Premio Giraldillo a la mejor coreografía); La casa de Bernarda Alba; Bailables y Silencios.
Por otro lado, Rafael Estévez es académico de la Academia de las Artes Escénicas de España y, como ya se ha comentado, hace unos meses empezó una nueva etapa profesional como director artístico del Ballet Flamenco de Andalucía. Un hermoso proyecto que afronta «con una gran responsabilidad, fuerza, muchas ganas y mucha ilusión», según afirma el propio artista al que hemos tenido el placer de entrevistar:
– Rafael, hábleme de la propuesta con la que se ganó el favor de la comisión del BFA.
– Ha sido un proyecto de dirección y un proyecto artístico muy documentado y muy trabajado. La propuesta sigue una línea muy clara y que es la que sigo en los trabajos para Estévez / Paños y Compañía y para otros artistas y que es la que seguiré para el BFA. En todos los trabajos y proyectos que emprendo hay siempre un profundísimo respeto por las raíces del flamenco. Tengo siempre como referentes los pilares fundamentales de este arte, mucho amor por el pasado y una visión desde el siglo XXI, que es el tiempo que estoy viviendo. Saber de dónde venimos, para saber hacia dónde vamos.
– ¿Qué proyectos tiene en mente?
– Entre los proyectos que tenemos para el BFA están la creación de propuestas coreográficas actuales basadas en la investigación, conocimiento y estudio del legado histórico cultural, dancístico y musical en general y flamenco en particular. Estrenaremos en el próximo Festival de Jerez la primera producción que llevaremos a cabo titulada …aquel Silverio y que será una visión personal y actual sobre la figura, repertorio de cantes y aportación al arte flamenco de Silverio Franconetti. Será una fantasía coreográfica y musical totalmente alejada de recrear la época o la biografía de este genial artista, considerado uno de los padres del arte flamenco.
Después del estreno de …aquel Silverio pondremos en marcha Cantera, un proyecto que me hace especial ilusión y que constará de un programa formativo para el elenco del BFA y el desarrollo de sus potencialidades físicas, culturales, intelectuales y creativas. Los bailarines del elenco podrán desarrollarse, no solamente como intérpretes, sino también como futuros coreógrafos. Podrán demostrar y mostrar sus inquietudes y propuestas coreográficas; se apoyará así a estos jóvenes creadores que configurarán repertorios de distintos formatos y estilos que supervisaremos y dirigiremos mi compañero Valeriano Paños (coreógrafo y bailarín principal del BFA) y yo. Aparte de la nueva creación también se trabajará la reconstrucción, compilación, preservación, transmisión, difusión, puesta en valor y enaltecimiento del patrimonio coreográfico histórico propio del flamenco y popular de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
El segundo proyecto que crearé junto a Valeriano Paños será el espectáculo para el ciclo ‘Lorca y Granada en los Jardines del Generalife’ en 2018.
– ¿En qué aspectos concretos le gustaría dejar reflejado su estilo o impronta?
– Venimos a trabajar desde el rigor, la disciplina, la pasión, el amor y la dedicación a la hora de hacer las cosas… venimos a trabajar por y para los jóvenes talentos y a despertar en ellos algo que es muy importante para mí: la afición, la investigación y respeto por el arte en general y el flamenco en particular. Les incito a que se interesen y conozcan el flamenco y su historia, sus cantes, sus bailes, sus músicas y las vidas y obras de los grandes maestros. También, como es lógico, que se interesen por todo tipo de danza, por todo tipo de música, por el teatro, el cine, la pintura, la literatura, la escultura, la historia… que conozcan las ciudades a las que viajen, que visiten los museos y todo evento cultural interesante… En fin, todo aquello que les pueda aportar herramientas y conocimientos que aplicar a su baile, a su arte, a su imaginario. Trabajaremos para sacar lo mejor de la personalidad de cada uno de ellos.
– ¿Qué cree que necesita en estos momentos el flamenco para seguir evolucionando y llegando al público?
– Justamente lo que tiene: gente con mucho talento y con muchas ganas de trabajar, de investigar y de aportar su grano de arena para que este arte siga creciendo, bien sea desde la perspectiva ortodoxa o desde la perspectiva vanguardista y experimental. Creo que el flamenco está en muy buen momento porque hay infinidad de colores y de formas de hacerlo… ¡todas necesarias!
– Habiendo pasado por tantas experiencias (como la de estar al borde de la muerte o a punto de perder una pierna), ¿cómo afronta a título personal ahora su vida, el día a día?
– No sabía que era tan fuerte y tan valiente y, como es lógico, lo he descubierto en la adversidad más cruda. Pero la miré cara a cara, desde la positividad más absoluta y eso ha hecho que siga afrontando mi vida y mi día a día igual que antes, solamente que siempre con una sonrisa, mimándome más y filtrando las cosas que suceden, para que solamente me afecte o me preocupe (en caso de que haya algo que me tenga que afectar o preocupar) lo esencialmente importante. He aprendido más en 53 días de hospital que en 37 años de vida.
– ¿Cómo va a compatibilizar su nuevo cargo con la compañía que lleva junto a Paños?
– Ahora estamos inmersos en esta nueva etapa de dirección del Ballet Flamenco de Andalucía y compatibilizar con Estévez / Paños y Compañía es realmente difícil. No creo que haya capacidad para estar al frente de dos compañías y en dos lugares a la vez. Hemos emprendido esta nueva etapa y debemos ser coherentes y honestos con la decisión que hemos tomado. De momento Estévez / Paños y Compañía está en pausa.
– ¿Cómo surgió la unión Estévez-Paños?
– Surgió por una gran admiración y respeto mutuo. Por pura química artística. Porque nos dimos cuenta de que estábamos destinados a formar este tándem que dura ya 15 años.
– ¿Qué proyectos tiene para esta otra compañía?
– Cuando retomemos la actividad de Estévez / Paños y Compañía, seguiremos con las dos últimas producciones que hemos estrenado en 2016, Bailables y Silencios. También queremos reponer algún espectáculo nuestro como Sonata, por supuesto poner en marcha nuevas creaciones y seguir buscando a jóvenes talentos y darles oportunidades, bien sea invitándoles a formar parte de nuestra compañía o produciéndoles (dentro de nuestras posibilidades) sus propuestas artísticas.
– ¿Está trabajando además en alguna otra iniciativa?
– De momento tengo en espera algunos proyectos que había empezado a escribir para otros artistas que quieren que les dirija y les coreografíe. ¡Es un honor para nosotros que los compañeros y jóvenes quieran llevar nuestras firmas en sus proyectos!
– Hábleme de su vinculación con su tierra, con Huelva.
– Pues es mi ciudad, donde he nacido y donde me he criado. Llevo casi 20 años fuera de ella y mi vinculación es totalmente personal y familiar. Me encanta ir a Huelva, aunque cada vez tengo menos tiempo. En lo artístico me vincula su música, sus bailes populares, su folklore, su historia, su luz.
– Su pasión por el baile es algo prácticamente innato. ¿Hubo quien le dijo que mejor ni lo intentara?
– Bueno, de todo ha habido… evidentemente ¡algunos estaban equivocados! Hubo quien me dijo que no iba a vivir de esto, cuando en realidad yo no quería vivir del flamenco y la danza, sino para el flamenco y para la danza. Hubo quien al verme bailar dijo: «vámonos, aquí ya está todo visto», y ahora se está hartando de verme. Hubo quien no creyó en mí y ahora sí lo hace… Las personas tienen derecho a equivocarse, por eso nunca hice caso de estos comentarios y opiniones; yo también quería tener ese derecho a equivocarme por mí mismo. Llevo bailando encima de un escenario 35 años de mi vida… estoy a punto de cumplir los 38… Siempre supe que iba a ser bailarín y sabía que no me iba a equivocar. ¡Nunca tuve la más mínima duda!
– A lo largo de su vida ha estudiado y trabajado con muchos grandes artistas. ¿Qué considera lo esencial de todo lo aprendido?
– Algo esencial, mucho más allá de los pasos y los bailes, es el amor y pasión que mis maestros me transmitieron por la danza y por el flamenco. Es algo que, dentro de mis posibilidades, intento transmitir día a día a los bailarines con los que trabajo, a los alumnos y a los jóvenes.
– Por último, Rafael, un sueño por cumplir…
– La verdad es que ya lo cumplí: bailar, crear y dirigir. Crearé y dirigiré hasta que mi cabeza me lo permita… Bailaré hasta que mi cuerpo aguante.
Muchas gracias Rafael.
